“Llévame contigo a bailar, morena”… Así empezó todo.

El pianista y compositor Roberto Fonseca sabe muy bien cómo hacer un show. Porque el jazz no es solo música para tocar y autocomplacerse —me dijo una vez—, sino para compartirla y vivirla todos juntos.

Entonces conoce los ingredientes para conectar con el público de inmediato. Conversa, bromea, propone, canta, baila, toca, invita a las palmadas masivas y sobre todo, sorprende. Cada entrega en cada uno de sus conciertos trae algo nuevo, “porque siempre hay que renovar lo que se ofrece, porque siempre hay que experimentar con lo nuevo y no tener miedo a romper esquemas”.

La Gran Diversión es el proyecto más reciente, ya presentado en el festival Jazz à la Villette, en Francia, y por primera vez en Cuba, brindado como concierto clausura del Jazz Plaza 2023. No podía ser otro.

En la Sala Avellaneda del Teatro Nacional, estaba su elenco extraordinario: los saxofonistas Javier Zalba, Emir Santa Cruz y Jorge Sergio Ramírez; los trompetistas Roberto García, Lázaro Oviedo y Tommy Lowry; el trombonista Dany Arce, Ruly Herrera en la batería, Adel González en las congas, Yandy Martínez en el bajo y Andrés Coayo en la percusión. ¿Qué más se podía pedir?

Sin embargo, Fonseca soñó en grande y lo logró. A la escena trajo a los percusionistas Pedrito Martínez y Giovanni Hidalgo, en las congas y el timbal, respectivamente. Fue apoteósico el tema interpretado por todos juntos, Maní mambo, que de repente terminó en Hey Jude, el conocido título de The Beatles.

“Fue una fabulosa elección para cerrar, con broche de oro, siete jornadas del Jazz Plaza, un festival que sigue siendo de los más importantes en el país, y con un prestigio ya alcanzado en el ámbito mundial”.

Fonseca ofreció un homenaje a Yemayá… mesas en el centro, con velas encendidas… y Ruly Herrera sacándole sonidos a una botella vacía, Yandy Martínez con unas maracas chekeré y Adel González con uno más grande…

Se tomó el tiempo preciso para dedicarle un bolero a Mercedes, su mamá, y un esperado instante para rendirle tributo a todos los pianistas tradicionales con el tema de la autoría de Fonseca, Oscar, please, stop (en recordación de Oscar Peterson), con Adel González y Andrés Coayo a su lado, con sus instrumentos, cerca del piano.

A ratos cambiando la escenografía… Es un show, repito, con todo lo que lleva. Evidentemente, es una de las claves del éxito de Fonseca, quien a nivel internacional no deja de tener concurrido público en sus espectáculos.

No puedo decir más. Fue una fabulosa elección para cerrar, con broche de oro, siete jornadas del Jazz Plaza, un festival que sigue siendo de los más importantes en el país, y con un prestigio ya alcanzado en el ámbito mundial. ¡Nos vemos en el próximo!

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