Fernando Cabreja Garcell se niega a escribir canciones facilistas que lo coloquen “en la punta de la lista”. Autor empeñado en desentrañar los misterios del verso, exponente de lo mejor de la canción de autor, él asegura, en uno de sus temas más conocidos, que pudiera llenar cualquier teatro, haciendo sopa o vendiéndose barato, pero tiene “un corazón insobornable que no acepta ningún trato”. Especie de cronopio nacido en Sagua de Tánamo, Holguín, en 1959, o un semiótico, como él prefiere llamarse, Fernando Cabreja prefiere ser, guitarra al hombro, “un tipo torpe, algo bohemio, medio loco, que siempre está fuera de foco”.

“(…) Fernando Cabreja prefiere ser, guitarra al hombro, “un tipo torpe, algo bohemio, medio loco, que siempre está fuera de foco”.

Aunque lo de llenar un teatro sí lo logró, cuando abarrotó en 2018 las dos plantas del Eddy Suñol de Holguín con su primer gran concierto: Fuera de foco, espectáculo que celebró sus 60 años de vida, 40 de ellos dedicados a la música y resumidos en el cancionero Como una luna en pie, publicado por Ediciones La Luz, sello de la Asociación Hermanos Saíz (AHS) en la provincia.

“El libro resultó un objeto de arte muy funcional y que se parece mucho a mí. Incluye 60 textos de canciones mías de diferentes etapas de mi vida, desde 1984 hasta las más recientes. Es imprescindible hablar de la labor que hizo conmigo José Luis Serrano como antologador, él es quien mejor conoce mi obra desde un punto de vista analítico, conceptual”, asegura de Como una luna en pie, el título también de uno de los temas incluidos en el volumen y del concierto que Cabreja realizó hace unos años en el habanero Centro Pablo de la Torriente Brau.

Cabreja es una especie de cronopio nacido en Sagua de Tánamo, Holguín, en 1959.

Sobre sus inicios en la música nos cuenta:

Vengo de la tradición de los trovadores de las primeras décadas del siglo XX. Soy autodidacta, pues estudié Historia del Arte en la Universidad de La Habana y aprendí mirando los acordes de músicos que realmente sabían: conocí elementos de la armonía, el solfeo, la composición, trucos a la hora de crear una canción, pues el hecho creativo de la composición musical no tiene reglas y mucho menos recetas.

De las esperadas y felices coincidencias

Como parte de las celebraciones por el aniversario 50 del Movimiento de la Nueva Trova, Cabreja presentó, en la Casa de la Música de Holguín, su primer disco: una producción de la Egrem titulada Cuando todo coincida, que reúne trece temas compuestos en diferentes períodos.

Con diseño de Lisander Castell, el fonograma —que también será lanzado en la plataforma de música cubana Sandunga— posee notas del poeta José Luis Serrano, quien realizó la presentación. Nos conocimos “hace poco más de 30 años en el epicentro mismo del Período Especial. La familia, la casa y muy especialmente las canciones de Fernando, fueron un refugio incomparable para el desnutrido aprendiz de poeta que era yo por aquel entonces”, contó.

“(…) Como decía Sindo Garay: la canción un poco desnuda, una canción buena, a capella, incluso sin guitarra, camina”.

Cuando todo coincida redondea varias etapas de cuatro décadas de trabajo, incluyendo elementos del blues, el son, la balada, el rock, el country y el bolero. Luego de tres años de producción, debido a las restricciones de la Covid-19, el disco sale al mercado con la realización musical del cantautor Camilo de la Peña, director del grupo Zenda, y la colaboración de artistas como Edelis Cabreja Loyola, Aiyán González, Osmel Matos y Javier Pérez.

He “disfrutado durante todos estos años ser el testigo que observa muy de cerca cómo se articula una obra extraordinaria”, a la vanguardia de la canción de autor en Holguín. Estos temas ofrecen “una maravillosa oportunidad de enriquecer y confortar el espíritu en estos tiempos de roca dura”, pues sus “canciones son un patrimonio que debe ser preservado y enaltecido”. El disco “es un antídoto contra cualquier modalidad del desaliento”, añade Serrano.

