El Arco de Santa María, uno de los monumentos arquitectónicos más representativos de la Ciudad de Burgos, acoge en estos días una exposición de la artista de la plástica cubana Isis de Lázaro, de conjunto con el pintor lugareño Juan Martín Oña.

Con el título La Isla encantada, la muestra presenta en la llamada capital de la evolución humana, los cromatismos encendidos de la luz caribeña, fruto del infatigable andar del pincel de Isis sobre el lienzo ignoto. Y los rostros claroscuros de Juan, en sus imaginarios habitantes de un segmento de trópico que aún no ha visitado. De conjunto, las obras de ambos artistas consiguen borrar, según elcorreodeburgos.com, las distancias geográficas entre los dos países.


Isis de Lázaro en la inauguración de La Isla encantada junto
a su obra Voces. Fotos: Cortesía de la autora

En las palabras para el catálogo, escritas para Isis por su otrora profesor de la Academia de Artes Plásticas de San Alejandro, José Pérez Olivares describe que la pintora exhibe en esta colección cuadros y técnicas que van del acrílico al lápiz de acuarela, y de este al óleo.

Sus temas —dice— redundan en torno a su vida y la vida social de nuestra Isla encantada, mostrándonos las dos caras que a menudo ofrece la realidad de cualquier país. La amable (La Isla que flota y baila, Isla encantada y La Isla que encontró mi abuelo), podemos apreciarla en esos cuadros donde hallamos perfiles femeninos, mujeres con alas que surgen del mar y de la espuma, o que parecen flotar aún dentro del amnios materno.

“Los perfiles, los rostros y cuerpos que aparecen allí son, desde luego, también los de Isis, porque ella está en todos esos cuadros que observamos. En las gamas donde predominan azules y rojos con algún toque sutil de verde o amarillo. Todo ello contrastado contra el blanco del lienzo, que es la matriz de donde brotan sus dulces y misteriosos engendros”.


Isla que flota y baila 

En la otra cara, semblantes que no pretenden rendir culto a lo bello, aunque redunda en ellos la estética y plasticidad de sus formas (Sílfides, Sin palabras y Voces). Y ahí están sus encantos, si se da por descontada la singularidad de cada uno de los personajes (viandantes del malecón habanero), más estilizados o pedestres.

Bajo el subtítulo Alma onírica y colorida, el citado diario burgalés publica que Isis de Lázaro lleva el arte en los genes. “Si para cualquier creador es difícil detallar cuándo se produjo el flechazo, para ella, con padres artistas, más”. Y añade que desde el inicio de sus estudios de artes plásticas, a los 11 años, ha fraguado una carrera con un centenar de exposiciones, con una obra que abarca desde el lirismo crítico hasta un surrealismo muy personal, expuesto en galerías, museos y otros espacios de América y Europa, sin contar su participación en cinco bienales de La Habana. Desde 2010 cuenta en la capital cubana con su propio centro expositivo, Mínimo Espacio.

En entrevista realizada a los artistas en el programa televisivo El Magazine, del canal 8, Isis reveló que esta es su exposición número 100 y que se trata de un proyecto que había llevado desde hace más de un año, “al cual le puse todo mi interés y esfuerzo desde su concepción inicial”, dijo.

Asimismo, la pintora estima el fuerte impacto que ha tenido su muestraentre los visitantes a La Isla encantada, expuesta en el Arco de Santa María hasta el día 18 del presente mes. “Percibo que el público de la ciudad no está acostumbrado a un arte más desprendido del academicismo y de la expresividad del color del Caribe. Algunos se extrañan, incluso, de no ver en mis pinturas un retrato hiperrealista o una obra descriptiva; otros la han comparado con la de grandes surrealistas como Salvador Dalí, de España, y Wifredo Lam, de Cuba”.

El propio diario reseña las palabras de Martín Oña. “Estéticamente nos diferenciamos bastante. Ambos somos figurativos y usamos la figura humana, pero desde estilos y técnicas completamente distintos”, mientras Isis de Lázaro destaca en entrevista la dispar paleta cromática que separa los llamados viejo y nuevo continentes.