El Encuentro Conocer la habanera 2022, dedicado a uno de los géneros emblemáticos y más universales de Cuba, tendrá lugar en esta capital del 14 al 20 de noviembre. Con sedes en la Casa Museo Eusebio Leal Spengler y la Casa de las Tejas Verdes, este evento forma parte de las actividades por los 503 años de la villa de San Cristóbal de La Habana. Organizado por el Instituto Cubano de la Música y el Museo Nacional de la Música, el encuentro teórico se aproximará a la habanera como ritmo musical que contribuyó a la formación y definición de la identidad cultural.

El evento forma parte de las actividades por los 503 años de la villa de San Cristóbal de La Habana.

La habanera es la primera música cubana que se internacionaliza y logra influir en muchas de las músicas de toda América. Su ritmo fascinante y poder de sugestión alcanzaron en la etapa colonial cotas insospechadas. Se caracteriza por su fuerte melodismo expresivo de ambiente criollo, unido al cadencioso balance de su ritmo de vivos movimientos. Los estribillos, a veces tristes, con esa mezcla de alegría y melancolía, le otorgan elegancia y un suave, dulce lirismo.

Es cantable y bailable; ese baile de figuras se relaciona con la tonadilla escénica española. Sus ritmos de tango o tango congo dejaron una profunda huella en el desarrollo de la música folklórica y popular.

Se escribe en compás de 2 X 4. Tiene una estructura métrica binaria y regular. Su origen hay que seguirlo en la contradanza europea, acriollada por los criollos (negros y mestizos).

La investigadora Zoila Lapique indica que su surgimiento en el área de lo que hoy llamamos La Habana Vieja aparece como novedad, en 1841, en un baile de disfraces, en el habanero café de La Lonja, a la entrada de la calle O´Reilly, junto a la Plaza de Armas y a un costado de la Capitanía General. El anuncio lo hizo el periódico La Prensa, el 13 de noviembre de 1842. “El amor en el baile, nueva canción habanera puesta en música con acompañamiento de piano. ‘Yo soy una niña, muy bonita, / Y el pesar conocí’”.

Aunque debemos decir que el especialista musical Cristóbal Díaz Ayala asegura que desde 1836 aparece publicado en el Noticioso de Ambos Mundos de México, el número titulado La pimienta, de un compositor anónimo, con el ritmo de habanera y catalogada en la partitura como “contradanza habanera”. Ya después, en la década de 1840, aparece en España como danza habanera, o contradanza habanera; pero el nombre se va acortando hasta convertirse, lo que en Cuba era contradanza o danza, en habanera. Como vemos, las cosas en música comienzan mucho antes de lo que imaginamos, al decir de la musicóloga Gloria Antolitia.

“La habanera es la primera música cubana que se internacionaliza y logra influir en muchas de las músicas de toda América”.

Se sabe que, alrededor del año 1848, hacía ya estragos en España como danza cantada y que algunos llamaban tango, cuyos textos amilanaban el habla de los negros bozales. La cantaban por las calles, de manera popular, a grito herido, muchas veces animando la nostalgia de la bella Isla del Caribe.

Cristóbal Díaz Ayala expone que era tal la fuerza mágica, la atracción de la capital cubana, que bastaba mencionar habanera. “Sin  proponérselo, Cuba había creado lo que hoy llamamos una marca comercial”.

Influencia de la habanera

De manera asombrosa, el género musical cubano se fue imponiendo en la Mayor de las Antillas, en toda América y, como género de ida y vuelta, en España, donde se enraíza llevada por marinos, soldados y viajeros, afincándose a esas melodías nostálgicas y cadenciosas que mantenían su mente y corazones en el recuerdo de la tierra cubana dejada atrás. Esa tradición tan lejana se conserva entre los pescadores y obreros en diversas ciudades hispanas de las zonas costeras, como Torrevieja, Alicante, Cataluña, Murcia, Galicia y las Islas Canarias. Asimismo, continúan celebrándose los certámenes de habaneras que se siguen componiendo o donde se interpretan las de viejos creadores. En Cuba se han organizado a través de los tiempos, a veces de manera intermitente, los festivales de habaneras.

La perla de Cuba

Cuba, donde yo nací,

Bajo tu hermoso sol;

Tierras en las que yo aspiré

Los perfumes de amor

De una hermosa mujer.

Adiós, Cuba querida,

Con tus playas de plata

En tus olas que retrata

La imagen de mi amor.

Como muestra de la internacionalización de la habanera, un clásico ejemplo lo constituye Sebastián Iradier y su obra La Paloma (quizás la habanera más conocida en el ámbito internacional). Compositores de otros países europeos buscaron novedades para sus composiciones en España —Bizet, Glinka, Lalo, Saint Säens, Ravel— y utilizaron, precisamente, los ritmos y melodías de habaneras conocidas, tomadas de la música española.

Por Cuba hay que presentar en primer plano la habanera (1892)segundo himno de Cuba—, de Eduardo Sánchez de Fuentes. Alejo Carpentier cataloga a esta habanera como el primer hit de la música cubana.

José White compuso la habanera La bella cubana. Otros compositores de habaneras antológicas son Luis Casas Romero, José Marín Varona, Ernesto Lecuona, Gonzalo Roig, Jorge Anckermann, Moisés Simons, Miguel Matamoros (Mariposita de primavera), María Teresa Vera (Veinte años), Marta Valdés, Liuba María Hevia, Augusto Blanca, Rodolfo de la Fuente y Silvio Rodríguez (En el claro de la luna).

Fuente:

Alejo Carpentier, Emilio Grenet, Argeliers León, Laureano Fuentes, Zoila Lapique, María Teresa Linares, Cristóbal Díaz Ayala, Tamara Martín, Ricardo Lafuente, Omar Vázquez, Radamés Giro, Helio Orovio. Música popular,ED, CNC, 1962.

1