Feria del Libro en Artemisa, lo que trajo y quedó entre la gente

Rommell González Cabrera
17/3/2020

Dos días enteros, una tarde noche y medio día del pasado domingo no fueron suficientes. Muchos artemiseños esperarán un año para disfrutar el evento único que es la Feria del Libro, en esta ocasión prestigiada por la presencia de Ramón Labañino, uno de los Cinco Héroes y los laureados escritores Lina de Feria, Enrique Pérez Díaz y Reinaldo Medina Hernández.

Ramón Labañino, uno de los Cinco Héroes, en la peña Roble de Olor, recibe una obra del artista de la plástica Denis San Jorge. Foto: Humberto Lister
 

Resulta complicado valorar un foro de esta magnitud cuando se vive cada detalle del mismo, cuando la oportunidad propicia el diálogo con un escritor que admiramos y podemos conocerlo un poco más, o adquirimos un libro para nuestros hijos y vemos a madres y padres comprarlo con el mismo fin.

Acudí entonces al escritor Jesús Sama Pacheco, cuyo criterio sobre la feria, similar al de sus colegas, comparto a continuación:

Lo que creo, sin extremos de ningún tipo, es que como narrador y uno más del terruño debo agradecer el esfuerzo realizado por el equipo de la Editorial artemiseña, el Centro Provincial del Libro y la Literatura, la Uneac, la Dirección de Cultura y todos los demás organismos implicados en lograr una Feria del Libro en momentos tan difíciles.

Sé cuántas prioridades existen en las áreas de la salud, la alimentación, los servicios y otras vitales para la vida y el funcionamiento de todo lo que tiene que ver con la comunidad, que no es poco y es indispensable.

Pienso también que las instituciones implicadas, con el Gobierno y el Partido al frente, están guiadas y motivadas por el ideario martiano acerca del libro, en el que perviven enseñanzas eternas, como esa que reza: un libro nuevo es siempre un motivo de alegría, una verdad que nos sale al paso, un amigo que nos espera, la eternidad que se nos adelanta, una ráfaga divina que viene a posarse en nuestra frente.

La dinámica de esta bolsa literaria anual permite a cada  escritor expresar sus criterios sobre un tema determinado, responder interrogantes sobre su obra o pensamiento y también opinar.

Caridad Massón Sena, por ejemplo, personalidad de la provincia homenajeada en esta oportunidad, resaltó la organización y el concepto de un programa que previó la presentación de textos y actividades para todo tipo de público.

Caridad Massón Sena, investigadora y personalidad de la provincia, a quien se dedicó la Feria del Libro en Artemisa. Foto: Rommell González Cabrera
 

Otro creador, Luis Carmona Ymas, coincidió con Massón Sena, pero estima, con razón, que muchas actividades coincidieron en hora, lo cual limitó la asistencia a varias presentaciones y en algunos casos provocó demoras por falta de público.

Esta situación, a mi parecer el principal problema organizativo, estuvo justificada por el poco tiempo de la feria, como mencioné al comienzo. Sin embargo, se pudieron unir presentaciones y priorizar las actividades de mayor interés para los organizadores y el público.

Homenajes, lo más trascendente

Honor a quien honor merece. En la Feria del Libro esta idea trasciende el acto de reconocer. Y es que el homenajeado u homenajeada, como ocurrió con Lina de Feria o Caridad Massón, sorprende con sus valoraciones sobre la cultura, el amor a la literatura y a la investigación.

Lina de Feria recibió el homenaje de Artemisa en la peña Roble de Olor. Foto: Humberto Lister
 

Lina, en su intercambio con el público artemiseño, dijo que los asaltantes al Moncada (refiriéndose a los artemiseños que participaron en los actos del 26 de julio de 1953) están renacidos, y ella está renaciendo, en tanto la Massón convocó a defender la cultura y a trabajar juntos para construir la sociedad próspera a la cual aspiran los cubanos.

Massón Sena estimó oportuno resaltarlo, insistió en que nada ganan padres y abuelos si gastan sus ahorros en la feria y no comparten con los pequeños el bello ejercicio de la lectura y la explicación conveniente. De ahí su llamado a los maestros y profesores, artífices de los hombres y mujeres del mañana, a buscar vías para incentivar el disfrute pleno de la lectura y el pensamiento crítico que de ella nace.

Este año el encuentro de la literatura se dedicó a los 20 años del Sistema de Ediciones Territoriales (SET), de ahí que el homenaje a la Editorial Unicornio, representativa de los escritores artemiseños, resultara uno de sus ejes temáticos.

Considero que este merecido tributo tuvo dos momentos clave: el homenaje de la filial de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac) y la presentación del documental Ediciones Unicornio, un destello de luz.

La sede de la UNEAC en la provincia acogió presentaciones y venta de libros. Foto: Humberto Lister
 

En el primer acontecimiento, el premiado escritor Enrique Pérez Díaz resaltó que Unicornio tiene la singularidad de dar a conocer la obra de los colegas de la provincia y de la literatura cubana, en tanto el documental, obra de Erick García, director de programas del canal provincial Artv, y del fotógrafo, escritor y pintor bautense, Denis San Jorge, reconoce el aporte de este sello al desarrollo literario local, en sus 20 años de creado.

La Feria del Libro se ha convertido en la mejor oportunidad de adquirir nuevos títulos para los más pequeños. Foto: Humberto Lister
 

Cuarenta y ocho horas, una tarde noche y medio día de un domingo soleado, duró la Feria del Libro de Artemisa (del 12 al 15 de este mes). Durante ese tiempo la capital provincial acogió decenas de personas que guardan como tesoro de inestimable valor una obra firmada por su autor, que fueron al concierto de Alain Daniel, a la puesta de Farándula, una comedia de la agrupación teatral habanera Jazz Villà Projects, o al homenaje a algún autor.

Alegría y saberes en tiempos difíciles trajo la Feria del Libro a la gente de Artemisa, y lo bueno y maravilloso nunca se olvida.