Quienes visitaron Pabexpo por estos días, seguramente se detuvieron admirados ante las esculturas metálicas de mediano y gran formato colocadas a la entrada de este recinto ferial, sede habitual de la Feria Internacional de Artesanía.

Todas fueron concebidas, por mucho asombro que cause, con materiales inservibles. Sus autores son miembros de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas, ACAA.

“Todas las obras fueron concebidas, por mucho asombro que cause, con materiales inservibles”.

José Manuel Díaz Herrera, por ejemplo, es un escultor matancero premiado durante la inauguración de la XXIV edición de FIART, que asegura que le “atrae la fauna marina”. Por esa razón y echando a volar su gran imaginación, convirtió, en menos de un año, largas y finas piezas de alambre en desuso y más de una treintena de candados rotos en dos relucientes caballitos de mar, uno de ellos de casi dos metros de altura. Asimismo una inmensa ballena, además de una muy bien delineada mano, entre otras piezas que cautivan por su belleza y alto valor artístico.

“José Manuel Díaz Herrera, escultor matancero premiado durante la inauguración de la XXIV edición de FIART, convirtió largas y finas piezas de alambre en desuso y más de una treintena de candados rotos en dos relucientes caballitos de mar”.

A pesar de su vasta experiencia de más de dos décadas dedicadas a la creación, es la primera vez que participa en una Feria de Artesanía, aunque sus obras gozan de gran reconocimiento en todo el país y particularmente en La Habana por su presencia en la Bienal del pasado año como representante del proyecto Mundo Forjado, del que es fundador.

Muy cercano al sitio donde expone sus obras el escultor José Manuel Díaz, destaca igualmente un lujoso carruaje concebido con viejos tenedores pulidos y soldados realizados con fineza y maestría. Pertenece a su hijo, que ya se prepara para dar continuidad a la fabulosa obra de quien considera es su principal inspirador.

Oriundo de Matanzas, provincia que históricamente ha sido una de las mejores representadas en las distintas ediciones de FIART, es también Alexander Rodríguez Castellanos experimentado diseñador de modas y artesano textil.

La producción textil tuvo una reconocida presencia en esta edición de FIART.

En un aplaudido desfile de modas, en el contexto de esta nueva entrega de FIART, presentó “una parte de la colección colectiva del proyecto Telarte, que desarrollamos de conjunto con el Fondo Cubano y la textilera de la provincia de Villa Clara”. Telarte, dijo, es “uno de los proyectos más icónicos del arte textil cubano, surgido a fines de los años 80 y que para gran dicha nuestra hemos retomado y empleado en la indumentaria”.

Las prendas de vestir mostradas al público durante la pasarela, estuvieron conformadas por vestuarios muy fluidos “que tienen que ver con la esencia minimalista de la indumentaria para reverenciar la impresión gráfica, la obra de artistas de la plástica, en la confección de tejidos”.

Stands extranjeros tuvieron una representación de confecciones textiles.

Ganador del Premio de la Maestría Artesanal con la técnica del tejido a crochet, que es en la que generalmente ha trabajado, Alexander Rodríguez participó a principios del presente mes de diciembre en la Tercera Semana de la moda de la seda tailandesa. Un proyecto de reconocimiento mundial, incluido en la ruta de la seda, que contó en esta última edición con la asistencia de 61 diseñadores representantes de varias naciones, entre ellas Cuba que participa por segunda ocasión.

En ese importante y enriquecedor evento —explicó Alexander— presenté seis diseños, creados con seda tailandesa con los cuales hice un recorrido simbólico por todo el proceso de la seda. Al mismo tiempo impartí dos seminarios a estudiantes de diseño de esa región asiática. En ambos casos tuvieron una muy buena acogida porque, para sorpresa de todos, a pesar de ser el nuestro un país tan pequeño, ya es capaz de dar a conocer sus experiencias y los logros alcanzados en la sericultura, impulsada principalmente por la estación experimental Indio Hatuey, radicada en el municipio Perico, en la provincia de Matanzas.

