La savia, para ser fruto, debe entrar por la raíz

Belén Cañas López
21/11/2018

La gran Cecilia Todd, mujer y trovadora de la estirpe de las Violeta Parra, pisa de nuevo nuestra Isla. Esta vez lo hace bajo el pretexto de recibir el premio —que lleva el nombre de otro de los grandes— Noel Nicola. Lo cierto es que Cuba para Cecilia viene a ser como otra patria, como también le sucede a muchos de sus compatriotas venezolanos. Esta trovadora mezcla de sutileza y temperamento ha defendido por todo el mundo la canción folclórica de su maternal Venezuela y, con ello, una parte vital de la identidad latinoamericana. A sus 67 años carga todavía con esta responsabilidad disfrutable que hoy le hace merecer dicho premio.


Fotos: Iván Soca

 

Una vez más la emblemática sala Ernesto Che Guevara, de Casa de las Américas, sirvió de refugio a la canción. A la sombra del Árbol de la vida se dieron cita la nobleza y la fraternidad que unen a la trova latinoamericana, y es aquí donde se demuestra que la canción sigue siendo siempre el mejor obsequio. De la mano de los acordes y los abrazos de entrañables amigos como Vicente Feliú, Silvio Rodríguez, Noel Nicola, Alí Primera y Liuba María Hevia subió al escenario una conmovida Cecilia aterida de humildad.

La entrega del premio coincidió con el aciago fallecimiento del querido amigo de muchos de los presentes y embajador venezolano Alí Rodríguez Araque, a quien, sin titubear y llena de emociones encontradas, la trovadora dedicó el homenaje. Digitando un minúsculo cuatro, pero a capella, rompió Cecilia la tensión del momento con la canción Tonada para dos tristezas,[2] a la que siguieron varios clásicos de su repertorio.

Luego de concluir el (semi)concierto, casi a hurtadillas y entre una marea de fotos y felicitaciones, pude robarme unos minutos a la homenajeada para que respondiera algunas preguntas a La Jiribilla. Cecilia, con esos ojos llenos de sabiduría, nos regaló sus palabras.

Cecilia, el premio se otorga a aquellos trovadores/as que han dejado una impronta en los pueblos iberoamericanos. Te invierto la afirmación con esta pregunta: ¿Cuál es la impronta que han dejado los pueblos iberoamericanos en tu vida y en tu canción?

Mira, yo me siento absolutamente orgullosa de ser latinoamericana. Creo, insisto, que el Caribe y toda Latinoamérica son una de las zonas más vivas, más ricas del planeta en todo sentido, tanto humana como culturalmente, y me he nutrido de esa Latinoamérica toda, de toda, no solamente de su música, también de la literatura, la plástica, el arte en general y, sobre todo, humanamente. Así que vivo muy orgullosa de haber nacido donde nací y de haberme embebido de esa cultura que hoy defiendo con mi canto.


 

¿Qué significan Cuba y su música para usted?

(Risas) Mira, si Latinoamérica ha sido toda tan importante, Cuba ha jugado un papel, yo creo que único, no solamente para nosotros, para Venezuela, sino para todo el mundo hispanoparlante y más, diría yo. La Nueva Trova marcó una etapa muy importante, pero antes, la Trova tradicional, también, porque se difundieron mucho y la gente empezó a conocer otro tipo de música más bailable, los boleros, el son. Después vino esa etapa importantísima de la Nueva Trova que nos ha marcado a todos inmensamente. Creo que no hay ningún trovador fuera de Cuba que no tenga influencias de esa etapa de la Trova. No hay, no existe. No solo en lo musical, sino como una filosofía de vida, una manera de asumir la vida. Este concierto que mencioné en el escenario,[3] que fue el 28 de octubre en Avellaneda, un sitio muy importante, muy combativo en Buenos Aires, el gran Buenos Aires, fue impresionante. Porque, además, fue en el marco de una situación difícil que se está viviendo en ese país y en toda Latinoamérica. Lo que significó Silvio, y significa la obra de Silvio, es algo que ha marcado las vidas de los pueblos de este continente, algo que sigue siendo necesario defender. Me atrevo a decirlo no solo por mí, sino por todos los latinoamericanos e hispanoparlantes también.


 

¿Cuáles han sido los retos en su carrera como folclorista y como trovadora?

Creo que el principal reto ha sido la insistencia de creer en esto y de defenderlo… (le suena el móvil) ¿Es el tuyo?

No, creo que es el tuyo.

(Risas)

Sí, María… (conversa)…

Los retos más difíciles…

Estábamos en eso, sí. Creo que ha sido la persistencia, porque hemos estado nadando en contra de la corriente siempre, y esta carrera tiene muchos altibajos. No es algo lineal y predecible. Vivir de la música, por lo menos arrancar, es muy difícil. De repente tienes mucho trabajo, de repente no tienes trabajo, hay muchos factores que lo condicionan, desde la situación política hasta la lluvia, no sé, miles de cosas que lo convierten en algo inestable. Pero no lo cambio por nada. Por nada. Lo seguiría haciendo igualito. Hasta pasando por todos los momentos difíciles, lo volvería a hacer.

¿Cuán difícil ha sido defender su postura política de apoyo a la Revolución venezolana, desde Venezuela?

Ha habido ciertas dificultades porque estamos realmente polarizados. O eres una cosa o eres la otra. Esa radicalización de las posturas es algo que nosotros nunca habíamos vivido, nunca hemos sido así. Ha sido una cosa muy impuesta, que se ha ido fomentando poco a poco a través de los medios. Ha sido terrible porque se han separado familias, amigos, parejas, y es difícil. Y bueno, de repente siendo personaje público, conocido, pues ha habido situaciones desagradables. No han sido muchas, pero sí suficientes para hacerme sentir esa presión, que en algún momento hasta han llegado a preocuparme las reacciones que puede generar una actuación mía, pero seguimos. Seguimos.

¿Qué mensaje le daría a la Latinoamérica de hoy?

Lo que decía la canción que acabo de cantar.[4] Creo que tenemos que estar muy unidos, porque lo que se nos aproxima es difícil, y lo único que nos va a ayudar es la unidad.

¿Cuál es su canción preferida de Venezuela, y cuál de Cuba?

Eso es una cosa que es muy difícil de responder, porque es cómo que te pidieran escoger entre tus hijos. No existe eso. Me siento un poco como la madre de todas, por eso las canto.

¡Gracias, Cecilia!

A ti, Belén. Siempre leo las entrevistas de La Jiribilla, porque me llegan, no sé por qué ni cómo, pero me llegan… (Risas).

El escenario sobró para una tarde de amigos, reencuentros, sensibilidades, décimas, improvisaciones, anécdotas y risas. La música sigue siendo, en la Voz de Cecilia Todd, una forma de resistencia y una filosofía de vida. Son las sonoridades de su tierra y su continente la savia que nutre los frutos que hoy regala esta entrañable mujer.

Notas:
 
[1] verso de la canción Cielo despejado, del trovador venezolano Ali Primera.
 
[2] Canción de la autoría del compositor venezolano Ignacio Izcaray.
 
[3] Concierto de Silvio en la Plaza Avellaneda, de Buenos Aires, el 28 de octubre de 2018, donde se reunieron más de cien mil personas.
 
[4] Unidad latinoamericana, (décimas de Ernesto da Silva).