Me encantó volver a verlo, volver a encontrar su sonrisa afable y el abrazo que no falta. Cada vez que comparto con el músico Arturo O'Farrill, ganador de dos premios Grammy, reafirmo que la grandeza de cualquier ser humano radica justamente en su alma noble, en su sencillez desbordante. Es lo que encuentro en él, y le agradezco que haga de Cuba un destino obligado en su vida cada vez que desee “conectar” puentes, proyectos, ideas, anhelos… los suyos y los de otros.

Precisamente cuando inició aquel abrazo musical entre Cuba y Estados Unidos en 2014, sabía que no terminaría. Con su Afro Latin Jazz Orchestra visitó nuestro país, y lo que surgió como el proyecto La conversación continuada, que devino luego trabajo discográfico (excelente, por cierto), se ha convertido en la oportunidad ideal para que músicos norteamericanos y cubanos compartan talentos.

Los Gatos Gordos y Los Perros Flacos son las bandas en las que reúne a esos muchachos ávidos de aprender la magia de la música. Arturo considera que visitar Cuba es parte de ese aprendizaje, por lo que desde hace dos años promovió estos encuentros “porque quiero que sientan en su piel la energía musical de este país, donde nació mi padre. Quiero que aprendan de donde viene todo, y se den cuenta que no importan las ideologías o la política. Se viven momentos terribles porque las medidas de Donald Trump no son las mejores, pero la música es más fuerte que cualquier ideología, y las raíces musicales se complementan con el amor, y con eso basta”.

Del 27 de junio y hasta el 3 de julio, el programa incluyó presentaciones en el Centro Cultural Bertolt Brecht en La Habana, en la sala José White en Matanzas, visitas a museos, intercambio con El Piquete Típico Cubano, los Muñequitos de Matanzas, y con los ganadores del programa televisivo La Banda Gigante.

Con esta joven banda compartieron por más de dos horas este domingo en el Hotel Tejadillo en el Centro Histórico de La Habana Vieja, momento en el que pude conocer de los futuros proyectos del pianista, compositor, arreglista y productor, entre los que se incluye un trabajo de conjunto con el músico español Antonio Lizana.

“Terminé el proyecto Fandango at the wall, en el que involucré a músicos de Londres, New York, de Hong Kong, de México, de todas partes, para derrumbar muros porque realmente con la música es con lo que más siento que podemos transformar”.