Miguel Barnet: confluencias entre arte, literatura y vocación social

Maya Quiroga
11/9/2019

En la sala Federico García Lorca del Centro Cultural Dulce María Loynaz tuvo lugar una nueva edición del Taller Crítico, espacio dedicado a la valoración y la profundización en la obra de Miguel Barnet, poeta, ensayista, narrador y antropólogo.

Miguel Barnet, poeta, ensayista, narrador y antropólogo. Fotos: Internet
 

Un panel integrado por Gaetano Longo, editor de la revista Unión, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba (Uneac); la poeta, investigadora y académica Cira Romero, y Nancy Morejón, poeta, narradora y traductora, fue el encargado de pronunciar las palabras de elogio en homenaje al Premio Nacional de Literatura.

Asistieron al encuentro Luis Morlote Rivas, actual presidente de la Uneac, así como historiadores, investigadores, intelectuales y un grupo de estudiantes preuniversitarios del capitalino municipio de Diez de Octubre interesados en acercarse a la vida y obra de uno de nuestros más prolíficos autores.

Morejón se refirió a Barnet como un hombre de múltiples facetas: escritor, exdiplomático y presidente de la Fundación Fernando Ortiz. Recordó cómo a partir de 1966, con la publicación de Biografía de un cimarrón —considerada fundamental dentro del corpus literario insular—, se dio a conocer el testimonio entre los géneros de la literatura, pero, en su opinión, él es fundamentalmente un poeta.

En otro momento de su intervención aludió a los vínculos entrañables del reconocido antropólogo con la Casa de las Américas y su recientemente fallecido presidente Roberto Fernández Retamar, quien le dio la bienvenida a La piedra fina y el pavo real, primer poemario de Barnet que se destaca por su lenguaje coloquial y conversacional.

Destacó que esas piezas literarias ponen en primer sitio el fenómeno del componente africano en nuestra cultura mestiza y mulata, y cómo en los poemas “En Cristo” y “Fe de errata” rompe con determinados tabúes.

Por su parte, el editor de Unión definió al hombre que comandara la Uneac por espacio de 11 años como uno de los autores nacionales más traducidos internacionalmente.

Hasta la fecha, han visto la luz más de 73 ediciones de la novela que realiza un replanteo de la historiografía social cubana, al poner al descubierto el testimonio de Esteban Montejo, un hombre centenario que fue esclavo, cimarrón, combatiente del Ejército Libertador y, al final de su vida, obrero de la industria azucarera.

El relato etnográfico, concebido como resultado de la intuición y la curiosidad cuando su autor contaba solamente con 25 años, ha resistido la prueba del tiempo y todavía despierta el interés de lectores y editores de todo el mundo.

Esta novela realiza un replanteo de la historiografía social cubana,
al poner al descubierto el testimonio de Esteban Montejo.

 

Numerosos galardones acompañan a este autor, quien además se desempeñó como Miembro del Consejo de la Unesco (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) y devino incansable promotor de la Rumba, género musical que fue declarado Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad, algo a lo que igualmente contribuyó.

Italia ha sido una de las naciones que más reconocimientos les ha tributado a los textos narrativos Biografía de un cimarrón, Canción de Rachel y el poemario Memorándum, acotó Gaetano.

En Barnet confluyen lo artístico, lo literario, con la vocación social en sus más variados contextos —señaló Cira Romero—, lo cual le confiere a su obra una unidad indiscutible que ha requerido de parte suya un esfuerzo supremo y ha puesto a prueba sus facultades emocionales y su resistencia física. Añadió la académica que Barnet jamás ha rendido sus armas y ha sabido salvaguardarlas.

“De sus textos emanan, como si recorrieran una especie de sondeo, su propio ser y su propia fuerza”, sentenció Romero, y luego lo llamó luz desembarazada de clichés y ornamentos y nunca viciada por ajenos complementos.

Resaltó su autenticidad, el buen arte del decir con arte, la flexibilidad y el apego a la vida, algo que para ella constituye un ejercicio escritural propio de los grandes creadores donde su unen tres principios fundamentales: ciencia, conciencia y paciencia.

Al finalizar el conversatorio, Barnet agradeció las palabras de elogio de los panelistas y se definió como un hombre sencillo que va con los pies descalzos sobre la tierra, tal como deberían hacer todos los verdaderos artistas.

Mencionó sus aportes al séptimo arte a través de numerosos guiones para documentales y otras obras de ficción, como La Bella del Alhambra, un rescate de personajes del teatro vernáculo y burlesco, y Fátima, ganadora del Premio Juan Rulfo, donde recrea el submundo del travestismo en La Habana.

Rememoró al antropólogo don Fernando Ortiz como alguien muy divertido, dotado de un humor salomónico y cáustico. Dijo que ahora tiene tiempo para escribir todos los días y ya cuenta con unos 137 poemas totalmente inéditos. Finalizó con la lectura de textos poéticos controversiales como “La política” y otros como “Un hombre solo”, “Los días de la semana”, “Milagro del Anaquillé” y “Ancestros”.