Trova y poesía entre figuras de tinta

Su música reúne a amigos y “trovadictos” en diferentes espacios de la ciudad, como en el reciente espacio “Figuras de tinta”, que vincula su música y la obra de poetas de la provincia y el país; y se realiza la tarde de los viernes en el Centro Provincial de Superación para la Cultura.

Cabreja es esencialmente “un poeta amparado por una guitarra” que ha compuesto más de 150 temas, de los que interpreta alrededor de treinta, entre ellas “Alta Marea”, “Muchacha en la ciudad”, “Mi fortuna”, “Valga la distancia”; “Volviste a mí”, “Cosas en común”, “Ya estoy contigo”, “Turbonadas”, “Apuntes de un juglar”, “Algo más de la vida” y “Fuera de foco”.

Cuando todo coincida redondea varias etapas de cuatro décadas de trabajo, incluyendo elementos del blues, el son, la balada, el rock, el country y el bolero (…)”.

El espacio inició con la poesía de José Luis Serrano, y han participado Lourdes González, Delfín Prats, Moisés Mayán, Gilberto González Seik, Ronel González, Kenia Leyva, Maribel Feliú, Eugenio Marrón…

De los músicos —puntualiza— me han acompañado Manuel Leandro Sánchez, Laynier Verdecia, Raúl Prieto, Edelis Cabreja, Yoan Morales, Lucrecia Marín cantando canciones de la vieja trova junto al guitarrista Camilo de La Peña, Carlos Ledea, el Dúo Vértice, integrado por Damaris Hernández y Liliam González, que interpretan canciones de trova.

Cabreja define esta peña —nombrada así por un verso de Moisés Mayán— como “un espacio de resistencia cultural, porque defiende lo más auténtico de la poesía y la canción de autor”. En este escenario, además, ha ido ofreciendo al público temas de un nuevo proyecto, nacido en los años de la Covid-19 y consistente en musicalizar poemas de diferentes autores de Holguín.

Aspiro y espero —añade Cabreja— que se convierta en un tríptico con los poemas musicalizados por mí de autores vivos y otros fallecidos, como Gastón Baquero, Mayda Pérez Gallego, Alejandro Fonseca, José Luis Moreno del Toro, Oreste González Garayalde… Ha sido un proyecto abarcador e inclusivo que me ha tenido investigando y haciendo un arduo trabajo de curaduría durante dos años, leyendo y releyendo… Es un proyecto ecuménico que recrea a mí manera 30 poemas de igual cantidad de autores de la provincia e incluye municipios como Moa (lugar donde inició su carrera artística, además de su trabajo en la realización radial, y fundó la AHS en 1986), Mayarí, San Germán, Banes, Cacucum… y el grueso de Holguín.

“Cabreja es esencialmente ‘un poeta amparado por una guitarra’ (…)”.

Durante un tiempo Fernando Cabreja vivió en el alargado y vibrante Chile, junto a su esposa, la reconocida cantautora infantil Edelis Loyola: “Estuve del 2014 hasta 2016 y logré tener un espacio fijo en La Calera, una comuna ubicada en la Región de Valparaíso. También me presenté en Santiago de Chile, junto al trovador chileno Juan Francisco Lastra”, nos dice hoy.

Cabreja se considera un trovador: un hombre que apoya

la canción reflexiva y verdadera, como decía Víctor Heredia, aquella que te convoca a pensar. Defiendo la canción espontáneamente raigal, natural, sin adornos ni artificios. No la otra, que tienes que ponerle muchos oropeles para que funcione y camine. Como decía Sindo Garay: la canción un poco desnuda, una canción buena, a capella, incluso sin guitarra, camina.

Por eso Fernando Cabreja cree —como Violeta Parra— que “la canción es un pájaro sin plan de vuelo, odia las matemáticas y adora los remolinos”. A esa canción se aferra y por ella vive; y una parte de ella nos entrega, como compañía en el viaje por la música y la poesía, en Cuando todo coincida.

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