La Habana se mueve por la red

Dazra Novak
30/1/2020

A raíz de la conexión a Internet desde los móviles, La Habana ha comenzado a moverse de otras maneras. Y no hablo solamente de este fenómeno de encontrarnos personas compartiendo mesa sin mirarse, sin hablarse, tan concentrados en las pantallas de sus teléfonos para revisar las redes sociales. No es solamente el extraño hecho de que alguien vaya hablando a nuestro lado, en el asiento del taxi, y ahora observe la cara de su interlocutor en la pantalla de su celular. ¿Será que ahora, conectados a la “otra realidad”, obviamos la realidad de siempre?

¿Será que ahora, conectados a la “otra realidad”, obviamos la realidad de siempre?. Foto: Internet
 

Mejor hablemos de experiencias más positivas, como la respuesta espontánea y masiva para apoyar a los damnificados, a comienzos de 2019, tras el paso del tornado. Es necesario hablar, porque también están ahí, y duele, de las experiencias negativas, como los videos circulados tras la desastrosa caída del avión y el impacto de aquel almendrón contra el muro. ¿Será que no tenemos claro que es una herramienta que sirve lo mismo para el bien que para el mal?

Hoy las redes influyen en los estados de opinión (más allá de las polémicas y berrinches de turno) sobre cualquier tema o noticia. Y ahí, también, hay sus buenas y malas prácticas. Muchas veces le damos curso a noticias que parecieran abundar en el tema, pero no, realmente son falsas total o parcialmente, al mostrar una realidad manipulada. Otras veces, ante un post que habla una verdad, nos quedamos callados. No le damos el like necesario para que esa verdad se expanda y contribuya. ¿Será que nos entretiene más el escándalo?

Por suerte tenemos, a estas alturas, emprendimientos útiles vinculados al uso de internet desde los móviles. Algunos, como AlaMesa, directorio de restaurantes y bares que abarca todo el país (que funcionó durante mucho tiempo de modo offline) donde es posible encontrar fotos del lugar, precios y recomendaciones. Hasta los más recientes, como las aplicaciones Bajanda, Sube y La nave, que ofrecen servicios de taxi a cualquier hora, hasta cualquier punto de La Habana. Todas estas aplicaciones, claro está, tienen sus réplicas en sitios de redes sociales, particularmente en Facebook.

Y sin embargo la furia de Facebook, como ha pasado en el resto del mundo —¿por qué tendríamos que ser diferentes?—, va cediendo paso a otras plataformas. Algunos (sobre todo los adolescentes) prefieren Instagram (una red que prioriza la imagen, donde se escribe poco y se lee menos). Cada vez son más los youtubers cubanos. Y están los otros, que hoy prefieren comunicarse por Whatsapp y Telegram argumentando que Facebook es demasiado chismoso. ¿Será que nos cuesta reconocer que es nuestra decisión postear o no postear?

La furia de Facebook va cediendo paso a otras plataformas. Foto: Getty Images
 

Ante lo trabajoso que resulta, desde hace un par de años, lograr el buen posicionamiento de una página en Facebook, es decir, que los productos sean visibles a los clientes potenciales, los negocios se han redireccionado a una red más “privada” (así, entre comillas, porque a estas alturas todos deberían saber que nada, absolutamente nada, es privado en Internet). Y cuando el viejo revolico.com, después de sortear tantos obstáculos, parecía que, ahora sí, irrumpen los grupos de Whatsapp en tu dispositivo y te preguntan:

¿Quieres ordenar la impresión de un libro en particular? ¿Quieres comprar ropa a tu medida? ¿Quieres comentar con el resto del grupo qué tan buenas son las clases de los profesores? ¿Quieres pedir un taxi? ¿Quieres convocar a una fiesta? ¿Quieres organizarte para un trabajo en equipo? ¿Quieres intercambiar informalmente con tus compañeros de trabajo? ¿Quieres volver a conectarte con la gente de tu graduación?

A veces el usuario se suma voluntariamente a estos grupos, según sus intereses y su nivel de conectividad. A veces, lo suman. A veces estos grupos tienen intereses puramente comerciales o de diversión. A veces surgen por asuntos serios y se convierten en vehículo para resolver problemas con un mínimo de coste. A veces le hacen lugar a contenidos polémicos y criticados, como la pornografía, entre otros.

¿Cómo obtienen tu número de teléfono? He aquí una pregunta muy interesante. Pues, por los contactos de algún amigo que te incluya (no necesariamente con previa consulta), o por la famosa guía filtrada de la Compañía Etecsa. Da igual, ya los números lamentablemente están ahí, a disposición de todos. No hay nada privado en estos tiempos donde por fin se accede a Internet desde los móviles. Todo es tan rápido, casi inmediato. Nada queda en la nada en estos tiempos. Tampoco La Habana.