Festival de Cine de Verano en Cuba: el desafío

Octavio Fraga Guerra
19/7/2018

Diseñar una programación de cine de verano pensada para todos los públicos entraña varios desafíos: satisfacer los gustos más exigentes, especializados y cinéfilos; diseñar ciclos temáticos o por géneros, que son demandas habituales de importantes segmentos de la sociedad cubana; y no menos relevante, construir una oferta que responda a las expectativas de niños y adolescentes. Estos son, tan solo, tres de algunos de los retos que dibujan una ecuación desde el arte cinematográfico, cuando en los meses de julio y agosto los públicos acuden a las salas de cine del país con mayor sistematicidad, ante la obvia necesidad de satisfacer los tiempos de ocio y de crecimiento espiritual y estético.

 

En este Festival de Cine de Verano 2018 están incluidos 25 ciclos para adolescentes y adultos, siete para público infantil y nueve dedicados al cine documental. En total, serán estrenados 69 filmes, una cifra relevante en un período de expectativas y de muchas ganas de ver cine, entre otras manifestaciones del arte y la cultura que apuestan por atraer a todos los públicos.

El mapa cinematográfico del verano 2018 en nuestra Isla se presenta con un boceto que responde a las expectativas de un público lector que respeta, valora y reconoce al cine como un arte esencial para el crecimiento humano. Treinta y tres muestras exclusivas y más de 150 películas de una veintena de países, ubicadas en 60 días de intenso bregar cinematográficos, son las promesas de estos enunciados.

¿Qué muestras y filmes se imponen señalar de esta oferta veraniega? ¿Hacia qué destinos debemos cursar nuestras apetencias culturales y de recreo para enriquecernos y enriquecer a quienes nos acompañen por estas rutas del cine? ¿Qué acentos culturales ganaremos al encontrarnos con una programación que se ha dibujado ecléctica, plural, renovadora, sustantiva?

Entre los ciclos a destacar se hallan Eros latinoamericano; De tal Coopola, tal Sofia; La Pantera Rosa y Clousau, peligrosos pero muy divertidos; El fin de los mitos del Western; Víctimas del cuadrilátero; Bucaneros, corsarios y piratas; Meryl Streep: mucho más que premios; Pintores del siglo XX: dos momentos; Sergio Corrieri… Más allá de Memorias; Miradas. Cine nipón actual; Ricardo Darín y el secreto de sus ojos.

 

Otros nueve de cine documental son parte de dicha cartografía cinematográfica. De este género audiovisual, no siempre acompañado por el gran público, valdría apuntar los ciclos Sexualidad, descubriendo enigmas; Compromisos y retos; Tres íconos del Rock; La gran aventura del cine; Enigmas y falsedades de la historia y Filósofo y cineasta: Andrei Tarkovski.

La programación infantil tiene sus propios signos distintivos: Dragones en el planeta tierra; El cuidado del medio ambiente; Las travesías de Asterix y Obelix; En el corazón de las máquinas; Aventuras bajo el mar; Animación española y Animados mexicanos. Es este septeto audiovisual el que completa el atlas fílmico donde la diversidad y el espectro sociocultural e histórico están resueltos desde los bordes y centros de cada entrega cinematográfica, que apunta a “tocar todos los públicos posibles”.

Es justo señalar que este programa de verano ha sido edificado tomando en cuenta las expectativas de un amplio sector de público, que ha compartido sus aspiraciones bajo el ejercicio de una encuesta hecha por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográfica, para construir una plural programación.

Valdría significar, entre el cúmulo de filmes en cartelera, los que son estreno y no deben faltar en nuestra agenda cultural de verano: Sergio & Sergei, de Ernesto Daranas (Cuba); La chica desconocida, de los hermanos Jean-Pierre y Luc Dardenne (Bélgica-Francia); Tulipanes por siempre, de Justin Chadwick (Gran Bretaña-Estados Unidos); El otro lado de la esperanza, de Aki Kaurismäki (Finlandia-Alemania); La ciudad perdida de Oz, de James Gray (Estados Unidos); Las confesiones, de Roberto Andò (Italia-Francia); Batalla por Sebastopol, de Sergey Mokritskiy (Ucrania); La decisión del rey, de Erik Poppe (Noruega); Francofonía, de Aleksandr Sokúrov (Rusia); Las horas más oscuras, de Joe Wright (Estados Unidos); Ghadi, de Amin Dora (Libano); Alien: Pacto, de Ridley Scott (Estados Unidos); La comuna, de Thomas Vinterberg (Dinamarca) y Sergio Corrieri: Más allá de Memorias, de Luisa Marisy Corrieri (Cuba). Dieciséis de estos filmes serán estrenados también en todas las provincias del país, por esa voluntad de multiplicar y jerarquizar en la Isla la oferta cultural del verano.

El mismo logaritmo cinematográfico se repite más allá de las fronteras de la capital. Dieciocho programas temáticos y otros ciclos sustentan esta voluntad de llevar un buen arte a todos los rincones de Cuba, donde el cine tenga un espacio de exhibición.

