Entre sus méritos, Eusebio Leal Spengler tiene el de haber servido, como pocos, a Cuba y a La Habana. Recaen en su figura la modestia y la sencillez, y eso lo hizo aún más grande.

Durante su labor, Leal fue reconocido no solo como la máxima autoridad para la restauración del Centro Histórico o el Eterno Historiador de La Habana; supo cumplir —a cabalidad— importantes misiones diplomáticas de nuestro país, desde su condición de hombre de honda cultura.

Con una obra profundamente cubana, ¿es Leal de los hombres más condecorados de la historia nacional?

Eusebio Leal Spengler portando la Orden al Mérito de la República del Paraguay. Foto: Néstor Martí

La casona número 65 de la calle Amargura, en la Habana Vieja, tiene la encomienda de atesorar todo en cuanto al pensamiento y la vida del historiador cubano. Conocida hoy como la Casa Eusebio Leal Spengler, el centro de ciencia y cultura estudia y promueve el legado de Leal.

Con vista a celebrar el 503 aniversario de la fundación de La Habana y el 40 de su declaratoria como Patrimonio de la Humanidad junto al sistema de fortificaciones, la institución ha preparado un ciclo de conferencias para interpretar a Leal desde el estudio de sus condecoraciones.

“Una vez que reunimos los honores del historiador, fue necesario organizarlos en un discurso interpretativo que permitiera poner en valor el reconocimiento de su labor a nivel nacional e internacional. Así nace la Sala de los Honores, en la segunda planta del inmueble, como el espacio donde se agrupan más de una veintena de insignias que le pertenecieron”, explicó Ariel Gil Gómez, quien dirige tal centro.

Entre sus méritos, Eusebio Leal tiene el de haber servido, como pocos, a Cuba y a La Habana.

Este ciclo de coloquios —que ya tuvo como primera conferencia “La falerística en la Sala de los Honores”, a cargo del propio Gil Gómez— cuenta con el respaldo de la perspectiva teórico-práctica; pues además de profundizar en las distinciones de Leal, se apoya en las ciencias sociales que posibilitan una mejor interpretación de tales insignias.

Desde la falerística como ciencia auxiliar de la Historia —que estudia, clasifica, inventaría y colecciona estos tipos de insignias—, la Casa ha logrado organizar una museología que expone nueve condecoraciones cubanas y 13 extranjeras, algunas de las que en vida recibió Leal.

Ariel Gil Gómez dictando la conferencia “La falerística en la Sala de los Honores de la Casa Eusebio Leal Spengler”. Imagen: De la autora

Entre los reconocimientos nacionales, el historiador ostenta el título honorífico de Héroe del Trabajo de la República de Cuba, uno de los más altos méritos patrios. En el plano internacional, destaca la Orden Carlos III, entregada al intelectual cubano de manos del rey de España Felipe VI, en el marco de las celebraciones por el 500 aniversario de la fundación de La Habana.

“A tres años de ese acontecimiento, la próxima conferencia de este ciclo versará precisamente sobre esta orden y las condiciones que permitieron a Leal ser merecedor de la más alta distinción civil del sistema premial español”, acotó Gil Gómez.

Recordemos estas palabras de Leal en 2018, cuando fue impuesto con la Orden Nacional de Costa Rica Juan Mora Fernández, en el grado de Gran Cruz: Las condecoraciones no se piden, se aceptan siempre con humildad. Es un acto de distinción y un dado gratuito que viene del amor y el reconocimiento a lo que uno ha podido hacer en la vida”.

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