El intelectual tiene que ser un combatiente

Yerelys Gil Cuervo
17/7/2018

Del 15 al 17 de julio, en el Palacio de Convenciones de La Habana tuvo lugar el  XXIV Encuentro del Foro de Sao Paulo. Espacio donde se debatió sobre las problemáticas culturales de la región y los nuevos mecanismos de guerra de que son víctimas los países latinoamericanos. El taller, relacionado con la cultura y la sociedad, sesionó en la sala 4 con la participación de distinguidas personalidades de la cultura nacional y foránea. El panel estuvo encabezado por el Ministro de Cultura de Cuba, Abel Prieto Jiménez; el Director del Centro de Desarrollo y Comunicación Cultural de Cuba, Alexis Triana; y el Ministro de Cultura de la República Bolivariana de Venezuela, Ernesto Villegas.


Foto: Internet

 

Uno de los temas principales de este debate giró en torno a la difícil y definitiva batalla cultural que libra la izquierda socialista y la necesidad de reencontrar en el saber de la Historia, en la tradición de los pueblos, las culturas autóctonas y diversas que conforman las naciones multiculturales. Pues como planteó el poeta Roberto Fernández Retamar, “se tiende a minimizar la importancia de la cultura y no se puede salvar una revolución si no se salva la cultura primero”.

La nueva guerra cultural es fiel espejo de la crisis del sistema mundo, crisis que afecta a los Estados nacionales, ya que proyecta una imagen virtual que pasa a ser la fundamental, reinterpretando los símbolos y signos tradicionales y destrozándolos poco a poco.

Una de las características fundamentales de los gobiernos posteriores al de Dilma en Brasil, o al de Cristina en Argentina, consiste en desmentir la Historia. Entre sus primeras medidas está que las nuevas generaciones la olviden, según nos explicaba Tristán Bauer, de Argentina. Él también hizo alusión a la pirámide de poder que conforman la justicia, los medios de comunicación y los grupos económicos. Mediante falsas promesas y estrategias de comunicación esta pirámide se encarga de llevar al poder a gobiernos de ilusión que no traen más que miseria a los pueblos.

En más de una intervención quedó claro que no estamos al final de un ciclo, sino en un momento donde las estrategias cambiaron y la solución es luchar contra las manipulaciones de la información. La herramienta para enfrentar esta nueva guerra es estudiar los errores pasados con un carácter crítico, sin temer, y mediante la cultura atraer a los jóvenes a las tradiciones, y hablar su lenguaje si fuere preciso para llegar a ellos.

El Ministro de Cultura venezolano Ernesto Villegas expresó que las nuevas estrategias deben estar dirigidas a insertarse en el nuevo discurso, pero siempre desde la variedad, siempre desde el respeto, y luchando contra la globalización que pretende transmitirnos un pensamiento único e imponer una cultura banal. Prestó importante atención a los jóvenes, a su incorporación en nuestras tradiciones. Es importante escucharlos, inculcarles que hay una realidad más allá de las redes sociales; demostrarles que  la militancia virtual es utópica la mayoría de las veces. Vivir con la ilusión de los seguidores en redes es dejar ganar la batalla a este nuevo enemigo.

Como propuestas en este taller se planteó buscar otra opción mediática que junte información para luchar contra los consorcios, para movilizar a los medios progresistas. Crear webs que les den visibilidad a todos, un servicio que llegue tanto a comunicadores como a todos los dirigentes. Romper con las posturas de la no autocrítica y la falsa perfección; debatir y polemizar más. Escuchar a la juventud como jóvenes y no cuando envejezca su discurso, pues los jóvenes no son el futuro, sino el presente.

Quedó claro que hay que definir posturas y que en esta situación de guerra el intelectual tiene que ser un combatiente más, si no, habremos perdido la guerra.