En el aniversario 110 de la muerte del pintor y caricaturista mexicano José Guadalupe Posada Aguilar, el Festival del Caribe en Santiago de Cuba dedicó su edición 42 a las celebraciones mexicanas de la vida y la muerte.

José Guillermo Saucedo Ruiz, licenciado en Arquitectura por la Universidad Autónoma de Aguascalientes en 1989, y quien ha ejercido profesionalmente como proyectista, supervisor de obra y constructor, fue uno de los que hizo posible la exposición Posada entre la vida y la muerte, que promueve poco más de veinte obras del artista. La muestra fue inaugurada el 5 de julio a las tres de la tarde en el centro cultural Francisco Pratt Puig.

Posada es reconocido a nivel internacional por su personaje La Catrina. También, se hizo famoso por sus litografías con escenas sobre la muerte, estampas populares y caricaturas sociales, inspiradas en la sociedad mexicana del siglo antepasado. 

Guillermo Saucedo asumió en 2005 la dirección del museo José Guadalupe Posada de Aguascalientes, en el que coordinó y gestionó varios proyectos institucionales. Entre ellos, la ampliación del museo; la internacionalización del Concurso Nacional de Grabado José Guadalupe Posada concebido como Bienal Internacional de Grabado y Estampa JGP; la implementación del Proyecto “Tras la huella de Posada”; la elaboración y ejecución del proyecto binacional (México-España) “20-20, reinterpretando a Posada”, donde participaron veinte creadores locales y veinte españoles y el desarrollo de la “Feria del grabado”.

También, fungió como coordinador estatal del proyecto conmemorativo del Centenario y Bicentenario de la Revolución, “Estampas, Independencia y Revolución”; proyecto auspiciado por INBA, CONACULTA y MUNAE e ICA.

Insertar chapeau: Posada es reconocido a nivel internacional por su personaje La Catrina. También, se hizo famoso por sus litografías con escenas sobre la muerte, estampas populares y caricaturas sociales, inspiradas en la sociedad mexicana del siglo antepasado.

En 2015 forma parte del equipo realizador del primer catálogo razonado dedicado a José Guadalupe Posada, publicado en 2016, conformado por académicos de Aguascalientes, la Universidad de las Artes del ICA y la Universidad Nacional Autónoma de México.

De 2016 a 2017 coordina el centro de animación cultural “Casa Jesús Terán” en Aguascalientes para llevar a cabo las actividades relacionadas con el 25 aniversario de ese recinto. De julio de 2018 a la fecha, coordina el Museo de la Convención Revolucionaria, primer museo oficial del estado de Aguascalientes, y la Galería El Obraje, donde se oferta públicamente el acervo gráfico que desde la década del ochenta del siglo pasado se realiza en los talleres de grabado del Instituto Cultural de Aguascalientes.

Posada concentra en su obra la esencia del ser y sentir del pueblo mexicano.

Orlando Vergés, director de la Casa del Caribe, en Santiago de Cuba, dijo que esta exposición, donada por el Ayuntamiento de Aguascalientes, es parte de las actividades por el aniversario 70 de los asaltos a los cuarteles Moncada y Carlos Manuel de Céspedes. Vergés hizo referencia a la imprenta donde se estampó el grabado de la Garbancera y luego el Manifiesto del 26 de Julio.

¿Qué significa traer a José Guadalupe Posada a Cuba, a Santiago, al Festival del Caribe, dedicado a las celebraciones mexicanas de la vida y la muerte?

Es un acto de hermanamiento más entre México, Cuba y los países del Caribe que van a participar. En esta oportunidad, lo especial es la presencia de la obra de José Guadalupe Posada, que concentra la esencia del ser y sentir del pueblo mexicano. Máxime cuando se trata del tema de la vida y la muerte y el tránsito de la muerte a la vida que indudablemente Posada recreó magistralmente a través de sus calaveras descarnadas, sí, pero de una vitalidad tal que a la fecha han traspasado fronteras y adquirido un reconocimiento universal.    

José Guillermo Saucedo considera que la obra de Posada, particularmente la vinculada a las calaveras, es patrimonio de la humanidad.  

¿Cómo pensó, soñó esa exposición, qué piezas incluye?

La exposición está compuesta por poco más de 20 obras en las que se podrán apreciar hojas volantes, tal y como se comercializaban y distribuían a principios del siglo XX en la ciudad de México, y algunos grabados de personajes famosos de la época. Todas las piezas tratan el tema de las calaveras y en el caso de las hojas volantes podrán encontrar calaveras literarias con un sentido burlón y jocoso propio de la forma del ser del mexicano, particularmente cuando se trata de la muerte. Desde luego, se incluye la imagen de la calavera “Catrina o Garbancera” que se ha convertido en elemento central de la celebración del Día de Muertos en mi país y un referente gráfico de México en casi todo el mundo.  

