La Casa Eusebio Leal acogió la presentación del libro La Revolución de 1868, en el marco de las actividades de la Feria Internacional del Libro.

La compilación, a cargo de Oscar Zanetti, agrupa las investigaciones y el análisis de casi 30 historiadores de todo el país, en donde se conjuga un proyecto colectivo. Según explicó Eduardo Torres Cuevas, quien presentó el compendio, cuando la Academia de Historia se propuso hacer este material se tocaron todos los temas que, de una forma u otra, tenían que ver con el proceso de 1868.

“En el encuentro, Torres Cuevas insistió en que la mayor satisfacción del libro (…) se halla en el gran colectivo de historiadores que participan”.

“Cada una de las revoluciones significó cumplir lo que no pudo lograr la otra, pero crecieron. El 85 tuvo a José Martí. Fue un proyecto nacido en Céspedes, que floreció en el pensamiento martiano; después en el 59, en el pensamiento de Fidel Castro. Es una larga historia, que no se puede entender sin saber qué pensaban esos hombres, qué repúblicas soñaban, sus conceptos fundamentales”, argumentó Torres Cuevas.

“Hoy los temas hay que estudiarlos desde diversos observatorios, diversas especialidades. Los estudios históricos tienen que ser transdisciplinares para poder tener una visión lo más cercana a lo completo”, continuó.

En el encuentro, Torres Cuevas insistió en que la mayor satisfacción del libro, con sello de Ediciones Boloña, se halla en el gran colectivo de historiadores que participan; quienes han ofrecido sus conocimientos acumulados, sus resultados de investigación y, sobre todo, sus análisis, para que cada quien piense la Revolución de 1868 con plena libertad, en aras de construir el conocimiento.

Leal a la historia

Confluir es un arte. Por ello, fue todo un pasaje del azar que la presentación del libro tuviera como sede la Casa Eusebio Leal.

La conexión de Eusebio con la historia es totalmente auténtica y genuina. “Recuerdo tantas veces hablar a Leal con el doctor Torres Cuevas del libro, y de la importancia de que saliera a la luz esta compilación maravillosa. Leal fue miembro fundador de la actual Academia de la Historia y un benefactor de su creación y mantenimiento”, expresó Ariel Gil, director de la Casa Eusebio Leal.

“Leal fue un historiador que construyó con las manos, la mente y en la realidad. No solo letra, es espíritu y es materia”.

“Es una obra con la que hemos soñado muchas personas hace mucho tiempo. Eusebio Leal insistió en la relación de trabajo sostenida con la Academia de la Historia de Cuba, personalmente se involucró en rescatarla y traerla de vuelta a la vida social y cultural cubana”, dijo Magda Resik.

“Leal tuvo una valentía extraordinaria para sacar adelante los proyectos. No era el rescate de un patrimonio, era rescatar el patrimonio de hoy para nuestros hijos. Ese modo de sentir y vivir su Habana, hizo que todos nosotros sintiéramos y viviéramos su Habana, que era nuestra Habana. Pasear La Habana es vivir la historia en presente”, contó Torres Cuevas.

Tras la sencillez de Leal estuvo su misión de salvaguardar toda la sutileza de la ciudad. “Un seguidor de cada cuestión por reparar. Así lo hizo con la Academia de la Historia. Leal fue un historiador que construyó con las manos, la mente y en la realidad. No solo letra, es espíritu y es materia”, añadió el presidente de la Academia Cubana de la Historia.