Go Go Juice: energía musical de Jon Cleary

Ana María Domínguez Cruz
15/5/2020

Un día de noviembre de 2019 desperté con la noticia de que Jon Cleary vendría a La Habana con la intención de ofrecer, por primera vez, dos conciertos en escenarios reconocidos y, al mismo tiempo, recibí la propuesta de asumir la producción de esos espectáculos en los que figurarían dos de los músicos de su banda y otros talentosos cubanos. Se me disparó el “emocionómetro” (si es que puedo nombrar así a un artefacto perfectamente capaz de medir las emociones) y tuve ante mí, en primer lugar, la responsabilidad de conocer a Jon Cleary aun antes de arribar a la capital cubana, teniendo como antecedente el buen criterio del especialista Juanito Camacho sobre su trayectoria.

Jon Cleary. Fotos: Internet
 

A un músico se le puede descubrir por su música, lógicamente, y luego tenerlo delante, escucharlo hablar y verlo trabajar puede ser el complemento perfecto. Saber en primera instancia que Cleary, autodidacta apasionado, es británico y reside en la ciudad musical de New Orleans desde hace poco más de 20 años, ya pone sobre la mesa información muy valiosa de sus referentes, de sus inspiraciones, de sus intereses a partir del contexto que lo rodea y las circunstancias temporales que le han tocado vivir.

Luego, en la búsqueda inmediata en su página web (www.joncleary.com) “salta” la referencia a su álbum, Go Go Juice, ganador del Premio Grammy en la categoría de mejor álbum de música tradicional (Best Regional Roots Music Album) en 2016. Un premio de esta dimensión, ya es harto sabido, motiva la curiosidad, y así me vi “encontrando” a Cleary en el resto de su discografía: Dyna-Mite (2018), Occapella (2012), Mo Hippa (2008), Do Not Disturb (2007), Pin Your Spin (2004), Jon Cleary & the Absolute Monster Gentlemen (2002), Moonburn (1999) y Alligator Lips & Dirty Rice (1994).

Quienes asistieron el día 18 de diciembre a la sala Covarrubias del Teatro Nacional y al Café Miramar al día siguiente, constataron la autenticidad que emana de sus interpretaciones en el piano, la guitarra, el ukelele y, además, al cantar. Notaron, seguramente, su admiración por la música cubana y por los músicos cubanos, “a quienes reconozco como de los mejores en el mundo y de quienes quiero aprender mucho cada día”.

En ambos escenarios, en los que estuvieron Cornel Williams (bajo) y AJ Hall (drums), miembros de Jon Cleary & the Absolute Monster Gentlemen, figuraron también su amigo e invitado especial Ernán López-Nussa (piano), Mayquel González (trompeta), Juan Carlos Marín (trombón), David Suarez y Yosvany Terry (saxos) y Degnis Bofill (percusión). Todos, a gusto, porque la mezcla del jazz, el funk, el rhythm and blues y el soul se hizo sentir de manera natural, contagiando al público presente.

Cleary, quien ha actuado junto a un buen número de artistas, como Bonnie Raitt, Taj Mahal, B.B. King, Ryan Adams, y Eric Burdon, es mi propuesta para la escucha de música recomendada para estos días de aislamiento social. Cualquiera de sus canciones, de cualquiera de sus discos puede ser el camino correcto a seguir… Sin embargo, y por el lauro internacional recibido, centro más la invitación en el fonograma Go Go Juice (2015).

 Go Go Juice (2015).
 

Pump it up, Boneyard, Brother I’am hungry, Getcha Gogo juice, Beg steal or borrow, Step into my life, Bringing back the home, 9-5 y Love on one condition conforman el repertorio del disco, que permite un paseo por los ritmos más recurrentes en el quehacer de este hombre, siempre jovial ataviado con un sombrero y una mirada generosa.

Se puede escuchar de corrido. Adelanto que el disco tiene, cual edificación ecléctica, de todo un poco… y aunque los textos “corren” en inglés, y no todos puedan entender a cabalidad cada frase, la vibra que genera la mezcla perfecta de sonidos puede hacer de él, en principio, una preferencia.

Cleary, claro está, tiene ya en vena la savia de la ciudad Big Easy, de la que ya había “bebido” mientras residía en Inglaterra gracias a las visitas de su tío. Se siente en cada tema que integra el álbum, cuyo título, como la bebida energética a la que alude, ya permite suponer lo que trae.

Una semana de constante intercambio me permitió conocer al Cleary incansable ante el piano en los ensayos, preocupado por la calidad, al bromista y al “tipo sencillo” que disfruta vivir para la música.

Me comentó lo que ya en una entrevista oficial había declarado: nunca encuentra una categoría ideal para situar su creación. “No es tan malo después de todo, eso solo demuestra que lo que hago lo hago bien. Entonces, puedo convertirme en mi propia categoría”.

Ganó el Grammy con su propio álbum, pues ya había contribuido a la obtención del galardón por otros artistas con su participación en sus placas. Esa vez fue su turno, y lo ha seguido siendo, “porque uno puede sentir que gana un Grammy cada vez que alguien te elogia tu trabajo”.