¿Ellos no tienen qué leer?

Fiorella Franco Duany, Nelson Hair Melik Marrero
22/1/2018

“No me gusta leer, es aburrido”, fue la respuesta que dio Mercedes, estudiante de 11 no. grado, cuando le preguntamos que se estaba leyendo en estos días. Lo que nos llevó a pensar si se ha perdido o se ha transformado el hábito de lectura, ¿Cómo influye en este hábito la promoción literaria realizada? ¿Será la más efectiva?

El seno familiar resulta la base esencial para la formación del futuro ser social, la toma de conciencia en ese espacio de cuánto influye la lectura a todos, pero principalmente a las más jóvenes generaciones, resulta primordial. La falta de hábitos de lectura en las nuevas generaciones se ha convertido en una voz generalizada. Es muy preocupante ver que los jóvenes no disfrutan de las obras literarias y que por el contrario las asocian a prácticas sosas y aburridoras.
 

Hay que fomentar más los hábitos de lectura desde la niñez, en la escuela y en la familia. Foto: granma.cu
 

Hoy en día al mencionar la palabra “libro” a un joven o adolescente lo más seguro es que cambie de tema de inmediato, o que ría y se aleje de ti para platicar con otra persona. ¿Es que no se fomentaron los hábitos de lectura desde la niñez, en la escuela y en la familia? En un momento nos vimos de alguna manera obligados a leer los libros de la escuela, para poder responder a la maestra o tener la información suficiente para salir bien en un examen. Pero… ¿Alguna vez sentimos reales deseos de leer esos libros? ¿Alguna vez los profesores nos motivaron a leerlos por una razón más que no fuera aprobar o responder correctamente en clase?

Desde que se aprende a leer si no se practica habitualmente se terminan olvidando muchas de las cosas aprendidas. Universalmente el hábito de lectura es reconocido como una característica deseable en la población y que podría considerarse como un buen indicador del nivel educativo alcanzado por cada persona.

Leer es entrar en comunicación y compartir con otras formas de pensar, es tomar contacto con las preocupaciones del hombre y satisfacer las necesidades e inquietudes propias del conocimiento. La lectura es ante todo un proceso mental y para mejorarlo debe tenerse una buena disposición y una actitud correcta.

Es ahí cuando debemos cuestionarnos ¿Cuál es la solución para que muchos jóvenes se interesen más en la literatura? Una de las maneras es ¿Cómo se le hace llegar al público el contenido, mediante qué métodos?

Al no existir una producción, una distribución, una comercialización ni una divulgación efectivas, cuatro elementos de la cadena del libro que no se trabajan bien. Las personas pierden el hábito de lectura, esto es una aseveración real, hemos idos perdiendo a los lectores, distanciándonos de ellos.

Así expresó Yunier Riquenes de Claustrofobias Promociones Literarias de Santiago de Cuba: “En la medida que no se le acerque el contenido al público, perderemos lectores”.

La promoción de la lectura funciona mejor cuando se toman en cuenta las necesidades concretas de públicos específicos. Se precisa, entonces, conocer y respetar las motivaciones y preferencias propias de las más jóvenes generaciones, aun cuando se pretendan transformar desde una perspectiva adulta y profesional.

En torno al tema del hábito de la lectura giran muchas opiniones, sobre cuál es la importancia de tenerlo.

Estudiante de 12mo. grado Hilda Antonia Marrero Peña opina que leer es adentrarse en un mundo de conocimientos tan maravilloso que cuando lo descubres se te vuelve un hábito, además este tiene importantes beneficios para las personas como mejorar nuestro léxico y la ortografía, así como aumentar nuestra cultura general integral.

Estudiante Loraine Castillo de los Reyes de segundo año cde Periodismo manifestó que la lectura es la comprensión de algún tipo de información, esta estimula la actividad cerebral incrementando el pensamiento y la facilidad de desarrollar temas de conversación. Yo leo a Gabriel García Márquez, Padura, Isabel Allende, y muchos otros.

La estudiante de primer año de Letras de la Universidad de Oriente Susel María Cobas considera que tiene un buen hábito de lectura: “Leo tragedias y comedias clásicas, cosas antiguas. Creo que leer es una necesidad muy importante ya que amplía el nivel cultural, el léxico y mejora nuestra forma de escribir”.

