El 15 de enero de 1960, durante el discurso pronunciado por la celebración del vigésimo aniversario de la Sociedad Espeleológica de Cuba, el Comandante en Jefe Fidel Castro afirmó con profunda convicción: “El futuro de nuestra Patria tiene que ser, necesariamente, un futuro de hombres de ciencia, de hombres de pensamiento”. Tal vez la duda acompañó aquel día a más de un escuchante, pues apenas había transcurrido un año del triunfo revolucionario, y para que ese aserto se hiciera realidad había que destruir o sortear obstáculos enormes. El primero, y más importante de todos, era consolidar la propia revolución en el poder; única garantía de justicia social, asediada entonces por una guerra feroz, con bandas armadas que asesinaban y destruían, con frecuentes ataques terroristas que hallarían su punto culminante en la invasión mercenaria por Playa Girón. El otro gran escollo, sin duda alguna, era la enorme tasa de analfabetismo y las escasas posibilidades de desarrollo intelectual para los que sabían leer y escribir. Por eso resulta asombroso el desarrollo científico que ha alcanzado nuestro país en todas las ramas del saber. No se trata de autocomplacencia, de pensar que todo es perfecto. Una postura cómoda y petulante es enemiga de la tradición ética de la ciencia cubana y del progreso. Únicamente la inconformidad con lo alcanzado, la inquietud intelectual que conduce a nuevas búsquedas, la valentía para enfrentar nuevos retos son propiciadoras del avance. Ello es válido no solo para la ciencia, sino para toda la actividad creadora del ser humano.

“Nuestra manera de ejercer la ciencia está en contacto continuo con la belleza, con el sentimiento, con las emociones”. Foto: Tomada del sitio web de Canal Caribe.

Como ya es tradicional en el Centro de Estudios Martianos (CEM) desde hace varios años, celebramos en esta fecha el Día de la Ciencia en nuestro país, y lo conmemoramos con la convicción martiana de que “cada hombre trae en sí el deber de añadir, de domar, de revelar. Son culpables las vidas empleadas en la repetición cómoda de las verdades descubiertas”.[1] Estas palabras, escritas por José Martí en 1886 a propósito de la obra de los pintores impresionistas, son especialmente válidas para nosotros, pues en el ámbito de las Ciencias Sociales, si se pierde ese espíritu, se tiende, más que en ninguna otra rama científica, a la repetición y el inmovilismo.

Llevamos ya dos años trabajando en condiciones anormales, en el sentido de que hubo que hacer, desde 2020, un replanteo de todo el trabajo de la institución: desde adecuar el modo de hacer cotidiano hasta lidiar con una realidad doméstica y social cada vez más compleja, lo cual, naturalmente, interfiere en el buen desempeño de cada quien. En este tiempo se ha puesto a prueba la resistencia y creatividad de cada uno de nosotros. Si se quiere, esta ha sido una de las “ganancias” de la Covid, pues hemos aprendido todos en el planeta a explotar al máximo las tecnologías de la información, de una forma nunca antes sospechada. Si en 2020 hubo que posponer eventos nuestros por falta de pericia y de tecnología para llevarlos a cabo de modo virtual, ya en 2021, luego de un año de actividades en línea, estuvimos en condiciones de efectuar el Coloquio Internacional “Estados Unidos en la pupila de José Martí.” A mi modo de ver, este fue el logro fundamental del año, y demostró que mediante el trabajo en equipo se puede alcanzar cualquier objetivo, por grandes que sean los obstáculos, y señalo que entre ellos están no solo las limitaciones de orden material, sino también las incomprensiones y resistencias a los cambios, a veces más dañinas que las primeras.

“Este fue el logro fundamental del año, y demostró que mediante el trabajo en equipo se puede alcanzar cualquier objetivo”.

Hay que destacar la respuesta inmediata de nuestro personal —tanto investigadores como promotores y técnicos—, lo cual hizo posible el éxito. También es justo reconocer el apoyo del Movimiento Juvenil Martiano y la Unión de Jóvenes Comunistas; la creatividad de Luis Morera Fernández, Dayron Rámida Coll e Ileana Fernández Alfonso, que diseñaron y dotaron de belleza y coherencia el sitio del Coloquio. Toda esa información, tanto en video como en texto, sigue estando disponible en nuestro portal web, por lo que se ha convertido en una especie de repositorio digital para consultas. Es esta una forma novedosa de gestión del conocimiento, en la que hemos intervenido todos, muchas veces a costa de grandes esfuerzos para vencer las barreras tecnológicas. De igual manera, tuvimos una participación activa como coauspiciadores, y también con intervenciones especiales, ponencias y presentaciones de libros, en el Encuentro Internacional de Cátedras Martianas, organizado exitosamente por la Universidad de San Carlos de Guatemala. Además, mantuvimos en pie, hasta donde fue posible, la actividad académica, y hubo presencia de nuestro personal en espacios virtuales importantes, como conferencias, presentaciones de libros y predefensas de tesis de maestría en universidades e instituciones de Guatemala, México, Costa Rica, España, Francia, República Dominicana, etc. Las actividades en línea, dirigidas a mantener la promoción de la vida y la obra de José Martí, de lo cual se pueden hallar muestras en el portal del CEM y en nuestras páginas oficiales de Facebook y Twitter, se mantuvieron a lo largo de todo el año. La participación del Centro —mediante la combinación de lo presencial y lo virtual en acciones de repercusión nacional e internacional, como los homenajes a Cintio Vitier en su centenario, y a Rafael María de Mendive en su bicentenario— son muestras fehacientes del trabajo de la institución. No debemos pasar por alto, puesto que es la razón de ser de nuestra institución, la obtención de ocho resultados científicos, que constituyen los logros fundamentales del CEM en 2021:

