Los hermanos. The Brothers: Una historia de vida entre la lejanía y la música

Ana María Domínguez Cruz
30/11/2020

Dos hermanos. Más de dos mil kilómetros de distancia. La música. Una familia unida. La suerte. El talento. La perseverancia. La alegría, la tristeza. La vida…

Durante cuatro años, los realizadores Marcia Jarmel (M.J.) y Ken Schneider (K.S.) se convirtieron en “intrusos” en las vidas de Ilmar y Aldo López-Gavilán, virtuosos músicos del violín y el piano, respectivamente, quienes han vivido separados desde que el primero saliera de Cuba a los 14 años a estudiar en la Unión Soviética, luego a España y posteriormente a Estados Unidos y el segundo quedara en la mayor de las Antillas, también dedicado de lleno a la música.

 “Somos una familia muy unida, basada en el amor por la música, por expresarnos a través de ella”.
Fotos: Cortesía de la autora

 

M. J.: “Aunque se ven cuando las finanzas familiares y las restricciones de visa lo permiten, nunca han tenido la oportunidad de colaborar musicalmente, algo que han anhelado toda su vida. Después del documental surgió el disco Brothers, y eso también ha sido una alegría para nosotros”.

K.S.: “Siguiendo sus vidas paralelas, su conmovedor reencuentro y sus primeras actuaciones trascendentales juntos en escenarios de los Estados Unidos y en momentos especiales en Cuba, este documental, creemos, es una visión matizada e intensamente conmovedora de las naciones distanciadas durante mucho tiempo, a través del lente de la música y la familia”.

M.J.: “Durante la presidencia de Trump, fue difícil para cubanos y estadounidenses cruzar fronteras. Los estadounidenses todavía conocen poco a uno de sus vecinos más cercanos. Los cubanos que conocemos están profundamente orgullosos de sus valores, sus logros artísticos, su forma de vida. Han compartido generosamente sus historias con nosotros”.

Ciertamente, la idea del documental fue lo primero, y motivó la realización del disco Brothers (“Quick Tune”, “Pájaro Carpintero”, “Viernes de Ciudad”, “Árboles en el aire”, “Waltz”, “Hermanos”, “Eclypse”, “Historia de la niña”, “Caipiríñame”, “Epílogo / Pan con Timba”), donde por primera vez Ilmar y Aldo confluyen a dúo, piano y violín, para interpretar obras del segundo con arreglos del primero.

“Aldo ofrecerá un concierto el próximo día 5 de diciembre en el Teatro Martí”.
 

Contentos con el regalo familiar que les ha quedado después de la terminación de la película, (premiada en el Woodstock Film Festival 2020 y presentado en otros certámenes como el BendFilm, el GlobeDocs Film Festival y el MIll Valley Fil, Festival), Ilmar (I.LG.) y Aldo (A.LG.) dialogan con La Jiribilla sobre el proyecto de realización y sus proyectos personales.

A.LG.: Nos siguieron a todas partes mientras trabajábamos juntos en Estados Unidos y en Cuba. En los conciertos, en los ensayos, en las conversaciones en un autobús, en una visita familiar al zoológico. Fue intenso el trabajo. Sentirse observado todo el tiempo no es común, y nos resultó difícil al principio, pero el resultado habla por sí solo.

“El gran final del documental es la filmación del momento en que estuvimos juntos en un estudio en Nueva York, grabando el disco. Es precioso, lo atesoro como de lo más preciado que tengo”.

I.LG.: Ellos depuraron con herramientas tecnológicas videos familiares que teníamos en casa y además nos acompañaron durante todo ese tiempo. Nos fue difícil en muchas ocasiones… recuerdo aquellos micrófonos que llevábamos cuando viajamos en un autobús desde Nueva York hasta Boston, imagínate, hablábamos pero luego olvidamos que nos estaban escuchando… No obstante, el resultado ha sido maravilloso.

“Fue bonito ver nuestras vidas en paralelo, que es lo que sucede a diario. La conexión entre Aldo y yo es inmensa. El apego a la ecología, el talento para la música clásica y la popular… el interés por la cocina, pues los dos somos los chefs cotidianos en la casa”.

Mucho tiempo separados geográficamente pero la música los ha unido. ¿Qué les ha dejado a ustedes, a la familia, este documental?

A.LG.: Justamente me dejó saber eso en concreto. Tener esa vivencia y que, en cierto modo, no había procesado de esa manera. Muchos saben que somos una familia muy unida, basada en el amor por la música, por expresarnos a través de ella. Hasta que uno no lo ve desde otra dimensión, como nos ha sucedido al ver el documental terminado, no te percatas de todo lo que haces así, desde la distancia y a pesar de ella. Para mí es lo esencial del documental.

Ilmar López Gavilán se dedica a la docencia.
 

Aldo, quien dedicó mucho tiempo durante el periodo de distanciamiento social a componer, a mantener su repertorio, a estudiar con sus hijas, a perfeccionar sus conocimientos en el uso de las tecnologías, ofrecerá un concierto el próximo día 5 de diciembre en el Teatro Martí, y ansía que el 2021 sea un mejor año, para volver a los escenarios y a la interacción con el público, “que es lo que realmente le da energías a los músicos”.

Ilmar, quien lidera el Harlem Quartet, y en conversación diáfana rememora su estancia en la Unión Soviética, España y Los Ángeles antes de residir definitivamente en Nueva York, realizó nuevas grabaciones en este tiempo y dedicó la mayor parte del tiempo a la enseñanza, no solo de sus estudiantes sino también de sus hijos. Reconoce que todo lo bueno que le ha pasado en la vida es más que suerte… “es la oportunidad que ha encontrado la preparación”. Anuncia presentaciones en enero con su cuarteto y el contrabajista y bajista estadounidense John Patitucci.