El Charles Chaplin se distingue por la programación en 3D. En julio se presentarán los filmes, Bebe jefazo, ¡Canta!, Vaina y Cigueñas, en la sesión de las 2:00 p.m. A las ocho de la noche, se proyectarán las películas Bestias fantásticas y dónde encontrarlas; Underworld, guerra de sangre; Dioses de Egipto y Warcraft. En agosto, en la primera tanda de las 2:00 p.m., están programados los filmes La vida secreta de las mascotas, Los minions, Zotopia, Frozen yGrandes héroes. En la segunda tanda, a las 6 de la tarde, se completa la programación en 3D de la sala Chaplin con las películas Tarzán; Doctor extraño; Madmax, furia en la carretera; Escuadrón suicida y X-Men Apocalipsis.

La Cinemateca de Cuba no está ajena a este Festival de Cine de Verano. Para julio, en su sede habitual del cine 23 y 12, se han preparado varios ciclos que resultan muy atractivos, sobre todo para el lector cinematográfico más exigente.

El ciclo Todos los mundos en la pantalla, que la Cinemateca señala como un recuento de filmes distópicos y un evento que propone distracción y conocimiento”, arrancó el lunes 9 de julio. Se incluyen obras clásicas del género como Metrópolis y La naranja mecánica, hasta filmes como Terminator y Matrix.

La sala Terece Piard será una extensión de este programa de la Cinemateca, diverso y emblemático. Como resulta habitual, la programación del cine 23 y 12 estará acompañada de ejemplares restaurados del Noticiero ICAIC Latinoamericano, que constituye una colección de valor patrimonial de la cinematografía cubana. 

En la Sala Charlot del cine Charles Chaplin se presentarán dos ciclos de estreno: ¡Los zombis atacan!, compilación de numerosos filmes del cine terrorífico, y Las sombras de Val Lewton, que constituye un reencuentro con la figura de un destacado cultor del género fantástico. Complementa la programación de la Charlot, el segmento Vuelven las aventuras, dedicado al público infantil.

La Cinemateca de Cuba, en el mes de agosto, apunta a redimensionar la oferta de esta Fiesta de Cine con el ciclo La magia de la animación Ghibli. Se trata de la exhibición de más de 20 títulos rodados por la afamada compañía japonesa de animación, en la que se han desarrollado maestros del anime como Hayao Miyazaki e Isao Takahata. Este ciclo, de estreno, tendrá una extensión en la Cinemateca Infantil y Juvenil, la cual exhibirá una selección de títulos doblados al español.

El paquete se completa con Temporada de estrenos en Cuba, que comprende ocho filmes realizados entre 1932 y 2012. Los títulos son La mujer de paja, de Basil Dearden (Reino Unido); Remordimiento, de Broken Lullaby y Ernst Lubitsch (EE.UU.); Cierto, ciertísimo, bastante probable, de Marcello Fondato (Italia); Lore, de Cate Shortland (Alemania-Australia-Reino Unido); La esclava del pecado, de Raffaello Matarazzo (Italia); Viento del sur, de Enzo Provenzale (Italia); A escape libre, de Jacques Becker (España-Francia-Italia-RFA) yEl hombre que miente, de Alain Robbe-Grillet (Francia-Checoslovaquia). En la sala Charlot, del Cine Charles Chaplin, habrá un ciclo dedicado al centenario del director Robert Aldrich.

Detrás de este vasto programa está la labor de Benigno Iglesias, un intelectual de muchos años de experiencia en la institución, que dirige la Vicepresidencia de Programación del Icaic, acompañado por Elisa Álvarez y Lilian Morales, dos jóvenes graduadas de Historia del Arte, quienes se han crecido en este oficio, y acogieron al Festival 2018. Completan dicha labor los especialistas de la Cinemateca de Cuba. Subrayo el rigor del especialista de cine Tony Mazón, con una probada experiencia en el trabajo de programación de la Cinemateca y quien posee una aguda mirada a la hora de concebir ciclos, homenajes y estrenos.

Con esta apuesta de Cine de Verano, justo cuando el calor y la humedad se agigantan, se nos invita a soñar, a divertirnos con un arte centenario, a ser parte protagónica de muchas historias en el mágico momento en que las salas se antojan en silencio y la luz duerme por un buen rato. Y lo hace para adentrarnos en los infinitos misterios de un arte que se renueva en códigos, en valores, en otras maneras de narrar, en tiempos en los que las nuevas tecnologías marcan el discurso, los signos, las estéticas.

Diez cines de la capital acogen, como es habitual, esta programación de verano. Los protagonistas son los cines Yara, Chaplin, Acapulco, Riviera, 23 y 12, La Rampa y Multicine Infanta, así como las salas de los complejos culturales de 31 y 2, en Plaza de la Revolución; Enguayabera, en Alamar y la sala Glauber Rocha, ubicada en la sede de la Fundación del Nuevo Cine Latinoamericano. Todas las salas de las provincias del país son parte vital de este esfuerzo, que multiplica un programa para toda la nación.