  1. Apuntes íntimos de José Martí, de la Dra. C. Lourdes Ocampo Andina.
  2. Lectura martiana del naturalismo francés, por Carmen Suárez León.
  3. El antillanismo precursor: las fuentes del Delegado, del MSc. José Antonio Bedia Pulido.
  4. La pasión martiana de los Carbonell, de Mario Valdés Navia.
  5. José Martí en Costa Rica: su imagen en la revista Repertorio Americano, del Dr. Mauricio Núñez Rodríguez.
  6. Ensayo “Los diarios de campaña en la pupila de José Lezama Lima”, de la Lic. Caridad Atencio Mendoza.
  7. Ensayo “Baudelaire, Martí y la concentración de lo creativo”, del Lic. David Leyva González.
  8. Transcripción de un conjunto de documentos de la tarea Partido Revolucionario Cubano: Una indagación en el Fondo Máximo Gómez del Archivo Nacional de Cuba. 1891-1895.

Estos demuestran la disciplina en el cumplimiento de los plazos establecidos por parte de los investigadores, así como la labor permanente de nuestro consejo científico, que se ha mantenido funcionando por medio del correo electrónico durante estos dos años, sin que decaiga el ritmo en la producción de saberes. Debe destacarse, asimismo, que finalmente logramos la inscripción de nuestros tres proyectos de investigación en el Programa de Ciencias Sociales y Humanísticas del Ministerio de Ciencia, Tecnología y Medio Ambiente, de modo que por primera vez nuestro personal académico recibió, tras grandes esfuerzos y contratiempos, la remuneración establecida.

“La ciencia, como la cultura, si lo es de veras, trasciende por su contenido humanista, por su vocación de servicio, por su calidad ética”.

Otro factor importante a tener en cuenta, en tanto garantiza la socialización de los resultados investigativos, lo constituyen las publicaciones. Un gran número de artículos científicos y de textos divulgativos, que, como quería Martí, ponen la ciencia en lengua diaria, salieron de manos de nuestros investigadores. Asimismo, en el año se terminaron artes finales de ocho libros; se entregaron nueve a la poligrafía; diez se publicaron en soporte electrónico, y se presentaron tres de manera virtual: José Martí. Norteamericanos, apóstoles, poetas bandidos (Selección de Marlene Vázquez Pérez); Ser hombre en Martí (Mayra Beatriz Martínez), y Vida y obra del Apóstol José Martí (Cintio Vitier).

Deseo aprovechar la oportunidad de que estamos reunidos en este salón —algo que por los imperativos de la pandemia no ocurre con la frecuencia deseada— para mencionar especialmente a los más jóvenes estudiosos de José Martí que integran nuestro colectivo. Me refiero a tres compañeros recién graduados que, aunque su presencia pueda a veces pasar inadvertida por razones obvias, se mantienen muy activos. No solo cumplen sus planes de adiestramiento laboral, sino también tareas de investigación específicas, acordes con el perfil de sus respectivos proyectos. Además, se han sumado de manera entusiasta a la investigación y escritura de un libro divulgativo sobre la historia del CEM. Ellos son Beatriz Sánchez Orraca, del equipo de la Edición crítica, y Miguel Alejandro Jerez Oliva y Senén Alonso Alum, del equipo de Literatura.

“En los más jóvenes está seguro el relevo”.

