Justo en la base del monumento erigido al Apóstol de las guerras independentistas de Cuba, en la Plaza de la Revolución, se encuentra el museo Memorial José Martí, inaugurado por nuestro Comandante en Jefe, Fidel Castro, el 27 de enero de 1996. “Hacer de este sitio un lugar donde se rindiera homenaje perenne a la memoria del más universal de los cubanos, fue una iniciativa de Fidel. En su adaptación, restauración y diseño desempeñó también un rol muy importante el Historiador de La Habana, Eusebio Leal”, dijo en entrevista exclusiva la licenciada Eva María Díaz Torres, fundadora de esta institución.

Seguidamente refiere que en sus inicios se previó que el Memorial fuera inaugurado durante la celebración del centenario de la caída en combate de Martí, en 1995. “Pero como su conformación coincidió con los años difíciles del período especial, hubo que postergarla por un año más, a pesar del gran esfuerzo realizado por el propio Fidel y de todo el equipo que tenía a su cargo la obra”.

El Memorial José Martí está integrado por cinco salas que se corresponden con las cinco puntas de la estrella  que forma su diseño arquitectónico. Fotos: Tomadas de la página de Facebook del Memorial José Martí

La conservación y divulgación de diversos y valiosos documentos y fotografías, que muestran las distintas etapas de la vida de nuestro Héroe Nacional, y la continuidad de su vasta obra en la Revolución, es el propósito esencial del museo Memorial José Martí, integrado por cinco salas que se corresponden con las cinco puntas de la estrella que forma su diseño arquitectónico.

“Antes de que el museo abriera sus puertas —explica Díaz Torres— nos dedicamos a la búsqueda de materiales en la Biblioteca Nacional y en otras instituciones. Era necesario contar con fotografías, documentos   relacionados con la obra de Martí, y otros afines con la historia del monumento y los proyectos de su construcción. A partir de la recolección de toda esa información conformamos un guion, que hemos ido perfeccionando y enriqueciendo a medida que incorporamos nuevos elementos a aquellas investigaciones iniciales”.

En dos de las tres salas permanentes con que cuenta el museo, los visitantes pueden apreciar facsímiles y originales de documentos y textos, junto con un gran número de fotografías. En la primera, por ejemplo, considerada la más completa porque abarca un largo período de la vida de Martí y que comienza con una vista general de La Habana que le viera nacer, en 1853, destaca una reproducción de su partida de nacimiento y la primera carta que con solo nueve años escribiera a su madre. Asimismo aparecen sus fotos más conocidas desde su infancia hasta su caída en combate en Dos Ríos. Igualmente, fotos de la familia, de personas que dejaron huellas imperecederas en su vida, como Rafael María de Mendive, su maestro, y su gran amigo Fermín Valdés Domínguez. También documentos representativos de su labor poética, pedagógica, periodística y diplomática. “Además de algunas piezas que se han incluido recientemente, como la espada de Bolívar que Chávez le entregara a Fidel, durante su visita a Caracas en el año 2000 y que a su vez este la donara a nuestra institución”.

Mientras que en la segunda sala se exhiben “varios textos de escritores de la literatura universal que directa o indirectamente estuvieron relacionados con Martí”. En ella, de la misma manera, se recoge la etapa puramente militar de la vida de nuestro Apóstol. “Es la época dedicada a la fundación del Partido Revolucionario Cubano, cuando se entrega por entero a la lucha por la independencia de nuestra nación. Son estos los últimos momentos de la vida de Martí, sus últimas cartas, los últimos documentos que escribiera”, que aparejados al gran simbolismo que lleva implícito la bandera original colocada por nuestro Comandante en Jefe en Playitas de Cajobabo, al cumplirse los cien años del desembarco de Martí, hacen de este museo un lugar donde no muere la historia como testigo del tiempo.

La última nota escrita de su puño y letra dirigida a Máximo Gómez.

En la tercera sala se reseña el vínculo del más universal de los cubanos con la Generación del Centenario, los proyectos y la etapa constructiva de la Plaza de la Revolución, además de fotografías que dan a conocer eventos trascendentales celebrados en este emblemático sitio, posteriores a 1959.

