En el centenario de la compositora Tania Castellanos

Leonardo Depestre Catony
22/6/2020

Se conmemora ahora el centenario del natalicio en el municipio capitalino de Regla, de Tania Castellanos, o mejor Zoila, su nombre de pila, el 27 de junio de 1920. El quehacer de Tania —nombre que utiliza para el trabajo político clandestino— se distribuye entre el activismo militante (ella es comunista) y su afición por la composición musical. Uno y otra son inseparables en su vida, pero nos enfocaremos mayormente en la impronta legada por Tania en la composición y, en particular, en su inserción dentro del movimiento del filin.

“Lo mío con el filin comienza desde que yo, muy joven, y trabajando en la fábrica textil El Universo, de Regla, donde también era dirigente sindical, visitaba mucho la emisora que tenía el Partido Socialista, la Mil Diez… Sí, yo la visitaba con la misión de entregar el dinero que los obreros recogíamos para ayudar al Partido. Y ellos cantaban allí. Allí estaba el grupo del filin. Y a mí me gustaba mucho la música, la canción. Y así me fui acercando a ellos, dándome cuenta que ellos tenían mucha afinidad política conmigo. Y musical también. Me gustaba mucho el tipo de canción que ellos hacían. Así que yo soy la última en llegar al filin”.

Tania Castellanos, Frank Emilio y Elena Burke, 1963. Foto: La Jiribilla
 

Regla, hay que recordarlo, es una cantera natural de músicos y de música. Lo era entonces y sigue siéndolo. Es la cuna del maestro Mario Romeu, del sonero Roberto Faz, del dúo romántico de Clara y Mario, de la popular comparsa Los guaracheros de Regla… En Regla la música se transpira en la calle. Y Tania se nutre de ese ambiente, como también lo hace de la tradición proletaria y combativa de la llamada Sierra chiquita.

Se ha dicho que Tania no se apoyaba en instrumento alguno para componer. El sonido estaba dentro de su cabeza, en su inspiración que ordenaba las piezas del rompecabezas de la letra, armonizada por la sutileza del buen gusto personal y el toque de sensibilidad imprescindible en toda obra artística. La orquesta que llevaba consigo y solo ella escuchaba, le dictaba las pautas de la creación.

Recordaré tu boca, / que mía no será, / y viviré soñando / sin poderte olvidar. / Pero cosas muy nuestras / tengo que recordar: / cuando menos lo pienses, / sin poderlo evitar, / escucharás que cantan / esa canción que tú / pusiste melodía, / y letra puse yo.

Tania Castellanos fue la compañera en la vida de Lázaro Peña, elegido en 1939 secretario general de la Confederación de Trabajadores de Cuba, creada ese año. Ella cuenta: “¡Qué sensibilidad! ¡Qué manera de unir lo social, lo político, a lo estético, lo económico, a lo artístico! Los muchachos del filin pedían orientación política a Lázaro. Él nos decía: ‘No hagan eso’, ‘quiten esa palabra’, ‘ese verso’, ‘no enfoquen ese tema así’. Por eso le debemos tantos buenos consejos a su lucidez. Eso está reflejado en muchas de las letras del filin… Bueno, por lo menos yo, le debo enormemente a su orientación en mis textos de las canciones (…) Eso sí, Lázaro era muy respetuoso. Nos revisaba el texto, pero con mucho respeto. A él debemos el sentido de clase que teníamos”.  

Tania Castellanos en uno de los programas conducidos por Rosita Fornés en la Televisión cubana
durante la década de los años setenta. Foto: Internet

 

Fue Musicalia la editorial donde confluyeron los compositores del filin. Como editorial es modesta, pero defiende los intereses de los autores y con ello evita la expoliación de sus derechos a que se exponen en otras casas editoriales controladas por los consorcios comerciales de la música. Allí figuran desde la década del cuarenta los compositores emblemáticos del filin: César Portillo de la Luz, José Antonio Méndez, Luis Yáñez, Ángel Díaz, Ñico Rojas, Adolfo Guzmán y también Tania Castellanos, entre otros.

Cuando te vayas de mí, / muy quedo / te seguirá mi canción / del alma; / tendrás mi eco de amor / en tu recuerdo / por eso en vano te irás, / me seguirás queriendo…

Tania y Lázaro se exilian en México por razones políticas. Es una etapa dura la de los cincuenta, pero la única manera de asegurarse permanecer libres. Comparten con José Antonio Méndez, que tiene en la nación azteca su segunda patria y donde triunfan sus canciones. Un artista de la relevancia internacional del chileno Lucho Gatica canta y graba las canciones de Tania.

Ha señalado el profesor Guillermo Rodríguez Rivera que “es con el triunfo de la Revolución, en el primer lustro de la década de los sesenta, cuando el filin llega por vez primera, sin adulteraciones, a las cadenas nacionales de radio, a las emisoras televisivas y a los centros nocturnos de La Habana”. Y en efecto, Tania insufla fuerzas a su producción creadora, Elena Burke le canta varios números, e incorpora temas a un tiempo líricos y de intensa carga política como “Cuba, corazón de nuestra América”, recordada en la voz de Esther Borja; también “Por los Andes de América”, en la de Omara Portuondo; además de las conocidas “Me encontrarás”, “Recordaré tu boca”, “Canción de mi Habana”, “Vuélvete a mí”, “Prefiero soñar”, “Evocación”, “Canción de los niños”, “Por Ángela”, “Soldado de mi patria”…

Su fallecimineto en 1988 truncó la creación de nuevas composicones, aunque siempre nos quedarán sus canciones, elegantes, de exquisita sencillez, a manera de muestrario del quehacer de una artista de fina sobriedad.

Sentir maravilloso, / voz de intimidad / que cubre todo mi mundo interior / que canta todo mi inmenso querer. /Secreta emoción de felicidad / que solo el amor nos da.

Nota:
 
Todas las citas se han tomado del libro Porque tienen filin, de Félix Contreras, Editorial Oriente, 1989.