La libertad del jazz hoy asoma desde casa

Ivón Peñalver
30/4/2020

Desde 2011, el 30 de abril el mundo se contagia con la celebración del Día Internacional del Jazz. Con esta promulgación hecha por la Conferencia General de la Unesco se logró honrar a un género de auténtica esencia afroamericana que ha influido en el día a día de muchas naciones.

En esa comunión de piano, batería, saxo, al que se unió la guitarra, sobre todo la eléctrica, el violín, y donde como colofón se insertó la voz, dio por resultado el nacimiento de un género que ha apelado a la urgencia de un ser y sentir libres, hecho indispensable de la condición humana que por estos días solo aflora desde patios individuales.

En tiempos de COVID 19, el jazz deja de sonar en cafés concerts, bares y teatros e inunda con su calor emotivo "escenarios" más personales. La adrenalina colectiva se traduce en una búsqueda más a lo interior, en una relación íntima de intérprete con su instrumento. Esta es la exigencia que la música clama en nombre de la vida.

 

Las plataformas digitales se convierten en auditorios abiertos, y desde ellas por ejemplo en Cuba los músicos Alejandro Falcón acompañado de Cubadentro y Michel Herrera y su grupo han ofrecido por estos días conciertos online organizados por el Instituto Cubano de la Música. Otro grande como Bobby Carcassés, Premio Nacional de la Música ha afirmado la necesidad de proteger el género desde la inmanente necesidad de cuidar al ser humano.

Por su parte el Maestro Ruy López Nussa y sus hijos han dejado su impronta en la red de redes; junto a Harold mostró el inicio de un trabajo que vaticina un estupendo seguimiento, y ahora prepara para las redes una propuesta junto a Ruy Adrián como parte de las celebraciones por el Día Internacional del Jazz.

Ya por estos días hemos disfrutado de conciertos online ofrecidos por el maestro Chucho Valdés, de modo en que en jornadas de recogimiento las complejas armonías del jazz no han sido silenciadas.

Estambul, Osaka, París, Washington DC, La Habana, San Petersburgo, Melbourne han sido hasta hoy las ciudades seleccionadas como sedes para celebrar la inmortalidad de este género, que es de uno y a la vez de todos.

Sea pues este 30 de abril, una nueva oportunidad para que la introspección creativa dé fruto a nuevas melodías que sigan apostando por la libertad personal, la improvisación sin límite y la búsqueda melódica que ha convertido al jazz en ese "modelo de expresión cultural" que hoy asoma solo en casa.