Frenesí en la Noche de San Juan

Adriana Braña
8/4/2016

Basada en uno de los grandes clásicos de la literatura universal, Laura Domingo, coreógrafa cubana, emprendió su utopía en busca del secreto shakesperiano. Inmersa dentro de un mundo lleno de fantasías, creó la pieza Sueño de una noche de verano —obra estrenada hace algo más de un mes y que volvió al Encuentro Internacional de Academias para la Enseñanza de Ballet— donde generó una curiosa atención del público nacional e invitados de otros países.

Historia de aventuras y desventuras por un grupo de mortales e inmortales se mantuvo siempre a medio camino entre el sueño y la realidad.Historia de aventuras y desventuras por un grupo de mortales e inmortales se mantuvo siempre a medio camino entre el sueño y la realidad. En ocasiones se percibía en el escenario a Hernia, quien loca de amor se desmoronaba por Lisandro con frases de movimientos equilibradas que versaban dentro de lo puramente romántico. Antagónico a la figura de Lisandro se encontraba Demetrio, caballero que rechazaba constantemente a Helena, hasta que la situación se subvirtió. Con la objeción de personajes como Egeo, y la supresión del mecanismo teatro dentro del teatro que aparece en el texto original excluyendo la historia de Príamo y Tisbe; la obra danzaria recorrió e impregnó en los espectadores códigos contemporáneos como caídas al suelo y cargadas que se sumergían dentro de la técnica clásica.

La obra danzaria recorrió e impregnó en los espectadores códigos contemporáneos como caídas al suelo y cargadas que se sumergían dentro de la técnica clásica.Sueño de una noche de verano podría ser un boom por el caudal sortilegio de su trama o un chasco que podría dejar con sabor amargo a un espectador que, aunque no en su totalidad, sabe ya lo que va a ver. Recomendar un ballet con dicho precedente crea una expectativa de curiosidad, por ser William Shakespeare un autor de esa envergadura y esta una de las comedias dominantes en la literatura universal, que vertiginosamente le impone un reto al creador. Domingo se arriesga y acumula experiencia, la creación no es su opera prima; de su autoría se ha apreciado títulos como El principito y El inmortal, piezas que jugaron con la inocencia de los niños de nivel elemental y contribuyeron al proceso de maduración de la creadora.

Esta joven coreógrafa se dejó cautivar por la misteriosa flor encargada por Oberón al travieso Puck para engañar a Titania y Demetrio, por el embrujo de las melodías de Félix Mendelssohn y por las versiones de los coreógrafos Sir Frederick Ashton y George Balanchine; para organizar su obra. Una coreografía que mostró en su conjunto dos tonalidades que entremezclaban saberes de distintos estilos, dos acentos visuales por cuestiones de edad y de formación, hablo de los alumnos de nivel medio; quienes interpretaron los roles protagónicos y de lo de nivel elemental; quienes llegaron a cubrir el espacio coral.

Ambos fluyeron de forma espontánea en el entramado de la puesta en escena; la ternura de los niños abrió el espectáculo y provocó en lo personal una sonrisa, desde ahí el receptor conjugó e hizo una conexión inmediata con el clásico de Shakespeare. Por supuesto, serían los infantes los seres fantásticos de la obra que llevaron de mano al público, creando un lazo directo a la emoción.

Los protagonistas expusieron el desarrollo de formación de la escuela, dando muestra del talento y virtuosismo.Por otro lado, los protagonistas expusieron el desarrollo de formación de la escuela, dando muestra del talento y virtuosismo, lo cual enmudeció la expresión burda que algunos espectadores fabricaban de antemano de que por el hecho que es una obra danzada por estudiantes iba a estar por debajo del nivel profesional. Los jóvenes estuvieron a la altura y más, su actuación fue implacable, y no solo a nivel técnico sino a nivel interpretativo. Tomo la frase del bailarín Roberto Machado cuando dice que la Escuela Nacional de Ballet, se ha convertido en una “joven compañía”.

Laura logró una apropiación cabal de síntesis, no hizo redondeos para dilatar la acción. Aquí, otra de las virtudes de la pieza, y es que en tan solo 40 minutos resumió todo el argumento que la literatura le brindaba, tiempo no contado por la impaciencia de un aburrimiento sino por el gozo sensorial.

Laura logró una apropiación cabal de síntesis, no hizo redondeos para dilatar la acción.El escenario transformado en un bosques se llenó de hadas, duendes y espíritus fantásticos; seres que con pequeños pasos anunciaban la entrada del travieso y burlón Puck, interpretado por el virtuoso y ágil bailarín Alexis Francisco Valdés. Este duendecillo hizo que la sala Avellaneda del Teatro Nacional instaurara un agradable eco de aplausos al terminar sus firmes pirouettes concluidos en un admirable equilibrio. Puck, protagónico regente, defendió su papel no solo a través de una asombrosa técnica sino también con una graciosa interpretación que llegó a convencer al público de estar viendo a Robín, como también es conocido.

Todo aquel que se regocija del ballet estará satisfecho. La adaptación del texto clásico fue lograda y entrará a partir de ahora a formar parte del repertorio de Laura Domingo.Todo aquel que se regocija del ballet estará satisfecho. La adaptación del texto clásico fue lograda y entrará a partir de ahora a formar parte del repertorio de Laura Domingo; a su vez, ella se incluirá en la compilación de montajes del texto shakesperiano. Lo estrenó en la Isla y con dotes no absolutistas, pues se abrió a otras formas al incorporar en su creación símbolos contemporáneos y clásicos. Los chicos lograron contar la enredada historia donde el público conspiró con el pícaro Puck y rezó por la suerte de los amantes.

Laura rompe la cotidianidad y nos adentra en el mundo de la fantasía donde una flor hará enamorarnos de la primera esencia que veamos, y así lo fue el ejercicio de recepción, una condición que es purificada por una marcha nupcial que hace de los espectadores partícipes de un espejismo, simplemente un Sueño de una noche de verano.

Nota:
  1. El texto mereció el Primer Premio del III Concurso de la Joven crítica danzaria.