Lizt Alfonso Dance Cuba es una reconocida compañía danzaria que marca la fusión dentro del flamenco en Cuba, y funde el erotismo hispano con la fuerza negra, insertándole las tendencias más actuales de la composición coreográfica, musical y teatral.

Dicho así, en breve síntesis, es la mejor forma que encontré para presentar un trabajo de más de dos décadas: no a la manera de Gardel, pues esta compañía ha demostrado que 20 años sí es mucho tiempo, cuando se trata del riguroso apego a las raíces culturales. Al decir de la Maestra Lizt Alfonso, “sostienen la máxima de  tejer puentes de cultura y amor desde la Isla hacia el mundo”. Igualmente, afirma que al pensar en los nuevos retos de una compañía que sigue creciendo a la par de los días, el primer sentimiento que aflora es la satisfacción por ver cómo han logrado burlar fronteras idiomáticas, religiosas, políticas, sociales, a través de espectáculos que, preparados con el máximo rigor, sitúan a Cuba como la isla privilegiada que es en cuanto a su arsenal cultural.

En ese tránsito arduo e intenso, esta compañía ha ido a la vanguardia. Baste recordar que fue la primera agrupación danzaria cubana que actuó en la esperada ceremonia de los Latin Grammy, y en 2008 conquistó el Premio internacional DORA en Toronto, Canadá, a la mejor coreografía de un musical en el año, por el espectáculo Vida. En 2016 les fue entregado el Premio International Spotlight para las Artes y las Humanidades, concedido cada año por la Casa Blanca.

Ha sido así hasta hoy, que recién se escuchan los ecos de  su gira por Canadá y los Estados Unidos de América. Por octava ocasión, los canadienses compartieron la magia de una compañía que conoce muy poco el descanso. Con la participación de la Orquesta Failde, encargada de la música en vivo, se estrenó la puesta Lumiere sur Cuba y se repuso Cuba Vibra. La primera, una selección de momentos de esplendor de varias de sus puestas distintivas, y la segunda, una profunda definición de lo que es la compañía dentro del espectro músico-danzario de la Isla: una profusión de vitalidad, cadencia, erotismo y lo principal, sensibilidad y maestría.

Refiere la Maestra Lizt: “Visitamos 17 ciudades, entre ellas, Ottawa, Montreal, Quebec, Calgary; nos presentamos en el Gran Teatro de Quebec; Place des Arts, de Montreal; el Teatro Flato, de Markham y el Jack Singer Concert Hall, de Calgary, entre otras importantes plazas. Un frío estremecedor, pero ciertamente en Canadá se nos espera y eso reconforta desde que sales de casa. El trabajo es muy duro, cada función es un paso adelante; llegamos a sentirnos como una gran familia donde todos nos  hacemos falta. Y el escenario así te lo deja saber. Los aplausos, a la vez que son la mejor retribución al esfuerzo de muchas horas de ensayo, también son el mayor compromiso para seguir creciendo”.

Y este crecimiento se traduce en acceder con igual respeto tanto a plazas conocidas como aquellas que son mero sueño. Es el caso del paso de la compañía por los Estados Unidos de América en el Festival of Nations con sede en Dollywood, Tennessee.

Allí el espectáculo Cuba Vibra adquirió especial significación. Por primera  vez, luego de dos años de previa concertación del contrato, la bandera tricolor “danzó” en un escenario donde la célebre intérprete de música country, compositora, actriz, productora, escritora, filántropa y empresaria estadounidense, Dolly Parton, gestora de este evento multinacional, ponderó su respeto por la cultura cubana y por la agrupación danzaria, que en ese momento representaba con orgullo a la Mayor de Las Antillas y a sus  hijos.

Para la ocasión, bailarines de primera línea se mezclaron con la sublime interpretación de la cantante Yaima Sáez. De ese modo, al compás de géneros como el mambo, el bolero, el chachachá, las bulerías, la rumba y las congas, Lizt Alfonso Dance Cuba elevó el don del entretenimiento a una altura estética plausible para entendidos y neófitos, para amantes de Cuba y para no pocos detractores de su sistema social: eso sí, para la familia toda que encontró en aquellas presentaciones un lazo fuerte de camaradería y entendimiento humano.

La danza tejió ese puente a través del cual Dolly Parton se aproximó a una Cuba verdadera, auténtica, de sonoridad y color que contagia, que enamora. Quién sabe si el encantamiento haga regresar a la compañía o que esa voz genuina del country decida conocernos de cerca. Por lo pronto, son solo conjeturas apasionadas de quien suscribe estas notas que ya anteceden al próximo concurso coreográfico que lidera la Maestra Lizt. Luego serán los talleres de verano y giras internacionales en las que Cuba vibra porque a través de Lizt Alfonso Dance Cuban, vibra la pasión.