“Y más adelante nos encontramos con la sala transitoria preparada para exhibir arte en general. En ella hemos mostrado obras de artistas contemporáneos y de épocas anteriores, pintores de todas las nacionalidades. Varios países han utilizado este espacio para promover obras de sus creadores, exposiciones de estudiantes, incluso, obras pertenecientes a los niños. Es un espacio dedicado a brindar una información general del arte, pinturas, objetos, en general piezas de gran belleza y valor artístico”.

La quinta punta de la estrella corresponde al teatro, que con una capacidad para cien personas y preparado para la proyección de materiales audiovisuales, deviene escenario ideal para la celebración de actos de carácter político y cultural.

Cinco especialistas, mediante visitas dirigidas, se encargan de mostrar al público, a través de documentos y fotografías conservadas en el Memorial, la inmensidad de la obra de José Martí y también quienes somos y seremos bajo la tutela de su pensamiento. Entre ellas dos son fundadoras y todas en total asumen igualmente otras actividades, como impartir conferencias en centros de trabajo y estudiantiles y servir como jurado en eventos martianos organizados por diferentes instituciones u organismos. “Tanto esas como otras muchas tareas que formaban parte de nuestra rutina diaria, han quedado suspendidas por la difícil situación que vive el país a causa de la pandemia”. Sin embargo, puertas adentro del museo no puede hablarse de pereza.

La conservación y divulgación de diversos y valiosos documentos y fotografías, que muestran las distintas etapas de la vida de nuestro Héroe Nacional, y la continuidad de su vasta obra en la Revolución, es el principal propósito del museo Memorial José Martí.

Cada año, la jornada por el Día Internacional de los Museos está presidida por un lema. Este 2021, en consonancia con la situación del mundo provocada por la COVID, el Consejo Internacional de Museos decidió que estas instituciones culturales imprescindibles en la conservación del patrimonio y la memoria colectiva, encaminaran su labor a recuperar y reimaginar sus acciones. “Es por ello que todo nuestro esfuerzo está dirigido ahora a la realización de inventarios, al reordenamiento de objetos y piezas museables, a profundizar en algunas investigaciones y al embellecimiento de nuestra institución, entre otras muchas tareas”.

A lo largo de sus 25 años de quehacer cotidiano en el museo Memorial José Martí, la licenciada Eva María Díaz Torres atesora el privilegio de haber recibido a presidentes, ministros, cancilleres, personalidades del arte y la cultura en general, dirigentes políticos y de organizaciones sociales de alcance internacional. Pero de todas esas visitas, que seguramente suman cientos, menciona tres que conserva indeleblemente en su memoria: “El recorrido que le hiciera totalmente en inglés al presidente de Estados Unidos Barack Obama, una de las más impactantes desde el punto de vista emocional por lo que representaba no solo para el museo, sino para toda Cuba, la visita de un presidente norteamericano. La otra fue el cordial saludo de Fidel y Hugo Chávez durante el acto solemne de donación al museo de la espada de Bolívar. Y no menos trascendental fue cuando recibimos en nuestra institución a los Cinco Héroes de la República de Cuba, Gerardo, René, Tony, Fernando y Ramón, por quienes habíamos luchado tanto para su retorno a la Patria”.

Mensualmente la cifra de visitantes al Memorial “está en torno a cinco mil o  seis mil personas”, asegura la licenciada Enith Alerm Prieto, directora del museo. Y a continuación agrega: “Hay meses, como los del verano, y enero y mayo, indicativos del natalicio y la muerte de Martí, que vienen muchas más personas y la cifra puede subir, incluso, a ocho mil visitantes”.

Con relación a los grupos etarios más concurrentes a la institución, Alerm Prieto destaca que “un segmento importante de visitantes son los niños y jóvenes que estudian en las escuelas primarias, secundarias, de nivel medio y superior radicadas en la comunidad y también en municipios cercanos. Este tipo de visita se coordina previamente.  

“Otro segmento muy importante son los visitantes que asisten libremente, entre ellos hay una cifra elevada correspondiente a los extranjeros, y no tan alejados de ellos, los visitantes nacionales. Otro segmento relevante son los centros de trabajo, que además de efectuar el recorrido por el museo, realizan otras actividades como firma de Códigos de Ética, actos de entrega de reconocimientos y premios a instituciones y personalidades, condecoraciones a trabajadores destacados en las distintas ramas de nuestra economía, además de eventos culturales o políticos organizados por diversas instituciones, que se celebran en nuestro teatro”.

