Eduardo Sandoval es uno de los mejores trombonistas del escenario cubano e internacional. Este artista, quien decidió ejercer su carrera en solitario después de acompañar a grandes orquestas cubanas como las del maestro Bobby Carcassés, la de Giraldo Piloto y la de X Alfonso, forma parte del catálogo de la Empresa de Grabaciones y Ediciones Musicales (EGREM) y recientemente lanzó su segundo álbum titulado Más trombón que nunca.

El sábado pasado el Teatro Martí de la capital abrió sus puertas para que Sandoval presentara este disco. El espectáculo fue inaugurado por el cantautor cubano Alain Pérez, quien también fue el productor musical del álbum. Junto al joven instrumentista interpretó el primer tema del CD, “Pa’ qué preguntas”.

A decir de Alain es un privilegio acompañar a Sandoval. “Hoy es un día especial, un día de apertura, de sentir este disco y la música bajo la interpretación de un gran instrumentista”.

En ese sentido, el joven trombonista había señalado, en varias ocasiones, que considera una bendición que Alain pusiera arte en su nueva propuesta. “Él es un músico muy exigente, le gusta la buena música y que el producto final le guste a la gente”, aseguró Sandoval a La Jiribilla.

“De Bahía a bahía” de la autoría del mismo Alain y perteneciente al género samba; “Este amor que se muere”, como homenaje a Juan Formell; “Dundumbanza” de Arsenio Rodríguez; “Agradecido” pieza compuesta por Sandoval; “El lago de los cisnes” de Piotr Ilich Chaikovski, considerado uno de los grandes de la música clásica, con Thommy Lowry como invitado en la trompeta; fueron algunos de los temas interpretados en el concierto.

El público pudo disfrutar de la canción “Nostalgia”, de Sandoval junto a Yusef Díaz en el teclado, un tema que transmitió buena energía, claro ejemplo de la importancia que tiene la música instrumental en el panorama sonoro.

Casi finalizado el espectáculo llegaron al escenario Alain Pérez, Mandy Cantero en la voz y Adonis Panter Calderón en la percusión, para regalar el tema “Trombón a Orula”, dedicado a la religión yoruba, en donde Eduardo realiza un homenaje magistral a toda la familia del trombón.

Sandoval también materializó, en este concierto, un anhelo que tenía hace varios años, aunque confesó que hubiera querido que fuera mayor. Acompañado de una orquesta de trombones —primera vez que se hace en Cuba— dio vida al tema de Juan Pablo Torres, “Rumba de cajón”.

Arturo O’Farrill, en la introducción de este disco, describe al instrumentista como un trombonista de nivel mundial. “En el trombón de Eduardo Sandoval vas a oír un corazón noble, el orgullo del latino, la gracia de África y el espiritualismo de los Orishas. Escucharán el sonido del mar, el cielo, Cuba, el mundo y más que nada, vas a oír el sonido de tu vida misma”, cita el texto.

Agrega O’Farrill: “En el sonido de un músico oyes su personalidad”. Precisamente, no existen otras palabras más idóneas para recomendar este disco. Que terminen las palabras y que hable la música.