La imagen de José Guadalupe Posada Aguilar poco a poco se fue convirtiendo en un mito, aunque —a pesar de haber sido el creador de La Catrina y de ocupar un sitio principal en la obra de Diego Rivera—, pocos son los mexicanos que pueden identificarlo.

¿Qué significados le atribuye a La Catrina de Posada en la identidad mexicana y sus celebraciones?

La Catrina de Posada es una obra muy peculiar. En principio, porque fue una de las últimas obras que realizó Posada. Fue publicada por primera vez el mismo año en que muere el artista (1913), con el título genérico de “La Garbancera”.

Las reproducciones que se conocen, editadas por la familia Vanegas Arroyo, son muy pocas en comparación con otras obras que también estuvieron en su poder. Años después, en 1930, es impresa en una monografía de Posada publicada por Paul O’Higgins, Diego Rivera y Frances Toor. En ese libro aparece por primera vez La Garbancera con el nombre de La Catrina.

En 1947 Diego Rivera la reinterpreta en su mural “Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central”, y es entonces que La Catrina comienza a adquirir relevancia en el imaginario colectivo, a tal grado que para finales del siglo XX y lo que va del XXI a nivel del país y otras naciones la calavera La Catrina es casi un símbolo de la festividad del Día de Muertos.

La imagen de José Guadalupe Posada Aguilar poco a poco se fue convirtiendo en un mito, aunque —a pesar de haber sido el creador de La Catrina y de ocupar un sitio principal en la obra de Diego Rivera—, pocos son los mexicanos que pueden identificarlo y menos los que han visto alguna de las dos únicas fotografías que se conocen de él. De ahí la importancia de incluir una fotografía en la exposición.   

Las reproducciones de La Catrina que se conocen, editadas por la familia Vanegas Arroyo, son muy pocas en comparación con otras obras que también estuvieron en su poder.

¿Cómo le gustaría a usted que se promoviera la obra de este mexicano en nuestro país?

Es difícil responder esa pregunta. Primero porque la obra de Posada, particularmente la de calaveras, la considero como patrimonio de la humanidad. Segundo, porque si bien es cierto que el tema de la vida y la muerte es universal, cada nación tiene su particular manera de “vivir la muerte”. Y este es el punto donde se complica la situación en cuanto a cómo me gustaría que se promoviera la obra de Posada.  

El “cómo me gustaría” te lo voy a cambiar por “como interpreto yo que debe promoverse la obra de Posada”. Durante todo el siglo XX, esta pasó de las sombras a la luz. Algunas veces elevada y exaltada por la clase académica; otras, por la artística, por algunos gobiernos y hasta por determinados movimientos políticos de otros países, y así se fue consumiendo el siglo. En la primera década del XXI, incluso algunas empresas llegaron a usar su obra e imagen con fines comerciales.

La obra de Posada debe promoverse como “una expresión de resiliencia comunitaria del pueblo de México” que ha podido librar adversidades gracias a la magia del aguascalentense José Guadalupe Posada Aguilar.

Conforme transcurrió todo lo anterior, la celebración del día de muertos se vio desplazada en algunos sectores por el famoso “Halloween”, fenómeno que fue contrarrestado por algunas agrupaciones formales, instituciones particulares, colectivos, algunos estados y otros sectores de la sociedad mediante campañas enfocadas a revalorar y rescatar nuestras tradiciones y costumbres en cuanto a la celebración del día de muertos.

Un elemento fundamental en ese movimiento fue el uso de las calaveras de Posada. Acto que atinadamente seleccionaron, porque todos los sectores de la sociedad se identificaron de inmediato con la obra, tanto que a la fecha no existe entidad en el país donde no se incluya una imagen de la obra de Posada. El efecto ha sido tal que ha trascendido nuestras fronteras. En Japón, Alemania, Brasil, Canadá, España y muchos otros países, las comunidades de mexicanos han logrado permear esta tradición en su entorno o contexto.

Creo que la obra de Posada debe promoverse como “una expresión de resiliencia comunitaria del pueblo de México” que ha podido librar adversidades, como la descrita, gracias a la magia del aguascalentense José Guadalupe Posada Aguilar, hijo de india y mestizo, que es, sin lugar a dudas, uno de los pocos artistas mexicanos que ha logrado influir, con su legado,  en  la  historia del arte de nuestro país y también en las nuevas generaciones, que han descubierto en La Catrina un motivo de identidad y pertenencia.    

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