Fidel no necesitó apellidos

Lirians Gordillo Piña
30/11/2016

Fidel Alejandro Castro Ruz (1926-2016) cambió el rumbo de la historia de un país, de un continente, y le presentó otro mundo posible a la humanidad. En Cuba, como en muchas partes del mundo, Fidel no necesitó apellidos y su nombre pasó a ser símbolo de una época y de la utopía.

Hoy su partida física se lamenta en los barrios y en la escalinata de la Universidad de La Habana, la misma que le vio marchar para honrar al Apóstol. Medios de prensa de izquierda y de derecha reconocen su altura de estadista y político sagaz; los movimientos sociales y revolucionarios que encontraron en él solidaridad y guía le rinden tributo; personas de todo el orbe opinan que “otra era” se avecina.

Para las cubanas, el proceso revolucionario que lideró significó la cristalización de derechos y oportunidades históricamente postergados. Vivir “una revolución dentro de la Revolución” representa para nosotras una superación constante, el reconocimiento de nuestra capacidad para construir el país y el deber de luchar por una sociedad más justa e inclusiva.

Cada cual tiene un Fidel propio, cercano, complejo e histórico. El pesar de despedirle y el orgullo de haber compartido su tiempo se mezclan en los silencios de una casa, en las redes sociales, en las banderas que cuelgan de los balcones, en los comentarios callejeros, en mensajes telefónicos y la programación televisiva.

Fidel forma parte de los misterios de esta nación. Por eso, entre tanto pesar, hay que celebrar la vida y la historia forjada todos estos años. Tendremos que revisitar los principios que le hicieron el ser humano que fue: el joven rebelde, el humanista, el símbolo de la unidad nacional, el político del siglo XX.

Que homenajear su vida, acompañarlo en su viaje de regreso a la raíz, signifique para nosotros el compromiso cotidiano con la patria de nuestros ancestros, de nuestras hijas e hijos, y de quienes poblarán en el futuro este archipiélago del Caribe; un país que ha parido mujeres y hombres de luz, entre ellos Fidel.