Lluvia de emociones para Casa de las Américas

Ana María Domínguez Cruz
27/4/2019

Llovería. Se sabía que llovería porque el cielo estaba nublado y el olor a gotas revueltas en las nubes no podía ignorarse. Pero las personas se acercaban, el escenario se alistaba y las motivaciones crecían.

Estuvieron desde el inicio y allí permanecieron a pesar de la lluvia, el Presidente, Miguel Díaz-Canel;
Bruno Rodríguez, ministro de Relaciones Exteriores; Fotos: Cortesía de Casa de las Américas

 

Llovió, sí. Pero antes de esa lluvia que emanaba del cielo, llovieron los recuerdos y los agradecimientos a quien fuera, como el propio Silvio Rodríguez dijera, “una heroína de la humanidad”. A Haydée Santamaría dedicó el cantautor sus primeras palabras en la tarde del pasado viernes, cuando quiso regalarle otro concierto a La Casa de las Américas, la Casa de todos.

Antes, a través de un audiovisual proyectado, el presidente de la institución cultural, Roberto Fernández Retamar, extendió un agradecimiento al trovador por ese regalo.

De Santa Clara llegó a esa lluvia de emociones el cantautor Roly Berrío, quien nos besó a todos desde la distancia a través del micrófono y agradeció el disfrute compartido. A Silvio Rodríguez le llama especialmente la atención el trabajo creativo del movimiento de la Trovuntitis en el centro del país, por eso le pidió a uno de sus fundadores que asistiera a esta presentación. Su guitarra sonó para acompañar la interpretación de sus temas “Piedras de Río”, “El olor de la rosas”, “El Patio”, “Toca morir”, “Los viejitos” y “Moscas de fuego”, y también agradeció a esa Casa que, al arribar a sus 60 años, se siente tan querida por muchos en Cuba y en otras latitudes.

Después, Víctor Casaus, director del Centro Pablo de la Torriente Brau, leyó uno de sus poemas de 1980, dedicado a esa heroína inigualable que fue Haydée Santamaría, que data del año 1980 y luego tomó la palabra Jorge Fornet, Director del Centro Literario de Casa de las Américas, para referirse a la donación de libros realizada a algunas escuelas de la comunidad.

Estuvieron desde el inicio y allí permanecieron a pesar de la lluvia, el Presidente de los Consejos de Estado y de Ministros de Cuba, Miguel Díaz-Canel; Bruno Rodríguez, miembro del Buró Político y ministro de Relaciones Exteriores; Alpidio Alonso, ministro de Cultura; Luis Antonio Torres Iríbar, Primer Secretario del Partido en La Habana; Antonio Guerrero, Héroe de la República de Cuba y Abel Prieto, Director de la Oficina del Programa Martiano, así como varias personalidades de la cultura y fundadores de Casa de las Américas, quienes comprendieron no solo la importancia de su presencia en ese momento, sino también el compromiso que ello demuestra con las culturas de Latinoamérica y el Caribe.

Alpidio Alonso, ministro de Cultura; Luis Antonio Torres Iríbar, Primer Secretario del Partido en La Habana;
Antonio Guerrero, Héroe de la República de Cuba y Abel Prieto, Director de la Oficina del Programa Martiano.

 

Fue en 1968 cuando por primera vez Silvio Rodríguez cantó en Casa de las Américas. No tenía un repertorio vasto como el de ahora ni pensó que podía ser el único, y por eso estuvieron junto a él Pablo Milanés y Noel Nicola, entre otros.

Lo recordaba Vicente Feliú minutos antes de comenzar el concierto. “Conocía a Silvio Rodríguez desde que estudiábamos en la secundaria y vine a aquel concierto como uno más del público. De Pablo ya conocía algo y a Noel no lo conocía. Terminaron de cantar y la gente pedía más, y recuerdo que Silvio dijo: ‘O repetimos lo que ya hicimos o invitamos a otros que están aquí, porque no tenemos nada nuevo’. Entonces subimos Eduardo, Martín y yo… y aquello fue memorable. He estado en muchos conciertos en Casa de Las Américas y en ella conocí buena parte de la poesía latinoamericana. Perseguía los Premios Casa y dialogué con muchas personalidades vinculadas a su trabajo. Infinitamente agradecido siempre”.

Reitero. Llovió, sin cesar, durante dos horas; pero todas las personas que allí permanecieron, con o sin sombrilla, le corearon “Yo te quiero libre”, “Tu soledad me abriga la garganta”, “De la ausencia y de ti, Velia”, “El reparador de sueños”, “Viene la cosa”, “Quién fuera”, “Eva”, “Tonada del albedrío”, “Tonada para dos poemas de Rubén Martínez Villena”, “Día de agua” y “Canción del Elegido”. Al despedirse le clamaron por otra canción, él regaló “El necio”.

Sin duda, los músicos que habitualmente acompañan al cantautor en su Gira Interminable por los Barrios —en la que se suma este concierto 101—, Niurka González, Rachid López, Maykel Elizarde, Oliver Valdés, Jorge Reyes Emilio Vega y Jorge Aragón, le agradecen cada una de las experiencias que les ha permitido conectarse con Cuba en cada rincón.