Federico llegó al mundo de los dibujos animados para prodigar belleza, tan necesaria en estos tiempos que vivimos. El personaje creció en el teatro, compartió su voz en la radio y ahora se abre camino en el cine, porque ya conquistó la realidad virtual.

En la mañana del 22 de agosto se estrenó la serie animada Cuentos para Federico, dirigida por Isis Chaviano y Alexander Rodríguez, producida por Armando Alba. “El pollito pintor” se titula el primer capítulo, que fue muy aplaudido por el público que asistió a la proyección en la salita de Animados Icaic, la casa productora.

Fotograma de “El pollito pintor”, primer capítulo de la serie animada Cuentos para Federico.

La historia es protagonizada por una familia feliz por el nacimiento de su hijo, un pollito que decide emprender otro rumbo, distinto al de sus padres, y de inmediato se desatan las contradicciones. El pequeño no quiere cantar, su aspiración es pintar. La gallina madre y el gallo padre se oponen, pero la abuela comprende los deseos del nieto y burla los obstáculos para apoyarlo.

Tras el duro período de la pandemia, el ratoncito Federico llega a la gran pantalla con su carga de ternura, inteligencia y humor, en una película que es fruto de los esfuerzos creativos de un equipo de seres humanos empeñados, como el protagonista de la serie, en hacer posible los sueños.

El ratoncito Federico llega a la gran pantalla con su carga de ternura, inteligencia y humor.

Maikel Chávez recibió en 2008 el Premio Dora Alonso[1] por su obra Un mar para Tatillo; entonces Federico echó a rodar por los escenarios. Suerte de alter ego del dramaturgo, el personajito volvió a aparecer en el teatro protagonizando Aventura en Pueblo chiflado, y fue en Vida y milagro de Federico Maldemar donde reveló su verdadera naturaleza. Esas piezas subieron a escena en montajes de Teatro Pálpito.

Arduo trabajo tuvo el equipo de realización, porque había que fusionar orgánicamente el objeto animado con la actuación en vivo y hacer creíble la incursión del dibujo animado en la vida real.

Dotado de una imaginación desbordada, Maikel Chávez debutó como actor en Radio Caibarién, y luego Teatro Pálpito le reveló otras posibilidades para jugar y fantasear. El contacto con el público teatral propicia un intercambio de energía que exige al intérprete absoluta concentración, es un acto efímero que reclama entrega honesta del actor y del espectador. La radio es un medio donde pueden construirse las más insólitas realidades; tal y como reza el eslogan, el sonido se ve.

Dotado de una imaginación desbordada, debutó como actor en Radio Caibarién, y luego Teatro Pálpito le reveló otras posibilidades para jugar y fantasear.

Radio Progreso, la onda de la alegría, transmitió de lunes a viernes, a las 5 de la tarde, los Cuentos para Federico, y así acompañaron a la familia cubana durante el aislamiento provocado por la COVID-19. El programa radial se incorporó a las redes sociales para interactuar con los oyentes de todas las edades, especialmente con los más pequeños. El grupo de WhatsApp Amigos de Federico fue espacio para compartir sueños, temores, esperanzas, informaciones certeras sobre la enfermedad, para hacer preguntas que Federico respondía atento, con la muy valiosa colaboración de las psicólogas Roxanne Castellanos y Nilza González.

Maikel Chávez recibió en 2008 el Premio Dora Alonso por su obra Un mar para Tatillo; entonces Federico echó a rodar por los escenarios.

Fueron la psicóloga Nilza y el productor Armando Alba quienes llevaron la propuesta a Isis Chaviano y a Alexander Rodríguez; los realizadores comprendieron que el personaje debía multiplicarse como dibujo animado.

Arduo trabajo tuvo el equipo, porque había que fusionar orgánicamente el objeto animado con la actuación en vivo, había que hacer creíble la incursión del dibujo animado en la vida real. Federico fue animado por Alexander Rodríguez. Maikel Chávez compartió escena con el muñeco. Darién Jérez y Héctor Zerquera animaron la fábula narrada por el protagonista, con la supervisión de Wilfredo Planes, como director de animación. Jorge Guevara diseñó la banda sonora que acompaña cada suceso. Durante el proceso de postproducción, Isis Chaviano y Armando Alba se ocuparon de integrar las dos realidades en que transcurre el cuento. Como intérpretes se desempeñaron Arletty Roquefuentes, Lianet Alarcón, Lesby Samper y Edwin Fernández.

La serie animada Cuentos para Federico es fruto de los esfuerzos creativos de un equipo empeñado en hacer realidad los sueños.

Los Estudios Animados Icaic han desarrollado un loable trabajo bajo la dirección de Esther Hirzel Galarza. A las cualidades técnico-artísticas de las producciones, se suma la intención pedagógica en la formación de valores humanistas, que propone a niños, niñas, adolescentes y a toda la familia cubana, contenidos alejados de la violencia al uso.

También promueve el respeto y la inclusión para todos y todas, y para facilitar la comunicación con los espectadores con discapacidades auditivas insertan en la pantalla de los filmes a la joven Massiel Suárez, intérprete del lenguaje de señas.

Ya se anuncian nuevos capítulos de los Cuentos para Federico. El público los espera.


Notas:

[1] Otorgado por la casa editorial Tablas-Alarcos.

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