La utilidad de la virtud

Yoamaris Neptuno Domínguez
24/7/2018

Pasan las doce del mediodía del viernes 13 de julio y hay tanto calor que me lo pienso antes de agarrar un P2 para llegar a la Escuela Primaria Quintín Bandera, en la comunidad Alberro del municipio Cotorro.

Al fin llego y me encuentro un avispero desde la propia entrada. Dos "locos" pintan una caseta que –según recuerdo– estaba casi destruida. Los colores hacen descubrir un Martí singular, sin esquinas, a decir de sus creadores, Kamyl Bullaidy y Víctor Mora.

Del otro lado: niños y adultos pintan en el Bosque Martiano y en otras áreas. La mayoría de ellos juegan béisbol con glorias del municipio. Los miembros del Club Martiano “Béisbol de Siempre” jalan o sueltan la soga con los entrenadores del INDER y otros aprenden con los profes de la Cruz Roja. Se identifican rostros conocidos de artistas y deportistas que no se hacen de rogar cuando les piden tomarse una foto.


Presentación de la colmenita del Cotorro en Cultura y Nación en el Barrio.
Foto: Sociedad Cultural José Martí
 

El sol "quema", pero hay una misión para otros artistas de la plástica: terminar la enorme bandera que formará parte de la escenografía, en la cual cada día el busto de Martí (a develarse en la mañana) acompañará a los alumnos de esta escuela, devenida hoy escenario principal de la Acción Cultura y Nación, impulsada por la Sociedad Cultural José Martí. 

Intento hablar con sus organizadores, pero el revoloteo no lo permite. Los locales de la escuela se han convertido en espacios para donaciones de sangre; exposiciones de manualidades; ventas de libros; conversatorios sobre la prevención de infecciones de transmisión sexual; visitas al Museo Casa Natal José Martí mediante proyecciones en 3D; presentación de materiales audiovisuales; y hasta talleres de música, donde descubro a René González (el mismísimo Héroe) tocando el güiro y luego el cencerro en una orquesta a base de claves, maracas y tumbadoras, tocadas por niños y niñas bajo la guía de simpáticos profesores que le imprimen un toque particular a los ritmos cubanos.

La tarde cierra en la calle, aficionados de los proyectos comunitarios del municipio demuestran sus habilidades en la música y la danza e invitan a los espectadores a regresar el sábado.

Sábado 14, 9:00 am. Ya está lista la bandera y, para festejar, regresan los proyectos comunitarios, antecedidos por minutos de relajación a través del Tai Chi.

La mañana continúa con actividades interactivas, mientras se espera una conferencia de Reinaldo Taladrid para iniciar la tarde. El set preparado y nada de conferencia. En su lugar, un diálogo preciso, ante el camino inevitable a emparejarnos tecnológicamente con el resto del mundo. Sabias reflexiones para sacar nuestras “propias conclusiones” sobre el uso y abuso de celulares, internet y todo aquello a lo que llamamos “nuevas tecnologías”.

Para finalizar, ¡Llegó Tony Ávila! El pintoresco cantautor, guitarra en mano, se hizo acompañar de los personajes de sus canciones, interpretados por los integrantes de los proyectos Amor a la vida, Soñarte, Sesé Coralillo y la sede municipal de La Colmenita. Esto constituye una demostración concreta de la humildad del artista y de la nobleza de estas actividades en beneficio del pueblo, las cuales persiguen incorporar más a la juventud que cuenta con Martí como un símbolo. El Apóstol ha sido un ser humano capaz de llegar hasta nuestros días, su ejemplo incita a leerlo, interpretarlo y llevarlo a la acción.

Supe que Cultura y Nación ya ha tenido incidencia en ocho municipios de La Habana y ha logrado insertarse de manera particular en comunidades distantes, con la colaboración necesaria del Ministerio de Educación, empresas y actores locales.

La idea pretende no solo quedarse en la intervención, el seguimiento ha de constituir la base de lo desarrollado hasta el momento. La cultura se convierte en mensaje valedero para creer en la utilidad de la virtud, donde la nación va a la comunidad. Esto constituye, sin lugar a dudas, algo muy necesario en estos tiempos…