Hay momentos de acuciante actualidad que requieren de un necesario acercamiento espiritual como aquellos que se aferran a la creación mental del posible viaje imaginario sin fronteras, mientras otros buscan transformar esa quimera en realidad. Bajo esta premisa se ejecutó el proyecto curatorial de artes visuales donde doce talentosos artistas espirituanos expresaron con sus obras el sentir de quienes anhelan ese cambio imaginario o real de sus vidas. Durante meses se estudió las posibles morfología y conceptualización de las obras participantes a partir de una rigurosa selección de quienes participarían en la propuesta para definir la mayor organicidad expositiva posible.

Desde diferentes técnicas y modalidades artísticas se establecen diversas coordenadas semánticas para quienes buscan en el arte una vía de enriquecimiento espiritual.

Como resultado del trabajo de mesa entre los artistas se logró crear la exposición colectiva El viaje, que identifica al proyecto, la cual se exhibe en la galería Fayad Jamís de la Uneac espirituana para celebrar el 60 aniversario de la fundación de dicha organización. Desde diferentes técnicas y modalidades artísticas como la pintura, el dibujo, la fotografía, el grabado y la cerámica se establecen diversas coordenadas semánticas para quienes buscan en el arte una vía de enriquecimiento espiritual. El público puede encontrar piezas de impecables facturas diseñadas desde simulacros propositivos. Algunas se caracterizan por el humor irónico, otras por la capacidad metafórica de sus contenidos y las hay que acuden al imaginario colectivo para visualizar propuestas particulares del artista.

“Son tópicos enriquecidos por la necesidad de exponer los rasgos de una época de efervescencias viajeras”. Obra: Avión, foto de Álvaro José Brunet. Imágenes: Yuni

El proyecto expositivo inicialmente fue diseñado desde una perspectiva antropológica por el artista visual trinitario Alain Fernández Ferreira, quien postuló “un viaje-quimera para comunicarnos, para interconectarnos; un viaje como acto de fe, azaroso y lleno de pérdidas, donde se ha tenido que abandonar cualquier lastre y preservar como equipaje solo lo imprescindible, lo que vale la pena proteger a cualquier costo”. Esa idea conceptual constituyó el sustrato teórico para construir la narrativa del posible “viajante”, que busca el mejoramiento humano sin parcelaciones mentales.

En esta aventura expositiva participan los artistas Luisa María Serrano (Lichi), Juan Carlos Lage, Alexander Hernández Chang, Omar Fernández Galí (Cuti), Moisés Bermúdez, Hermes Entenza, Iosvanny Suárez, Luis García, Rubén Pareja, Rafael González, Álvaro José Brunet y William Bonilla. Como elementos novedosos se diseñó el catálogo en formato de boleto de avión y se introdujo en el espacio expositivo el sonido con murmullo de público y aviones llegando a un hipotético aeropuerto, idea aportada al proyecto curatorial por el joven artista Alexander Hernández Chang.

El manojo de propuestas presentadas al público, enriquece las múltiples acciones de quienes sienten la necesidad del viaje real o imaginario forzado por las circunstancias o por alimentar idearios no cumplidos en sus respectivos contextos sociales. Desde esa óptica, los artistas  acudieron a la metáfora del frágil avioncito de papel (Lichi y Álvaro José), al trozo de leño ennegrecido que se desplaza a la deriva (Rafael), al mito del Matías Pérez que desaparece sin dejar rastros (Hermes Entenza), a los disposiciones de un viaje a los orígenes asiático (Chang) y africano (Cuti), al despegue de un avión imaginario en la mente de quien desea ir a otras latitudes (Juan Carlos), a la estela paralela que dejan aviones al surcar el espacio sin posibilidad de unión (Moisés), al salto a lo desconocido (Iosvanny), a la espera en una silla de rueda atascada en la arena imposibilitada al movimiento traslaticio (Rubén), a aquellos que se balancean en el vacío como marionetas sin poder escapar de su destino (Bonilla), a la disyuntiva de los disímiles rumbos traslaticios (Luis). Son tópicos enriquecidos por la necesidad de exponer los rasgos de una época de efervescencias viajeras como expone dramáticamente en sus esculturas incompletas el artista francés Bruno Catalano, de quien se escogió una de sus obras para el afiche que identifica la muestra.

“La exposición colectiva es una acción inclusiva de quienes buscan en la comunicación imaginaria o real abierta al mundo, un sostén para existir con mayor plenitud existencial”.

Como argumenta Alain Fernández, “se trata de un viaje hacia el interior de nosotros mismos, hacia puerto seguro sin muros ni máscaras, sin restricción alguna, donde no existan límites, ni diferencias irreconciliables, donde el concepto de frontera libre sea un futuro posible. El mundo, en esta época convulsa que nos ha tocado vivir, ha tenido que crearse también sus propios muros, escudándose tras una barrera de dolor e incertidumbre y al mismo tiempo de fe. Es por eso que el ‘síndrome de la insularidad’ nos ha afectado a todos, convirtiendo el planeta en un mega-archipiélago de islas. Más allá de cualquier geografía, de cualquier diferencia, filiación, status o credo, la inmensa mayoría hemos tenido que refugiarnos para sobrevivir en nuestras propias ‘islas’, dejándonos como única alternativa posible soñar con ese futuro sin fronteras que todos esperamos”.

“Se trata de un viaje hacia el interior de nosotros mismos, hacia puerto seguro sin muros ni máscaras”. Obra: La travesía, grabado de Omar Fernández Galí (Cuti).

Tales disquisiciones hacen de la exposición colectiva una acción inclusiva de quienes buscan en la comunicación imaginaria o real abierta al mundo, un sostén para existir con mayor plenitud existencial. Para romper con la maldición de la parcelación de tales “islas” se requiere de percepciones abiertas que conduzcan a la quimera de la interconexión humana. Es una propuesta simbólica que se ha concretado en la ciudad internacional Auroville construida hace más de 50 años en la India por la tenacidad de sus fundadores: Sri Aurobindo y Mirra Alfassa, quienes han avizorado la utópica convivencia donde se respeten las costumbres y culturas múltiples de sus habitantes a través de la gobernanza colectiva. El viajerecrea desde Occidente tales enseñanzas mediante las artes visuales al exponer los refugios del viaje hacia lo desconocido posible.

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