Erick Flores: siempre he sido y soy un escritor de ciencia ficción y fantasía

Milho Montenegro
28/9/2016

 

Un virus letal, zombis, clones, robots, un niño con determinados poderes, estos son los temas que aborda Erick Flores en su cuaderno En La Habana en más difícil (Ediciones Abril, 2016), con el que obtuvo el Premio Calendario 2015, en el género de ciencia ficción. Este joven autor ha venido ganando espacio entre los escritores de nuestro país por ofrecer un sello particular, una mirada muy propia a estas plataformas dentro de la narrativa cubana. Sus personajes, esencialmente situados en escenarios adversos, vivencian emociones y conflictos que atrapan al lector y no le permiten abandonar la lectura hasta conocer el destino final, el desenlace.

Esta entrevista me ofrece un acercamiento, un intento de compartir con los lectores lo que se halla detrás del ingenio creativo, de ese cosmos escritural de un autor que es ya una voz insertada en la atmósfera literaria de la Isla.

 

Acabas de publicar tu libro de cuentos En La Habana es más difícil (Ediciones Abril, 2016), con el que obtuviste el Premio Calendario 2015, galardón ambicionado por muchos de los jóvenes escritores de nuestro país. ¿Cómo valoras este reconocimiento? ¿Qué significado tiene para ti haber materializado todo un tiempo de trabajo en forma de libro?

Pienso que el Calendario es uno de los premios más importantes del panorama literario nacional. De hecho, el más importante que existe para los jóvenes creadores, ya que ningún otro cuenta con tanta promoción y difusión —antes, durante y después— como la que hace la Asociación Hermanos Saíz (AHS) con los premiados y sus obras. Por ejemplo, en mi caso, la AHS me invitó a promocionar mi cuaderno en varios programas de televisión, en las Romerías de Mayo, en Holguín, y en el espacio El Sábado del Libro. Todo esto es muy importante y apreciado por los autores, más aún si son jóvenes.

En cuanto a la otra pregunta, llegar a ver un texto publicado es uno de los mayores logros al que puede aspirar un escritor, el otro sería llegar a satisfacer al público. Hay libros míos que he demorado años en culminar, pero saber que van a ser editados y llevados a físico es como el término definitivo, el último puente a salvar antes de que entre el público, quien siempre tiene la última palabra.


Fotos: Cortesía del Autor

Advierto en tus historias temáticas ya marcadas dentro de la ciencia ficción, aunque los conflictos y emociones que vivencian sus personajes hacen de este cuaderno una interesante propuesta para el posible lector. Partiendo de este criterio, ¿cómo percibes el estado actual de este género en la isla? Desde tu perspectiva, ¿qué aportes y/o argumentos —dígase estéticos, temáticos— le otorgan a tu obra una voz, un sello escritural, que la diferencian y la sitúan dentro de la urdimbre de narradores cubanos?

El género en la Isla consta de una excelente cantera de escritores jóvenes que incursionan en diferentes temáticas de la ciencia ficción, al mismo tiempo que tocan esos conflictos y emociones que has identificado. Por esa parte, creo que esta nueva ola de la ciencia ficción cubana puede llegar muy lejos, más ahora con la apertura del wifi y otros cambios que, de una manera u otra, terminan siendo factores beneficiosos para la propagación de las obras fuera del país. Por supuesto, nunca podría obviar el trabajo que ha hecho la Editorial Gente Nueva y la Colección Ámbar, las cuales han introducido al público nuevos autores de todas las regiones de la Isla.

En cuanto a mi obra, no me siento muy a gusto hablando de ella, prefiero que sean otros los que opinen de mí y, en especial, el público, para quien trabajo y pienso todo el tiempo. Pero bien, ¿argumento y aportes? ¿Sello escritural? A ver, en mi opinión creo que una de las cosas que más me caracteriza es la manera en que adopto la catarsis a través de la literatura. Estamos acostumbrados a aguantar un sinfín de situaciones negativas que forman parte de nuestra realidad, y en la mayoría de las ocasiones quedarse callado es la mejor solución, ya que ninguna de ellas tiene remedio. Entonces, mi escritura, en su mayor parte, refleja esta realidad de una forma u otra muy oscura, pesimista y fácil de identificar con el entorno que nos rodea. La otra esencia ya la mencionaba con anterioridad: pensar en el público y en lo que este representa para mi obra, cuyo objetivo principal es llegar a las masas y hacerles leer historias en donde se reconozcan y lleguen a disfrutar casi tanto como si estuvieran viendo una película. Ese es otro detalle, siempre intento llevar el lenguaje del cine a los textos; muchas veces han catalogado mis escritos como un “estilo cinematográfico” y creo que es cierto a la vez que exprofeso.

 

¿Qué autores de la arena internacional han marcado tu escritura? ¿Cuál de ellos no ha sido lo que esperabas?

Varios, empiezo con Lovecraft y Stephen King; Heinlein, por supuesto. Luego descubrí a Dan Simmons y su particular forma de abordar la ciencia ficción y el terror. En estos momentos todavía me quedan remanentes de Andrzej Sapkowski, quien representa hasta ahora el paradigma de buena escritura en el campo fantástico. También me atrae el estilo de Arturo Pérez-Reverte, aunque no lo he adoptado del todo.

En cuanto a los que me han defraudado un poco menciono a Isaac Asimov, porque fui a él buscando estilo y no historias; su forma de escribir es bastante simple y en ocasiones burda, aunque no dejo de reconocerle la genialidad de asumir temáticas que nunca antes se habían tocado, su perspectiva de los conflictos robóticos es única, fenomenal. Otro es Herman Melville, cuando me leí Moby Dick no podía imaginar que un clásico así tuviera una redacción tan pobre. Sigo pensando que tal vez sea un problema de la traducción, pero hay otras cosas como la utilización indiscriminada de la primera persona y la omnipresencia de Ismael que, de buenas a primeras, sabe qué ocurre en cada uno de los esquifes o lo que piensan los personajes.

