Maiquel González: de la euforia a la paz

Ana María Domínguez Cruz
5/8/2019

Todo llega, dicen. Y Tiempos de Paz ya es un hecho. Premiado en el Cubadisco 2019 en la categoría de Opera Prima, llega no solo para la satisfacción desbordante del trompetista Mayquel Gonzalez, sino para todos los que, viéndolo siempre a la sombra de otros proyectos, acompañando a otros, podemos al fin disfrutarlo así, dueño del protagonismo que merece.

Tal vez necesitaba tiempo, y es comprensible. Asumirse hacedor de una obra que, además de conformar un disco, deviene luego show, espectáculo, carta de presentación, hace pensar que era mejor esperar para que el paso fuese seguro después, como finalmente ha sucedido. De cualquier manera, ya Maiquel rompió el hielo y se presentó ante el público como lo que es: un músico talentoso con sus propias inquietudes.

“Mejor decir que soy un improvisador. No busco la etiqueta de jazzista, aunque es cierto que en ese género me siento muy cómodo, en mi proyecto y acompañando a otros. Pero al final siento que si no se es bueno en la improvisación, difícilmente se pueda ser bueno en lo demás”.

Con su buena memoria no deja de mencionar a Afrocuba, legendaria agrupación de la que formó parte cuando todavía era estudiante de la Escuela Nacional de Arte. “A Afrocuba le debo mucho de lo que soy ahora, de lo que quiero hacer, de lo que se me ocurre a solas con la trompeta o improvisando. Le tengo mucho cariño y estoy seguro de que ha sido de lo mejor que me ha sucedido en mi carrera profesional”.

Un punto importante en su trayectoria fue Mezcla, junto a Pablo Menéndez, donde Ernán López-Nussa aprecio su desempeño y al que se sumó, en esa época, su primer premio Jojazz en 2002. Fue el pianista quien lo invitó a integrar Habana Report, con Tata Güines, Changuito, Pancho Terry, Jorge Reyes, y le dio la posibilidad de hacer giras por España, San Martin, Canadá y Colombia.

No puede dejar de mencionar al insigne Irakere, experiencia que llevo a la par de sus estudios en el Instituto Superior de Arte. Luego de su egreso, han sido muchas las colaboraciones con otros artistas, entre las que sobresale La Familia López-Nussa, “de la que soy miembro honorable, si existiera la categoría”.

Maiquel González con Harold López Nussa. Foto: Ramón Barreras Valdés/ Tomado de Vanguardia

Justamente su amigo Harold López-Nussa asume la producción musical de Tiempos de Paz, el álbum que decidió regalarse y regalarnos, en el que destaca su humildad dentro de una musicalidad majestuosa y un equilibrio, disfrutable hoy y mañana.

“Euforia” es la primera pieza, y vale la pena que así sea, porque seduce y no permite que imaginemos un viaje hasta la paz, hasta el bonus track “Pacifico”, a través de diferentes sonoridades. Imperdonable hubiera sido, me dice, que en el repertorio de su primer disco no figurara “Drume Negrita” (Ernesto Grenet) y “Messié Julián” (Armando Oréfiche), “porque son temas que adoro, imprescindibles en mis estudios y con referencias interesantes para mí”.

Integra a Ernán, autor de “Isla, y provocó al guitarrista Emilio Martini a versionar ese tema, “para sumarlos al proyecto de una manera diferente”. Los demás temas: “Touch”, “Afrocuba” (en homenaje a la agrupación a la que tanto le agradece), “Yamblues” y “Equinoccio” son deleites de su autoría que reflejan su personalidad sonora.

Fue justo y es motivo de alegría que lo apoyaran los amigos. Gaston Joya en el bajo, Yaroldy Abreu y Otto Santana en la percusión, Emir Santa Cruz en el saxo y clarinete, Tony Rodríguez en el piano, Roberto Gómez en la guitarra, Heikel Trimiño en el trombón, Carlos Miyares en el saxo, Rodrigo Sosa en la quena, acompañando el tema “Equinoccio” y Daymé Arocena, voz revolucionaria del jazz cubano.

Insertó en el disco a la Orquesta Sinfónica del ISA adjunta al Lyceum Mozartiano de La Habana, bajo la dirección de José Antonio Méndez, “porque siempre es válido recordar el valor de una orquesta y de una orquestación en general en la obra musical cubana”.

Maiquel González reflexiona y emociona. Inspira, conmueve, convence. Complacidos los que ya escuchamos el álbum, lo estarán aquellos que lo disfruten en vivo el próximo 4 de agosto en la sala Covarrubias del Teatro Nacional. Será una excelente oportunidad para ratificar lo que ya se sabe, o para que se sorprenda el que aun no se percató.