Hacía muchos meses que no hablaba con Georgina Herrera. La Covid-19 se la ha llevado y también ha separado a amigos y amigas, nos deja un vacío de conversaciones, críticas, sugerencias. Todo eso siento con el adiós de la poeta negra que fue mi más fiel lectora, con un látigo en sus palabras y, cómo no, el estímulo a lo bien hecho.

Nos conocimos en la Uneac, en la celebración de los Caracoles de los años 90. La sala Villena temblaba por los debates y Georgina, a veces con voz temblorosa, intervenía, discutía sobre asuntos que le eran cercanos.

Amaba descomunalmente la radio, Radio Progreso le abrió sus brazos en 1962 y desde entonces escribió sin cansarse, pero nunca encontré en ella una defensa gremial a ultranza, lo que sí defendía con su alma eran que las piezas que ella consideraba aportaban cultura fueran impresas, radiadas, televisadas o llevadas al audiovisual. Mujer negra, también defendió a las mujeres desde un feminismo inteligente y estuvo en múltiples tribunas contra el racismo.

Fue la guionista de Te lo cuentan las estrellas, programa televisivo dirigido por Lizette Vila, que semanalmente presentaba a una integrante del universo cultural.

“Mujer negra, también defendió a las mujeres desde un feminismo inteligente y estuvo en múltiples tribunas contra el racismo”.

Nacida en Jovellanos, Matanzas, Georgina cumplió este año 85 años; a los 16 comenzó a publicar poemas en periódicos y revistas, piezas que han sido traducidas a varios idiomas. Fue incluida en antologías y se estudia en universidades en Inglaterra, Estados Unidos y Canadá.

GH. La Habana, Editorial El Puente, 1962; Gentes y cosas. La Habana, Uneac, 1974; Granos de sol y luna. La Habana, Uneac, 1978; Gatos y liebres. La Habana, Ediciones Unión, 1978, 1989, 1996, 2006, 2007; Grande es el tiempo. La Habana, Uneac, 1989; Gustadas sensaciones. La Habana, Ediciones Unión, 1996; Gritos. Miami, Colección Papeles del Minotauro, 2004; Golpeando la memoria. Ediciones Unión (2005) en coautoría con Daysi Rubiera y África. Cuba, Ediciones Matanzas, 2006 son algunos de sus libros.

Merecedora de las medallas Raúl Gómez García, Alejo Carpentier, Distinción por la Cultura Nacional, Escritora de Mérito del ICRT, Diva de la Radio y Micrófono de la radio, también recibió el homenaje en el 2011 en la Universidad de Columbia, Missouri, “por su aporte al conocimiento de los valores de la identidad y raíces africanas”.

“A los 16 comenzó a publicar poemas en periódicos y revistas, piezas que han sido traducidas
a varios idiomas”. Foto: Tomada de Granma

Nadie mejor que una poeta para hablar de otra. Termino estas líneas acerca de Georgina, mi mejor lectora, con estas palabras-poema de Teresa Melo:

“Ha muerto la poeta Georgina Herrera a sus 85 años. Voz múltiple, mujer escrita desde su piel, sus pieles. Mujer que escribió ‘lo malo que es morir’, anticipada. Aunque es ahora cuando se adentra al río, donde es selva, donde ama como piedra pequeña, en rebote, en renacimiento.

“Su obra amplia, intensa, estudiada, dicha, imagen, yerba, monumento.

“Gracias por tu vida hecha palabra, de palabras; gracias por tus versos rotos o felices. Crece, como este cedro que sembraste para que tuviera también la medida de nuestros pensamientos. Viva tu vida, Georgina Herrera…”.

“Cedro mío”

Junto al costado izquierdo de la casa

crece mi niño vegetal; ya tiene

tres y media de veces mi tamaño y toda

esta cosa interior que nadie toca

y le traspaso en cada abrazo oculto.

Como no puede andar, siento sus hojas

que en los brazos del viento me acompañan

por donde quiera que en silencio ando.

Siempre recuerdo aquella tierra herida

por un afán de algo entre mis manos

para dormir entre ella la semilla.

Y luego

el verde despertar alborozado

sobre la tierra casi inadvertida,

y la raíz que se multiplicaba

y el modo de treparse por el aire

ganando altura, como un siervo verde

al que sus mismas raíces persiguieran.

Entonces

sonrío complacida; él está hecho

a la medida de mi pensamiento.

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