 

¿Qué emociones —ya sean regocijos y/o desconciertos— te proporciona el escribir historias cuya plataforma es la ciencia ficción? ¿Por qué apuestas por este género, aun conociendo que sus lectores son un grupo muy específico, quizá selecto?

No considero que el grupo de lectores de la ciencia ficción sea selecto o específico. Por el contrario, hay mucha más gente que lee este género de la que te puedes imaginar, sobre todo porque les ofrece temáticas que les gustan, el entretenimiento que necesitan para relajarse o las aventuras capaces de atraerlos a la literatura que ya, de por sí, es un género que juega con desventajas al lado del cine, la televisión, los videojuegos y demás.

La ciencia ficción es lo que me gusta, lo que disfruto y lo que consumo en mi tiempo libre, al igual que la fantasía. Cuando llegas a tener una retroalimentación tan grande es imposible que no produzcas algo afín con tus gustos personales. De hacerlo, pienso que estarías traicionándote.

 

Algunos afirman que el escritor traslada características personológicas propias a su escritura —entiéndase sus personajes, historias, versos, etc…—como medio de exorcizar, de desahogo. En tu caso, ¿cuánto hay de Erick Flores en la esencia de los seres que habitan sus cuentos? ¿Acaso estos son un instrumento utilizado por el autor para expulsar emociones, rasgos, sentimientos —tal vez detestables o molestos—, o son simplemente el resultado del buen oficio del escritor?

A veces uno, a veces otro, a veces hay de los dos, depende. Ya te mencioné la catarsis y puedo decir que, en ciertas ocasiones, sí reflejo experiencias personales o lo que imagino que deban ser las vivencias personales de algún que otro cubano de a pie. Ahora, el conseguir que el lector se identifique con los personajes y la trama, sí responde a algo de talento y oficio.

 

En estos momentos cuentas con varias publicaciones y muchas se incluyen dentro del ámbito de la ciencia ficción y la fantasía. También has recibido otros premios en torno a estos géneros como el Oscar Hurtado (2009) y el Juventud Técnica (2010). Desde estas realidades, ¿podría atribuírsete la etiqueta de narrador de ciencia ficción y fantasía? ¿Qué crees de las etiquetas o clasificaciones que generalmente suelen acompañar a un escritor en relación a su obra?

Siempre he sido y soy un escritor de ciencia ficción y fantasía. No me molestan las clasificaciones, siempre que sean de buena fe y no para denigrar a un autor que tiene tanto derecho como el que más. En ese aspecto hay muchos que opinan lo contrario y utilizan estas etiquetas para alienar a la competencia, o subestimar a personas con gustos diferentes a los suyos. Espero que esto vaya disminuyendo con el tiempo y aumente la calidad y cantidad de obras de escritores de ciencia ficción, hasta el punto que no puedan ignorarnos o minimizarnos más.

 

Me resulta casi obligatoria esta pregunta: ¿qué nuevo proyecto escritural estás creando en estos instantes?

La verdad es que estoy muy atrasado con mis libros. Debo terminar la tercera parte de Guerra de dragones para la Editorial Gente Nueva y la Colección Ámbar. También tengo una compilación de cuentos dentro del mainstream para presentar a concursos y al menos dos novelas más, ambas mezclando lo fantástico con terror, que es uno de los géneros que más me gusta y que aún no he explotado lo suficiente.

 

¿Cuál tema dentro de la ciencia ficción no abordarías nunca?

Por lo general me gustan todos, pues incluso aquellos que menos me agradan dependen mucho del modo de abordarlos. Sin embargo, nunca haría algo como El marciano o “Gravity”. No me gustan ese tipo de acercamientos a la ciencia ficción, prefiero los puntos de vista más clásicos llenos de situaciones de acción y aventuras o conflictos humanos llevados a planos opuestos a la realidad.

 

Como narrador has condenado a los personajes de En La Habana es más difícil a universos y escenarios muy torcidos, adversos. Si tuvieras, inevitablemente, que asumir la piel de alguno de estos protagonistas, de esas criaturas que te inventas, ¿cuál sería?

El deportista del cuento que da título a la colección. Nada personal con él, pero es que me encantan las crisis zombis y me imagino muy bien luchando en ese contexto.

 

¿Qué prototipo de escritor no te agradaría llegar a ser jamás?

El de los elitistas. Jamás intentaría hacer una “anti” nada, ni escribiría de manera críptica o imposible de decodificar por los lectores. Como ya dije, trabajo para el público y, si mis obras no llegan a ellos, siento que fallé por completo.

 

Temática preferida dentro de la CF:

Space Opera, al estilo de “Starship Troopers”

 

¿Qué no llevarías a una isla desierta? :

Agua salada y arena, creo que las doy a ambas por sentadas.

 

Si pudieras viajar en el tiempo y conocer a tu personaje preferido, ¿qué le dirías?:

«Recuérdame algo, bro, ¿qué es lo que debo comer para viajar a Kadath?»

 

Plato favorito:

Espaguetis con jamón.

 

¿Qué música escuchas? :

Rock: Heavy Metal y Power Metal Melodic.

 

¿Cuál libro recomendarías? ¿Cuál no? :

“La larga marcha” de Stephen King, súper bueno.

“Paraíso”, si a Heras León le costó trabajo leérselo, imagínate a los demás.

 

Súper poder:

Factor de curación y envejecimiento lento. ¡Wolverine, all time!