¡Horrorosamente orgánico!

Ismael González
13/8/2018

Cuando un actor de reconocida talla no encuentra mejor modo de referir el desempeño histriónico de su compañero en la escena que apelar a la contundente frase de “horrorosamente orgánico”, el espectador se sorprende a la vez que asiente, como quien comparte un juicio cierto, si bien expresado de una manera que él mismo nunca hubiera logrado. Es esa apenas una de las múltiples razones y emociones por las que vale mucho disfrutar y agradecer la llegada de Sergio Corrieri, más allá de “Memorias…”, reciente entrega de la realizadora Luisa Marisy, que es el título y la esencia de un imprescindible documental producido por el Instituto Cubano del Arte e Industria Cinematográficos (ICAIC) y el Centro Cultural Pablo de la Torriente Brau.


Foto: Internet
 

Confiesa su directora que se sintió incitada a procurar una obra como la que ahora culmina desde que en 1997 abordara en un ejercicio el contexto del que emerge, en su propia vida, el personaje que da cuerpo y sentido a este logrado audiovisual, revelador de una acuciosa y amorosa investigación, unida a una acendrada profesionalidad, que resultó decisiva y a la vez eficiente parapeto para que los sentimientos filiales no hicieran más que cuidar el rigor, la fidelidad y la auténtica belleza que Luisa Marisy defiende y alcanza al presentarnos a su padre inabarcable en esos 57 minutos.

El guion, resultante de innumerables intenciones, explícitas o no, y del dominio de la vida y la obra de este grande de nuestra cultura, supo enlazar dramatúrgicamente su filmografía —mediante escenas ya clásicas, algunas antológicas—, así como su apenas conocida poesía, con una diversidad de testimonios de  compañeros y amigos que compartieron “causas y azares”. Estos se entregaron con tanta sinceridad, que lo hicieron presente a través de anécdotas y juicios sin declararlo perfecto, aunque ninguno tuvo respuesta a la pregunta sobre sus defectos.

Además, el afortunado espectador va a encontrarse con Sergio Corrieri  puesto a hablar de sí —como nunca hacía—; imágenes que se colocan a manera de aclaraciones y respuestas a lo expuesto, insustituibles confesiones que solo él podía brindarnos.

Qué hermosamente se refrenda su amor por el mar, por su más apacible refugio en las profundidades. Había que escucharlo cuando hablaba de ese extraordinario mundo que se afanaba en compartir. Cuán justo tomar sus versos para hacernos entrar de su mano en la variada gama de intereses y de sentimientos que el documental recorre; sin duda, el poeta Sergio Corrieri es un autor que merece mayor presencia editorial, sin dejar pasar más tiempo.

Y por supuesto, se recorre con particular acierto su quehacer actoral, en teatro, cine y televisión, con pleno apego y respeto a cada uno, cada vez; se agradece la entrega coherente y documentada de esa vida que vivió en tantos personajes sin dejar de ser nunca, razón quizás por la que “se alza” y funda en el Escambray un nuevo modo de hacer teatro, arte, cultura y Revolución en Cuba desde entonces y para todos los tiempos por venir.


Memorias del subdesarrollo
, ícono de la filmografía cubana, ha sido considerada por varios
críticos como la mejor película de América Latina del siglo XX. Foto: Radio Habana Cuba

 

Llega así la hora de contar otras formas en que debió asumir su sagrada vocación de cumplir con el deber, de mostrar su consecuencia y compromiso sin reparar en el costo —quizás imprevisible entonces— no solo para él, también para el teatro y el cine cubanos. Quienes defienden —e incluso los que dudan— que existe un peculiar arte de hacer política, pueden encontrar en Sergio Corrieri un buen ejemplo, aunque esta vez no se tratara de interpretar a otro que no fuese el dictado de su conciencia, y ahí también cosechó aplausos y admiradores, que tributaba sencillo a la patria y la Revolución.

Serán muchos los momentos que muestran los nexos familiares, cuidados durante su vida con tanta delicadeza como con la que ahora son tratados por una realizadora que asumió el reto de retratar de cuerpo entero a una figura tan notablemente pública  — y para ella inmensamente íntima—, que con su partida anticipada y sorpresiva la obligó a respirar hondo y le exigió dejar pasar el tiempo antes de retomar el proyecto, sin sospechar que no lo coronarían juntos.

Damos la bienvenida a este nuevo documental cubano, y quedamos al tanto de su programación —tras la premier en el Multicine Infanta, este 15 de agosto a las 6:00 p.m.— en salas y en televisión, como sin duda merece. Su polisémico título nos invita a constatar que, si para alguien no bastara su consagración con una pieza como Memorias del subdesarrollo, ciertamente existe un “más allá” de este artista, intelectual, revolucionario, amigo, que es ese hombre “horriblemente orgánico” al que no podemos ni debemos olvidar.