Cuando un artista con el rango universal que distingue al griego Mikis Theodorakis, abandona la vida en este mundo, se reafirma una vez más la convicción de que la belleza es revolucionaria. Para hablar del legado de un ser humano como Theodorakis, no se pueden dividir los diferentes estancos que conforman su trascendencia como intelectual revolucionario porque todos aparecen entrelazados por una misma causa: su adherencia a la belleza como el patrón de positividad que rige su vida.

Mikis Theodorakis. Foto: Tomada de Greek Reporter

Solo por el profundo amor a la tierra en que nace, asume las razones para comprometerse con una decidida militancia izquierdista que lo lleva a combatir a los fascistas. De hecho, son los mismos principios que lo inspiran a promover la cultura de Grecia con la música que concibe para películas de franco acento progresista como las memorables Z y Estado de sitio, ambas dirigidas por Costa-Gavras. Por lo tanto, no es de extrañar su estrecha afinidad con personalidades como Salvador Allende, Arthur Miller y Pablo Neruda, el autor de Canto General, poemario al que Theodorakis le compone especialmente la música.

“No se pueden dividir los diferentes estancos que conforman su trascendencia como intelectual revolucionario porque todos aparecen entrelazados por una misma causa: su adherencia a la belleza como el patrón de positividad que rige su vida”.

En este 2021, hace 40 años del concierto que tuvo lugar en la plaza de la Catedral de La Habana, para la presentación del Canto General que bajo la dirección del propio Theodorakis, estuvo acompañado por los cantantes María Farandouri y Georgios Dalaras, además de la Orquesta Sinfónica Nacional. Dicho suceso cultural contó con la presencia del Comandante en Jefe Fidel Castro, quien impresionado por la calidad del evento dialogó brevemente con el músico griego y le expresó: “La música es más difícil que la política, por eso hay más políticos que músicos. Y hay muchos menos artistas revolucionarios. Aunque los artistas quieran la revolución, hay muchos más políticos que no son revolucionarios. Pero ser un artista revolucionario es más significativo que ser un político”. Merecido elogio que en pocas palabras resume la vocación por la belleza en un artista revolucionario como Mikis Theodorakis.

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