Homenaje a educadores de la enseñanza artística en Cuba

Félix Bolaños Leyva
23/12/2019

Como parte de la jornada por el Día del Educador en Cuba y de la campaña El Arte de enseñar el Arte —que rinde tributo y homenaje a quienes dedican sus vidas a la enseñanza artística en nuestro país—, en la sede de la Escuela Nacional de Música le fue conferida la medalla Raúl Gómez García a un grupo de educadores con 20 y 25 años de labor distinguida en la formación académica, a propuesta del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura (SNTC).

Profesores de la enseñanza artística reciben la Medalla Raúl Gómez García. Fotos: del autor

Vale recordar que entre las primeras medidas populares de la Revolución, tras el triunfo del 1 de enero de 1959, se encuentra la creación de la Escuela Nacional de Arte, que luego daría lugar a un complejo artístico-docente que se ramificó a todo el país, y que hoy cuenta con 37 centros docentes, en los cuales se pueden iniciar estudios en diversas manifestaciones de la música, las artes plásticas, el teatro, la danza y el ballet, desde edades tempranas y sin costo alguno. En ellos se forman como futuros artistas alrededor de 8,657 estudiantes, que son educados por una fuerza creativa integrada por 3,771 maestros; de ellos 1,800 son miembros de la vanguardia artística con una apreciable experiencia profesional.

En el mundo esta instrucción es muy costosa —según cifras divulgadas por un sitio digital europeo ronda los 65 mil euros por educando solamente la enseñanza media, sin contar costos del instrumento, mantenimiento, audiciones y pruebas—, por lo que los pobres no pueden acceder a ella; pero en Cuba es un privilegio que da la Revolución, y como política, desde cualquier rincón un niño, si cumple los requisitos técnicos, tiene derecho a matricular gratuitamente en una escuela de arte.

Buena parte de los éxitos actuales de la cultura cubana transitan por la existencia de este sistema, por lo que no es casual que sea uno de los blancos del acoso estadounidense contra el desarrollo económico, científico, cultural y social del pueblo de la Isla. La guerra económica contra Cuba en este ámbito es evidente, además, en las restricciones de intercambio académico, cultural y en la adquisición de insumos necesarios para el proceso de aprendizaje de las diversas especialidades artísticas; pero el país hace gala de su entereza y supera la agresión multiplicando esfuerzos para garantizar una educación de excelencia, que es hoy paradigma en el área.

Estudiantes de música demuestran las habilidades adquiridas para los educadores homenajeados.

Los profesores de música en Cuba, al decir de un amigo, excelente compositor, arreglista y productor musical, son primeramente sencillos, hospitalarios… personas honestas que brindan su amistad abiertamente y sin reservas, y en segundo lugar y no menos importante, virtuosos, técnicos y con ese don maravilloso que se llama talento.

A nombre de los educadores condecorados en la sede de la Escuela Nacional de Música, Zulema Arma expresó que tener en el pecho una medalla con el nombre de Raúl Gómez García significa recordar a este poeta de la Generación del Centenario que fundió arte y alma en la creación de una Patria mejor. También nos recuerda más de 25 años de trayectoria en la cultura, apuntó, día tras día con amor y entrega.

Alejandro Falcón y Janio Abreu, graduados de la Escuela Nacional de Música, ofrecieron parte de su repertorio para los condecorados.

Las palabras de clausura fueron pronunciadas por Ernesto Jaens Díaz, miembro del SNTC, quien felicitó a todos los homenajeados “por su inmensa obra, infinito amor y el eterno reconocimiento que sentimos por todos ustedes que día a día nos ayudan a sostener este sueño con el trabajo de sus mentes, corazones y manos”. Y concluyó citando el discurso del presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, en el más reciente Congreso de la Uneac:

Nosotros cuando miramos al mundo y repasamos la historia podemos decir: ¡Qué milagro de país, en qué gran pueblo nos hemos convertido! Es lo que nos ocurre cuando asistimos a una función de ballet o danza, a conciertos de música, lo mismo en un gran teatro que en uno de nuestros barrios; a obras teatrales, a estrenos de cine, a ferias del libro, de artesanías, a galerías, a descargas de rumba o a escuelas de arte.

Un país bloqueado durante seis décadas, perseguido con saña y alevosía hasta en la gestión de medicamentos infantiles, acribillado mediáticamente por los medios más influyentes del planeta, no se ha conformado con resistir y sobrevivir. Como ya dije una vez: «Somos una Revolución que puede presumir de haber sido contada y cantada, desde sus orígenes, con el talento y la originalidad de sus artistas y creadores, intérpretes genuinos de la savia popular y también de las insatisfacciones y esperanzas del alma cubana».

La ocasión fue propicia para que el Consejo Nacional de la Enseñanza Artística reconociera el apoyo de varios medios de comunicación masiva que han hecho visible el quehacer desarrollado en las escuelas de arte, entre ellos: Radio Rebelde, Radio Progreso, Radio Cadena Habana, el periódico Juventud Rebelde, y los sitios digitales Cubarte y La Jiribilla.

Nación, arte, cultura y alma coincidieron en este espacio para la honra necesaria y el homenaje a la dedicación y a las aspiraciones de hombres y mujeres comprometidos con la noble misión de enseñar el arte.

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