Por estos días la ciudad de Sancti Spíritus ha sido irrumpida por exponentes del grabado a través de obras de varios autores. Se han desplegado en diferentes espacios como el hotel Plaza, la biblioteca provincial Rubén Martínez Villena y la galería de arte Oscar Fernández Morera. Se trata de un conjunto significativo donde se pueden apreciar obras realizadas mediante la serigrafía, litografía, xilografía, collagrafía, punta seca y la linoliografía. Aquí convergen ejemplos de diferentes generaciones de creadores que rinden culto a una expresión artística que se remonta al siglo XVIII en la Cuba colonial.

Amelia Peláez

Tal como lo infiere Jorge R. Bermúdez en su ensayo De Gutenberg a Landaluze, los inicios y desarrollo del grabado en Cuba están indisolublemente relacionados a la labor de la imprenta con sesgo popular. Con el primer impreso (Tarifa general de precios de medicinas) aparece la primera xilografía que se conoce: una copia del escudo real español hecha por el flamenco Juan Carlos Habré en 1723. A partir de entonces se fortalece paulatinamente un modo de hacer que se expande hacia diferentes regiones del país durante el período colonial y republicano a través de talleres de impresión local. Sancti Spíritus no logró consolidar del todo esa tradición con intenciones artísticas hasta la creación del Espacio gráfico de Sancti Spíritus, que cumple por estos días 15 años de fundado con la ayuda material de Alexis Leiva (Kcho).

Alexis Leiva (Kcho)

Esta realidad hace del encuentro expositivo un acontecimiento memorable e inédito al comenzar a posicionarse en el ámbito espirituano como una opción más junto con artistas performáticos, instalacionistas, fotógrafos, cultores del videoarte y la pintura de caballete. Tal espectro ha permitido desarrollar tendencias propias contemporáneas como la figuración, la abstracción, el conceptualismo y aquellas inscritas dentro del minimalismo. Todas coexisten para bien de los diferentes públicos que buscan la identificación múltiple diluyendo así el hegemonismo de una tendencia sobre otra.

Flora Fong

Ahora quienes han logrado apreciar esta manifestación artística han tenido la oportunidad de corroborar tal aserto en el hotel Plaza, donde se exhibe el conjunto de grabadores espirituanos bajo el nombre Estampas de 15,haciendo referencia a los tres lustros de fundado Espacio gráfico; la biblioteca provincial Rubén Martínez Villena con los grabados Entre máscaras y rostros de la joven Yarianna Pérez; y la galería de arte Oscar Fernández Morera, que acoge en sus espacios galerísticos la exposición colectiva De regreso a los 80 y las muestras personales de Ricardo Ramírez con Trabajo sin esfuerzo y la de Oriel Puig titulada Sentimientos en extinción.

Diferentes generaciones de creadores rinden culto a una expresión artística que se remonta al siglo XVIII en la Cuba colonial.

Las cinco propuestas mostradas al público casi simultáneamente en diferentes áreas fueron posibles gracias a la voluntad mancomunada de Espacio gráfico, liderado por Omar Fernández Galí (Cuti); y del Consejo Provincial de las Artes Plásticas, presidido por Yadira Bernal. Tal labor curatorial ha permitido mostrar al público de Cienfuegos, que por estos días celebró su XIV Feria de la estampa, una selección de piezas de varios autores que revelan el potencial que germina en la ciudad de Sancti Spíritus.

Omar Fernández (Cuti)

Entre máscaras y rostros, Yarianna Pérez trabaja una serie de cabezas femeninas donde hace un rejuego conceptual entre quienes se ocultan bajo posibles máscaras y aquellas que exhiben su verdadero rostro. Desde una postura más cercana al arte de género, se indaga acerca de la simulación de roles para ocultar las verdaderas identidades por motivos raciales o sociales.

Yarianna Pérez

En Estampas de 15 participan los artistas espirituanos Cuti, Carlos Lage, Rafael González, Oriesky González, Ángel Luis Alfaro, Yarianna Pérez, Nelson Wenceslao y Ricardo Ramírez, quienes diseñan con diversas técnicas serigráficas imágenes simbólicas, figurativas o abstractas. Cabe resaltar la limpieza y organicidad de cada obra a partir de la línea y el color manejados con pericia, en ocasiones exuberante o con rasgos minimalistas. Como invitado especial se incluyó al destacado grabador Alexis Leiva (Kcho), quien exhibe su poética relacionada con la migración.

Rafael González

De regreso a los 80 exhibe obras, entre otros, de Amelia Peláez, René Portocarrero, Manuel Mendive, Flora Fong, Zaida del Río, Servando Cabrera y Eduardo Rubén creadas en la década de 1980. La variedad morfológica y conceptual se hace evidente con aquellos rasgos que identifican a cada creador. El amplio espectro temático incluye los grafemas de Amelia y Flora, la iconografía afrocubana de Manuel, los gruesos trazos de Zaida, la impronta de denuncia social de Servando. Por vez primera se exhibe al público este conjunto después de haber permanecido varias décadas en el Hospital Provincial Camilo Cienfuegos de la ciudad hasta su rescate y conservación por el Consejo Provincial de Patrimonio.

Servando Cabrera

La exposición personal Trabajo sin esfuerzo, de Ramírez, demuestra talento para el manejo del complejo proceso del grabado y una búsqueda inusitada de la línea exuberante con ciertas connotaciones simbólicas. Por lo general, se inserta en lo que podría denominarse horror vacui al subrayar la relación figura-fondo desde una óptica barroquizante. En otros de sus grabados apela a una línea más limpia en el tratamiento de los fondos, pero con igual connotación de abordaje sobre problemáticas contemporáneas.

Ricardo Ramírez

Desde otra perspectiva Oriel Puig, con su muestra Sentimientos en extinción, acude a la composición de imágenes sobre personalidades en serie con cierto guiño malicioso de referencias pop que tanto recuerda a las propuestas seriadas de Andy Warhol. A ello se suma la sobreimpresión de mensajes crípticos con citas referenciadas sobre la prensa cubana. Al recomponer los espacios con el montaje de íconos políticos, artísticos y científicos, se ofrece una dimensión simbólica en extinción de quienes han influido en los procesos históricos de la civilización humana.

Oriel Puig

Estos grabadores en acción pulsan una manifestación artística que durante décadas resultó olvidada en predios espirituanos u oculta a los espacios públicos en los últimos tiempos, como la que agrupa De regreso a los 80 con exponentes de artistas cimeros de las artes visuales cubanas. Las distintas generaciones que convergen en estas exposiciones ahora combinan sus creaciones pictóricas, instalativas, fotográficas y performáticas con la serialidad de un arte de raigambre popular como lo expone teóricamente uno de sus estudiosos más acuciantes: Jorge R. Bermúdez.  

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