Mi madre me regaña mucho porque dice que leer en mi Tablet no es leer, que los libros de papel son los que hacen el hábito y son los más importantes”. Así cuenta Irma de los Ángeles, estudiante de 11 no. grado.

Los formatos para leer van cambiando, lo que ayer nos resultaba más práctico, como el libro impreso, hoy cambia por la influencia de las nuevas tecnologías. Las plataformas digitales son una salida, ahora existen propuestas multimedia que hacen de leer una actividad interactiva. El aprender a leer textos audiovisuales, no hace que los textos escritos pierdan total validez, y se conviertan en la materialización de una práctica que desde una perspectiva juvenil no ofrezca nada. Es necesario llegar con alternativas diferentes que encaminen a los jóvenes en la lectura. No hay que confundirse con la lectura en internet. Uno se imagina que la lectura en internet reemplaza la lectura en libros impresos. Sin embargo, hay una distinción porque la herramienta digital se utiliza en procesos de búsqueda generalizada mientras que la lectura como ejercicio le apunta a la profundización, crítica y asimilación de textos.

Para formar a los lectores debemos apropiarnos de ambientes afectivos, no impositivos, ni donde se prohíban los soportes más contemporáneos.

Al respecto aclaro Yunier Riquenes:

Las nuevas generaciones se enganchan con la lectura a través de los nuevos dispositivos digitales, por lo que van cambiando su hábito de lectura. A pesar de esos cambios en la forma de lectura, creo que debe haber programas que le digan a la gente que leer, quienes son los clásicos, los autores cubanos, latinoamericanos. Debe haber una propuesta en los diferentes medios de comunicación cubanos para mostrarle a la gente, sin un lenguaje demasiado académico, sin un lenguaje que muchas veces menosprecie al lector.

Hoy nuestro país se enfrenta a la informatización, descubre el Internet en una dimensión mayor ¿Cómo conseguir entonces que estas nuevas prácticas también incidan en las personas, tanto jóvenes como adultos o niños? ¿Qué estrategias se podrían utilizar? Las cuentas Nauta, muy conocidas y útiles, por los cubanos podrían ser utilizadas de una manera que ayudaran a este problema que no afecta. ¿Por qué no poner en ejecución una página, a la que tengan acceso los usuarios que frecuentan los Joven Clubs o el público en general? Cuando estas personas se van a comunicar con familiares o amigos utilizando las aplicaciones más frecuentes, o a buscar cualquier información podrían encontrar una página u otra aplicación que les permita tener acceso a libros de clasificado, por lo que podrían escoger que leer, y descargarlo. Cuando las personas deciden abrirse una cuenta con este servicio ¿Por qué no ofertarle una biblioteca virtual que puedan llevar consigo en sus teléfonos o tabletas electrónicas?  Así podrían consultar en cualquier momento con el objetivo de elegir un libro para su entretenimiento o por cualquier otro motivo.
 

 “Por qué no ofertarle una biblioteca virtual que puedan llevar consigo en sus teléfonos o tabletas electrónicas”
Foto: uci.cu

 

Otras sugerencias del coordinador de Claustrofobias para la promoción de los libros y por tanto su interés para las personas fueron las siguientes:

Me gustaría que los periódicos cubanos tuvieran columnas dedicadas a los libros que circulan por las librerías y las bibliotecas”

Sabemos que los medios de comunicación tienen que darle cobertura a muchos otros espacios y manifestaciones, pero no podemos entender solo el libro y las publicaciones como el libro de las novelas, el cuento y la poesía, los libros son mucho más que eso.

Debemos pensar en la gente, a la hora de hacer una estrategia efectiva, pensar en las necesidades de los lectores, ¿que están buscando? ¿Cómo intencionamos lo que estamos publicando? ¿Cómo acercamos los autores a los lectores?

Son muchas las maneras, la cuestión es irlas descubriendo y hacer que nuestro público cree ese hábito tan útil y necesario que es la lectura, ya sea digital o a través de los libros impresos. Porque la falta de hábitos de lectura tiene repercusiones que van más allá del abandono de los textos literarios.  La mala ortografía, la falta de cultura, el déficit en la capacidad de crear argumentos para defender posiciones y la evidente pérdida de habilidades comunicativas, son algunas de las principales consecuencias de no leer regularmente.

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