Fellini en su centenario

Rubén Ricardo Infante
7/1/2020

Desde el primer día del año y durante todo enero, la Cinemateca de Cuba ha programado un importante ciclo dedicado al centenario de Federico Fellini, y se inician así las actividades por la celebración de los sesenta años de esta importante institución cultural, adscrita al Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC), que tiene entre sus misiones la de salvaguardar el patrimonio audiovisual de la nación.

Fotograma de Almas sin conciencia. Fotos: Internet
 

El homenaje al célebre director italiano Federico Fellini, de quien precisamente en este mes se cumple el centenario de su nacimiento, da inicio al recorrido de la Cinemateca de Cuba por el 2020.

Como señala Antonio Mazón, programador de la Cinemateca: “Esta retrospectiva, la mayor que se haya realizado en nuestro país sobre el director de Amarcord, comprende todos los largometrajes rodados por el insigne cineasta y algunos documentales. Se extenderá a lo largo del mes y en cada sesión los filmes irán acompañados de ediciones restauradas del Noticiero ICAIC Latinoamericano y, en algunos casos, de los cortos de un minuto Federico Fellini in frames, que registran incidencias de sus rodajes o estrenos de sus películas”.

El ciclo titulado ¡Señoras y Señores: Federico Fellini cumple cien años! motiva a ver o volver a ver estas cintas que constituyen parte del patrimonio fílmico universal.

Siempre en el horario de las 5:00 p.m., el cine 23 y 12, sede de la Cinemateca de Cuba, propone para este fin de semana (desde el miércoles 8 de enero hasta el domingo 12) las siguientes películas: Almas sin conciencia (Il Bidone, 1955); Las noches de Cabiria (Le notti di Cabiria, 1957); La dulce vida (La dolce vita, 1960); Ocho y medio (Otto e mezzo, 1963); Julieta de los espíritus (Giulietta degli spiriti, 1965).

Al respecto, el crítico e investigador Luciano Castillo refirió: “La trampa (Il bidone) y Las noches de Cabiria confirman la revelación felliniana. Es un hombre sensible que sabe ver la realidad circundante con cierto espíritu crítico. Tal vez por eso Fellini fingió asombro ante la acogida de La dulce vida, que justamente probaba que la finalidad se había alcanzado y dividió su obra en un antes y un después. El relato dramático de La Strada y Las noches de Cabiria, con su sencillez narrativa, es sustituido por el fresco panorámico de La dulce vida y Ocho y medio, que contrastan por su malabarístico rejuego formal”.

Escena de La dulce vida.
 

Junto a las emisiones, de la 407 a la 410, del Noticiero ICAIC Latinoamericano, propuesta que contribuye a la justa valoración de esta joya de la cinematografía que traspasa las fronteras nacionales para inscribirse en el listado de Memoria del Mundo, condición otorgada por la UNESCO a aquellas obras que han logrado contar la historia desde sus postulados de realización, estos filmes podrán ser apreciados durante este fin de semana como parte de este ciclo que celebra el centenario del cineasta y los sesenta años de nuestra Cinemateca.