La grandeza de esta revolución

Fernando Becquer
29/11/2020

Hasta ahora no he abierto mi boca para opinar, pero ya es hora. Todo el que estaba ayer en el Mincult —me refiero a los estudiantes y a los que una vez fueron estudiantes— le debe la realidad de su vocación profesional a esta revolución. Revolución que les garantiza poder estudiar una carrera universitaria sin pagar un centavo, pues se sabe de sobra que un servicio social de dos años no paga el costo de ninguna carrera universitaria. Revolución que garantiza subsidiar el arte por encima de cualquier interés comercial. Revolución que promueve que jóvenes de los sitios más intrincados de este país puedan hacer realidad su sueño de estudiar una carrera que en otras partes del mundo les sería imposible. Revolución que garantiza de manera gratuita, y sin medir el costo, la educación escolar a todos los niveles; también la educación infantil especial y la educación infantil deportiva.

Escribo este artículo a media mañana. Y si me coge la noche, de seguro me quedan un montón de cosas por decir de la grandeza de esta revolución. Cosas que muchos de los que estaban allí en el Mincult no valoran o no les interesa valorar. Oigo reclamaciones sobre la libertad artística, cuando en este país los artistas crean y nadie les quita la libertad de creación. Nunca he tenido un censor a mi lado vigilando lo que escribo o lo que no escribo en una canción. No conozco a un artista plástico que tenga un inspector de trazos y mensajes. No conozco a un poeta que le censuren un verso.

“Nunca he tenido un censor a mi lado vigilando lo que escribo o lo que no escribo en una canción”.
Foto: Internet

 

Digo todo esto dejando bien claro que la revolución tiene total derecho a defenderse de sus agresores por muy pequeños que sean o débiles que parezcan. Ahora no estoy de acuerdo en que se utilice el arte para desestabilizar lo que tanto sacrificio y tanta sangre ha costado. Escucho peticiones de diálogo y creo que no debe existir ningún tipo de diálogo con el que intenta destruir lo que uno ama. Por eso no estoy de acuerdo con el Movimiento San Isidro ni con ningún movimiento que sea similar a este.

 

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