El Doctor en Ciencias Históricas Rodolfo Sarracino Magriñat ha dedicado parte de su vida a trabajar en el equipo de la Edición Crítica de las Obras Completas de José Martí. En su aval figuran las distinciones Pensar es servir, del Centro de Estudios Martianos, al igual que la de la Cultura Nacional y el Diploma Julio Le Riverend, para historiadores que a lo largo de su vida se distinguen por la solidez, integralidad y cientificidad de su obra.

Esos méritos lo hicieron merecer el Premio Nacional de Historia 2023, el más alto reconocimiento a los historiadores cubanos por sus resultados relevantes en la investigación, la docencia, la actividad patrimonial, la archivística y la bibliotecología.

El jurado fundamentó su decisión a partir de la destacada trayectoria del investigador y sus contribuciones a la historiografía nacional.

El jurado —presidido por Francisca López Civeira, eminente profesora de la Universidad de La Habana, e integrado por la investigadora María del Carmen Barcia; el director de la Edición Crítica de las Obras Completas del Héroe Nacional, Pedro Pablo Rodríguez; y los Premios Nacionales de Historia Hebert Pérez y Urbano Martínez— fundamentó su decisión a partir de la destacada trayectoria del investigador y sus contribuciones a la historiografía nacional.

“Magriñat ha obtenido reconocimientos científicos en Brasil, donde se desempeñó como embajador. Fue galardonado en dos ocasiones con el prestigioso premio de investigación histórica 26 de julio de las Fuerzas Armadas Revolucionarias y el de la Crítica Histórica Ramiro Guerra, entre otros”, cita el acta del jurado.

En la ceremonia, en la sala Nicolás Guillén de la Fortaleza San Carlos de la Cabaña, en el marco de la XXXI Feria Internacional del Libro de La Habana, recibió el premio en nombre de Magriñat —ausente al homenaje por problemas de salud— su amiga, la doctora María Caridad Pacheco González, subdirectora del Centro de Estudios Martianos.

El Premio Nacional de Historia es el más alto reconocimiento a los historiadores cubanos por sus resultados relevantes en la investigación, la docencia, la actividad patrimonial, la archivística y la bibliotecología.

En un mensaje en video, el agasajado expresó: “Pido disculpas por no estar presente en el acto, pero mi situación actual de salud no lo hace posible. Deseo expresar mi más profundo agradecimiento por el honor que significa recibir el más alto premio de los historiadores”.

Asimismo, dijo que la historia constituye un compromiso con la Patria, la Revolución y el socialismo, en cuya defensa compartió trinchera con el pueblo uniformado, en las arenas de Playa Girón. “Es una disciplina que siempre me sedujo, y con la cual he sostenido un romance finalmente materializado a tiempo completo desde mi entrada en el Centro de Estudios Martianos”.

En la cita también se entregaron los premios de la Crítica Histórica 2022 a Crónica de un derrumbe: el colapso del “socialismo real” en la prensa escrita cubana (1989-1992), de Fabio Fernández Batista; Monumentos y memorias, de Aida Liliana Morales Tejada; y Antonio Maceo Grajales. Ensayo biográfico sucinto, de Manuel Fernández Carcassés.

Participaron en la ceremonia el viceministro cubano de Cultura, Fernando Rojas; el director del Centro Fidel Castro, René González; la directora del Centro de Estudios Martianos, María Vázquez, y el presidente del Instituto Cubano del Libro, Juan Rodríguez Cabrera.