Y siguiendo la imaginaria ruta de la seda, conducida en Pabexpo por creativos y talentosos artistas, llegamos al stand donde Martha González Jorge muestra una novedosa propuesta artística desarrollada, precisamente, con el uso de un hilo procedente del gusano de seda.

Las Ferias de Artesanía son una magnífica oportunidad para intercambiar experiencias.

Esta fundadora de un proyecto familiar creado en 2012 y nombrado Mariset, por el nombre de su hija que “es mi mayor inspiración, practica la artesanía hace más de veinte años”. Refirió, además, “que siempre he trabajado con fibra natural y me gusta mezclarla con tejidos que también sean ciento por ciento natural”.

Aunque su principal línea de trabajo es la confección de guayaberas transformadas en vestimenta popular para todas las edades y sexos, exhibe también en su stand otras prendas de vestir, bordadas y tejidas a mano o a máquina, como blusas y vestidos. “En estas piezas, tanto los botones que provienen de la madera y son creados a mano, todos los adornos son de fibra natural. Eso nos convierte en el único proyecto en Cuba que realiza este tipo de labor”.

“Las Ferias de Artesanía son una magnífica oportunidad para promover nuestro trabajo, para intercambiar experiencias y una fuente insuperable de aprendizaje”, sostiene Martha González Jorge.

Conjuntamente con la sustitución de importaciones y el ahorro económico que significa para el país el proyecto Mariset es representativo del tan necesario encadenamiento productivo, “pues esta novedosa propuesta que trajimos a la Feria realizamos de conjunto con la estación experimental Indio Hatuey, que es la proveedora del hilo proveniente de la seda, cuyo uso le imprime exclusividad y nos permite dar mayor belleza y un mejor acabado a las prendas de vestir que confeccionamos”.

En su opinión “las Ferias de Artesanía son una magnífica oportunidad para promover nuestro trabajo, para intercambiar experiencias y una fuente insuperable de aprendizaje”.

“Distribuidos en quince filiales, radicadas en igual número de provincias, la Asociación agrupa a más de cinco mil artesanos artistas”.

Finalizamos nuestro recorrido cómodamente sentados sobre unas viejas ventanas de madera convertidas en flamantes mesas y bancos, donde conversamos con Roberto Ripoll, presidente de la Asociación Cubana de Artesanos Artistas, ACAA. El también ceramista precisó que “la Feria le aporta a nuestros artesanos la posibilidad de comercializar sus artículos, sus creaciones en primera instancia. También deviene una especie de termómetro que nos permite conocer en qué estado se encuentra la creación en nuestro país, en comparación con creadores de otras regiones del planeta, dado el carácter internacional de este certamen”.

Distribuidos en quince filiales, radicadas en igual número de provincias, la Asociación agrupa a más de cinco mil artesanos artistas, cuya labor se hace en estos momentos

un poco difícil por la crisis económica que azota al mundo y de la cual Cuba no está exenta. Crisis que tiene su repercusión directa, en el caso de nosotros, en la gran escasez de materias primas a veces imprescindibles para la concepción de artículos artesanales. Pero no por ello se detendrá el proceso creativo.

Nuestros artesanos siempre han sido capaces de crecerse para enfrentar y vencer obstáculos y justamente ha sido eso lo que les ha permitido un mayor desarrollo de su creatividad. No por gusto esta XXIV edición de FIART ha sido dedicada al reciclaje. Es decir, a la reutilización de materiales inservibles como respuesta a la insuficiencia que padecemos de materias primas.

“No por gusto esta XXIV edición de FIART ha sido dedicada al reciclaje”.

Cientos de artículos, resultado del esfuerzo y el trabajo cotidiano de los artesanos cubanos, confluyen en la Feria. En su gran mayoría, “son representativos de cuanto puede hacerse en materia de reciclaje. Al tiempo que, casi sin excepción, son portadores de extraordinaria belleza y alto valor estético y artístico. Característica que junto a su carácter tradicional distingue a nuestra artesanía dentro y fuera del país”.

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