Quiero destacar además, aunque estas compañeras no son ya bisoñas, la entrega y entusiasmo de Mariana Pérez Ruiz, Viviana Alfonso Hernández y Maritza Collado Almeida al trabajo con la multimedia de Ese sol del mundo moral. Es muy grato comprobar que en los más jóvenes está seguro el relevo de los que ya tenemos más experiencia. Estos compañeros hacen realidad un aserto martiano, escrito a propósito de hombres de ciencia y técnica, los ingenieros Roebling, constructores del puente de Brooklyn: “El que la nación educa, si no aprende para vil, debe dar la flor de su trabajo, la flor de su vida, a la nación”.[2] La ciencia, como la cultura, si lo es de veras, trasciende por su contenido humanista, por su vocación de servicio, por su calidad ética. A modo de síntesis, debe destacarse que el CEM ha desplegado un trabajo sostenido durante el año 2021, lo que ha permitido cumplir con las investigaciones planificadas y los servicios científicos y tecnológicos demandados. Todas estas acciones se han desarrollado con notables limitaciones, escasos suministros de material de oficina, en especial el papel; problemas con las computadoras, algunas de las cuales se rompieron y no hay posibilidad de reponerlas. Sin embargo, se ha logrado garantizar la conexión por Nauta Hogar a la mayoría de nuestros investigadores. Solo unos pocos no lo tienen por limitaciones de conexión de la Empresa de Telecomunicaciones de Cuba en determinados lugares, aunque continuamos insistiendo. Ello ha permitido mantener activo el Consejo Científico Online durante el año. Los que aún no cuentan con este servicio hacen uso en muchas ocasiones de los medios propios (datos móviles) y apelan a la creatividad y a su compromiso con la institución. Gracias a ello se ha podido potenciar el teletrabajo desde los hogares y cumplir la misión de investigar, divulgar y promover la vida y la obra del más universal de los cubanos, José Martí. Este año que recién comienza, y que es el del aniversario 45 de nuestro centro, nos impone retos importantes, que se convierten en pautas para nuestra labor.

Retos para 2022

Ampliar la socialización de los resultados del trabajo científico. Contribuir con los resultados de nuestro trabajo a la formación ideológica de las nuevas generaciones. Continuar potenciando las estrategias trazadas por el centro para captar jóvenes egresados universitarios, que permitan asegurar la continuidad. Mantener actualizada la presencia del CEM en las redes sociales y académicas, y propiciar que nuestros investigadores se incorporen a ellas. Contribuir al fortalecimiento del trabajo de la red nacional e internacional de Cátedras Martianas. Mejorar el equipamiento informático. Mejorar el servicio de Internet en el CEM y garantizar la conexión por Nauta Hogar para potenciar el teletrabajo. Continuar trabajando en la instalación del software Omeka, así como en el completamiento del repositorio digital de nuestra biblioteca especializada. Perfeccionar el catálogo digital de la biblioteca, de manera que se garantice un mejor acceso a nuestros fondos.

“El sentido martiano del deber, como algo sagrado e indiscutible, habrá de primar entre nosotros”. Obra: “Martí con medalla”, Kamyl Bullaudy.

Continuamos mirando hacia el futuro científico de la institución con optimismo y realismo, lo cual significa plena conciencia de que nada será fácil. Cada logro será el resultado inevitable de una alta cuota de sacrificio, algo ya habitual entre nosotros. El sentido martiano del deber, como algo sagrado e indiscutible, habrá de primar entre nosotros, a sabiendas de que la recompensa mayor, por encima de lo material, es haberlo cumplido. Quienes laboramos aquí recordamos que donde Martí encontraba poesía mayor era en los libros de ciencia. Tampoco olvidamos su especial manera de entender el mundo circundante, con una mirada que, siendo científica, no encontraba mejor modo de expresión que la poesía. El observador y pensador agudo que fue José Martí sintetizó el movimiento de la naturaleza en esta estrofa sin igual de los Versos sencillos: Todo es hermoso y constante,/ todo es música y razón,/ y todo, como el diamante,/ antes que luz es carbón”.[3] Estas mismas ideas, a filósofos, geólogos o botánicos les habrían costado incontables y farragosas páginas. Pero el milagro cognoscitivo lo explicó él mismo, con total sencillez, en otra de sus apreciaciones sorprendentes: “En forma de precepto da la verdad, el raciocinio filosófico. En forma de imagen da la verdad, la poesía”.[4]Somos, indudablemente, científicos sociales, pero tenemos el privilegio de que nuestra manera de ejercer la ciencia está en contacto continuo con la belleza, con el sentimiento, con las emociones. Eso nos hace crecer como profesionales y como seres humanos. Felicitémonos todos en este día, por estar vivos, por haber cumplido con nuestros deberes profesionales de la mejor manera posible, y continuemos haciendo desde nuestros saberes, un servicio a la patria. Muchas gracias.


Notas:
[1] José Martí: “Nueva exhibición de los pintores impresionistas”, Obras completas, La Habana, t. 19.
[2] José Martí: “Los ingenieros del puente de Brooklyn”, ob. cit., t. 13, p. 255.
[3] José Martí: Versos sencillos, Obras completas. Edición crítica, La Habana, t. 14, p. 301.
[4] José Martí:  “Francia. Quincena de poetas. Sully Proudhomme en la Academia”, Obras completas. Edición crítica, La Habana, t. 11, p. 173 y OC, t. 15, p. 268.
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