Esencias, motivos, actores, Etcétera…

Kenia Méndez Mederos
29/5/2019

Dice Buena Fe que “la universidad te cambia las alas” y yo no podría estar más de acuerdo. Fue la Universidad de Oriente el primero de los espacios que se dio cuenta de Etcétera, en sus inicios proyecto humorístico vinculado al Movimiento de Artistas Aficionados de dicha institución académica, hoy reconocido grupo humorístico del Centro Promotor del Humor.

Del contexto universitario y los primeros pasos

Etcétera surgió en 2005 como un proyecto centrado en el humor para teatro. Su primera puesta en escena fue La casa de Bernarda Calva, una parodia a La Casa de Bernarda Alba. En aquel momento sus integrantes eran tres estudiantes de la universidad: Raúl Ernesto Bouza (sociólogo), Dainel Matías (filólogo) y Eider Pérez (historiador). Aquella fue una etapa de definiciones, de pensarse un nombre, de perfilar objetivos y maneras de hacer. Lo llamaron Etcétera por la idea de que siempre hay algo más allá de lo que se está diciendo.

Eider Pérez, fundador y director del grupo Etcétera. Foto: Internet
 

“Hacer un humor que trascendiera la inmediatez fue el objetivo principal. Casi siempre las obras humorísticas y el humor están relacionados con la inmediatez, por eso empezamos con La Casa de Bernarda Calva, que es la parodia de un clásico del teatro; todavía hoy la gente ríe con eso y nos lo pide porque es atemporal. Mantuvimos esa idea por un buen tiempo hasta que decidimos vincularnos un poquito más a la realidad nuestra y empezar a tocar temas de la inmediatez, lo que ha hecho que se acerque mayor cantidad de público al trabajo de Etcétera”, comentó Eider Pérez en diálogo con La Jiribilla.

Después de casi 15 años de trabajo es imposible no reflexionar sobre los aprendizajes que les garantizó el contexto universitario: “Nosotros como grupo pudimos intercambiar y aprender del otro, de la especialidad de cada uno, eso nos ayudó mucho para hacer humor. Uno no puede negar su formación a la hora de proyectarse a nivel artístico, creo que eso es fundamental; la mayoría de los humoristas cubanos con una obra más sólida han salido de la universidad”.

De los actores, los temas, la renovación…

Como lo hace la vida misma Etcétera se ha hecho de mucha gente. Luego de su salida de la universidad, el grupo funcionó como dúo con Nelson Osorio y Eider Pérez, mientras que más adelante vuelve al formato de trío e incluye por vez primera a una mujer con la entrada de Venecia Feria y Alejandro Prieto; este luego saldría y entraría Yasser Velázquez. En una etapa más reciente, con la salida de la actriz y la entrada de Luis Ángel Batista, vuelven al trío de hombres. Eider, como fundador y director de Etcétera, también ha funcionado estos años como eje articulador que permite la renovación del grupo:

“Etcétera es un grupo formado por jóvenes de estos tiempos. Ha tenido la ventaja y la desventaja de que hayan pasado diferentes actores por él, ventaja porque cada vez que se va alguien nos renovamos y eso es importante, te mantiene vivo, te mantiene nuevo, y desventaja porque trabajos que han llegado a una solidez determinada se han truncado y hemos tenido que empezar de nuevo desde otra perspectiva. Es muy dialéctico, que la gente vaya y venga está bien, porque es así, el mundo es así”.

Grupo humorístico Etcétera. Foto: Tomada del perfil de Facebook del grupo
 

Los temas que ha trabajado el grupo son otra muestra de su diversidad. De sus espectáculos, Confesiones —el primero que los llevó al éxito— trató la relación entre lo sagrado y lo profano; Es importante resaltó por la manera de hacer y tratar el tema de la homosexualidad; Circo al sol, que resultó de los más premiados, refleja un intercambio cultural entre un circo cubano y uno extranjero; Los hijos del paquete es una preocupación totalmente sociológica que intenta mostrar la Cuba del 2031 que imaginan sus protagonistas; entre otros.

Del Aquelarre, el Centro Promotor del Humor, y el humor que necesita hacerse

El Festival Aquelarre llevó a Etcétera hasta una etapa de mayor reconocimiento: llevar su trabajo hasta La Habana les permitió llegar a mayor cantidad de público y los éxitos alcanzados en el evento definieron algunos de los elementos artísticos y escénicos que desde entonces han definido el quehacer del grupo. Para ellos, la relación con el Centro Promotor del Humor ha sido, sobre todo, de aprendizaje. El Centro ha sido un espacio de constante superación que no solo respalda institucionalmente su trabajo, sino que les dio la oportunidad de formarse como grupo profesional y de ser un referente del humor para teatro que se hace hoy en Cuba. 

Los actores han ido y venido; siguen trabajando muchísimo en las diferentes provincias del país aunque ahora radiquen en La Habana; les encanta la idea de hacer televisión; intentan conjugar temas y maneras de hacer que se acerquen a lo cotidiano y jueguen a la vez con la atemporalidad; tienen referentes que no abandonan jamás, entre ellos Osvaldo Doimeadiós y el grupo Komotú, de Guantánamo, y trabajan a partir de una idea bien hecha del humor que necesita Cuba: “Tenemos que hacer un humor no discriminatorio, que aluda al pensamiento, a la polisemia, a las diferentes lecturas. Necesitamos un humor crítico que sea consciente de lo que critica, porque a veces entramos en un nivel de crítica que es extra artístico totalmente, el humor debe llamar la atención sobre los comportamientos humanos”.