Mirada renacentista desde Fábrica de Arte Cubano

Maya Quiroga
25/4/2019

Una poética diáfana, transgresora y transdiciplinaria es la propuesta de Fábrica de Arte Cubano (FAC) para la XIII Bienal de La Habana con el proyecto La pauta que conecta. Su curadora general, Rosemary Rodríguez, señala que esta muestra colectiva parte de un concepto renacentista donde se coloca al hombre como centro o medida de todas las cosas.

Escultura del escarabajo. Foto: Arte por Excelencias
 

Fotografía, videoarte, instalaciones, performances, intervenciones públicas, pinturas, arquitectura, diseño, orfebrería, proyección de documentales y danza contemporánea confluyen en este proyecto que reflexiona acerca de la violencia de género y el feminicidio, lo sensorial, lo sexual, el amor erótico, lo autorreferencial y la intimidad, entre muchos otros temas.

En los cinco retratos de René Peña se puede desentrañar el combate del artista con su imagen especular, en una suerte de cópula entre realidad y subjetividad que va más del pintor como ser social para hablar, desde signos externos como la ropa, del entorno circundante y los prejuicios raciales que aún persisten.

El cubano-iraní Enrique Rottenberg escudriña, con el consentimiento de los retratados, en actos tan íntimos como el beso entre dos amantes o en las reacciones faciales de personas de diferentes latitudes que acuden a la FAC para demostrar que, en el fondo, todos tenemos los mismos sueños y deseos, no importa de dónde seamos.

Nelson Ponce fue el curador de la exhibición de diseño gráfico bautizada como Cuban pie, cuyo carácter lúdico hace alusión a lo que en la Isla se conoce como “hacer un pastel”, pero también, en otro sentido, se refiere a un ejercicio creativo donde cada diseñador del grupo Nocturnal le da el pie forzado a otro artista para que elabore su pieza, tomando como referencia un boceto que no es de su autoría.

La muestra guarda relación con la promiscuidad que se produce en este grupo creativo, integrado por Edel Rodríguez (Mola), Giselle Monzón, Michelle Miyares Hollands, Nelson Ponce y Raúl Valdés (Raupa), todos jóvenes y talentosos diseñadores que laboran de manera colegiada sin perder de vista la alegría y el sentido del juego.

Luidmila y Nelson son un equipo que desde hace más de 20 años desarrolla un trabajo titulado Absolut Revolution, serie integrada por más de 400 imágenes, cuatro videos y algunas instalaciones.

Línea continua es la más reciente producción de este dúo de artistas visuales, quienes intentan explorar, valiéndose de un discurso filosófico, la relación entre la historia, la historia del arte y la forma en que se perciben estos dibujos realizados mediante la técnica del carboncillo.

Al respecto advierte Nelson Ramírez: “Esta serie intenta entender la Cuba actual, la Cuba después de la Revolución, la realidad en la que nosotros hemos crecido y vivido. Tiene la particularidad de enfocarse en un contexto específico, a través del monumento de la Plaza de la Revolución. Digamos que, si uno reduce la identidad al pedacito de tierra menor posible, lo reconocemos también como parte de nuestro país”.

Muchas son las miradas que se pueden hacer a esta muestra colectiva que, con el título de La pauta que conecta, apuesta por mostrar la matriz creadora de una fábrica desde la defensa del concepto “todas las artes en un mismo espacio”, y pone a dialogar a jóvenes exponentes y figuras consagradas de las artes visuales en la Mayor de las Antillas.