“Todo nuestro esfuerzo está dirigido ahora a la realización de inventarios, al reordenamiento de objetos y piezas museables, a profundizar en algunas investigaciones y al embellecimiento de nuestra institución, entre otras muchas tareas”.

Al propio tiempo asegura que a pesar “de la pandemia, el pasado año estuvimos abiertos durante algunos períodos. Pero cuando como ahora permanecemos cerrados, al menos para visitas masivas, hemos recurrido a vías alternativas como las redes sociales para promover, por ejemplo, las obras de artistas nacionales reconocidos, que han reflejado, a través de diversas exposiciones inauguradas en nuestra sala transitoria, su propia impresión de Martí. Por esa vía, de la misma manera, hemos promovido bienes patrimoniales conservados en nuestra institución”.

“No puede hablarse —reitera— de un cierre total de nuestro museo.   Continuamos realizando, aunque con una asistencia reducida de público y respetando las medidas higiénico-sanitarias establecidas, algunas actividades que precisamente por la solemnidad de este sitio, desarrollan diversas instituciones y organizaciones políticas y de masas”.

Y para finalizar este recorrido por el museo Memorial José Martí, conducido inicialmente por una experimentada museóloga devenida fortaleza para todo el colectivo, y después por una directora heredera de la gentileza, sencillez y sabiduría martiana; conversamos con el licenciado Javier Alejandro Sanzo Díaz, un joven museólogo que llegó al Memorial hace cinco años para cumplir con su servicio social, pero “me enamoré del lugar” y actualmente se desempeña como subdirector de la institución. Con gran entusiasmo nos revela las novedades que este museo presentará al público, una vez que la situación epidemiológica lo permita. “En estos momentos es nuestra prioridad trabajar seriamente en el rediseño museográfico de la institución, porque queremos incorporar a lo que exponemos un poco más de tecnología.

“Actualmente tenemos un diseño inaugurado en 1996, que en su momento fue de lo más adelantado que existía en el país, incluso en Latinoamérica, por la forma como estaba presentado. Pero, por supuesto, la aplicación, el uso cada vez mayor de las nuevas tecnologías, nos ha demostrado que el museo necesita una nueva cara, una nueva presentación de sus exposiciones y de la información que ofrece a quienes nos visitan. Ese proceso lleva implícita una investigación profunda a partir de que no es solamente el diseño de presentación, sino también nuevas informaciones, nuevos elementos para mostrarles a los visitantes”.

“El uso cada vez mayor de las nuevas tecnologías nos ha demostrado que el museo necesita una nueva cara, una nueva presentación de sus exposiciones y de la información que ofrece a quienes nos visitan”.

Paralelamente a la ejecución de este proyecto, que sin lugar a dudas hará todavía mucho más atractivo el recorrido por esta instalación, Sanzo Díaz explica que “también trabajamos sin descanso en la creación y perfeccionamiento de nuestra propia página web. Al tiempo que estudiamos la reanimación de algunas actividades que realizábamos antes de manera sistemática, como los talleres para niños. Anteriormente teníamos, y pretendemos retomar, un proyecto muy bonito que llamamos La Habana de noche. Llegamos a ponerlo en práctica de manera experimental: el museo se mantenía abierto los viernes hasta las diez de la noche. Y no era solo el museo durante la noche y la mística que genera, sino que era la vista desde el mirador a La Habana. A esa Habana toda iluminada que a 142 metros de altura se muestra tranquila, sosegada.

“Esta hermosa imagen de nuestra capital la recreábamos con conciertos, exposiciones y actividades literarias, lo que permitía a los asistentes apropiarse no solo de conocimientos, sino que disfrutaban además de una manera sana”. Por último expresa lo que indudablemente es también el sentir de sus compañeros y, más allá, de todos los especialistas que laboran en los 340 museos existentes en nuestro país: “Extraño grandemente ese trabajo nuestro del día a día, la presencia del público” ávido por conocer más de la vida y la obra del que merecidamente y por mucho es el más universal de los cubanos.   

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