La cultura española está intrínseca en las raíces de la música cubana; es innegable los vínculos culturales y de amistad que se han consolidado entre ambos países. Por estos motivos, la Fiesta del Tambor decidió dedicar su decimoctava edición y la gala de este miércoles al país ibérico.

Alain Pérez inauguró la jornada de una manera diferente, no necesitó letras en la interpretación para trasmitir energía, solo su guitarra eléctrica y la compañía de Israel Suaréz (El Piraña) —destacado cajonero español— y de Javier Massó (Caramelo)—de origen cubano integrante del grupo Flamencuba— en el piano.

La presentación fue un eterno homenaje a Paco de Lucía, considerado una de las principales figuras del flamenco actual, gracias a la inclusión de nuevos ritmos que van desde el jazz, la bossa nova y la música clásica.

Laura de los Ángeles, pianista, cantante y compositora de flamenco y de música española, mostró su virtuosismo en el piano y su voz, con un inconfundible acento andaluz. Su letras y ritmos sirvieron para que la compañía de Irene Rodríguez bailara Flamenco a lo cubano.

Minutos después llegó Orlando Valle Maraca, para acompañarla con la flauta y brindar una dosis de tranquilidad sonora, que se basa en su estilo particular. Más que flamenco, este momento de la noche de convirtió en cubanía.

La percusión también une culturas; lo que se hace en España con un cajón, en Cuba se hace con un tambor. José Montaña y su proyecto flamenco Cantes de Ida utilizaron estos instrumentos, la guitarra, las palmadas, el baile y la palabra para deleitar al público y mostrar los rasgos típicos de la cultura de este país.

Para concluir el espectáculo llegaron Giraldo Piloto y Klimax junto a la agrupación española Ketama, rememorando una anterior ocasión en donde el grupo estuvo en Cuba. Más adelante se les unió Alain Pérez, agradecido con este grupo musical —integrado por Juan José Carmona Amaya (El Camborio), Antonio Carmona Amaya (Ajillo) y José Miguel Carmona Niño (Josemi)— por el papel que han desempeñado en su carrera artística.

El conjunto hizo una presentación diferente, una supuesta improvisación, en donde alagaron a la Isla y se refirieron a esos motivos por los que todos los visitantes quedan enamorados de ella. Interpretaron canciones que se popularizaron en Cuba a partir de los años 70.

Con la fusión de estas agrupaciones y el cariño fraternal y musical, concluyó la segunda noche en La Habana de la Fiesta del Tambor. No se diga más, la música habló por sí sola. ¡Viva España!