La aparición de la COVID-19 en nuestro país, en marzo del 2020, nos cambió la forma de vivir: empezamos a tomar conciencia de lo que representaba la pandemia en lo personal y en la conducta social.

“Custodiada”. Acrílicos, oleo pastel, 2021. Foto: Cortesía del Estudio de la artista

Para mí era importante dejar testimonio de los rostros con nasobucos imprescindibles, vistos en las largas colas en los establecimientos donde se venden los alimentos y útiles del hogar. Así surgió, en las inmediaciones de la tienda 5ta. y 42 en Playa, la serie que presento, titulada Nasobuqueña tropical. Seguro que Víctor Manuel –con su “Gitana tropical”, cuadro pintado lejos, en París, en 1929– recordaba el trópico. El iniciador de la pintura moderna en Cuba dejó un sello del rostro femenino con su obra; pero, tomando distancia, me adentré en la observación de la multiplicidad y variables de los rasgos de nuestra nacionalidad.

“Para mí era importante dejar testimonio de los rostros con nasobucos imprescindibles…”

Doce obras conforman la exposición, las cuales se encuentran hoy expuestas en el Museo de Artes Decorativas, que reabre sus puertas en el marco del aniversario 502 de La Habana, en la “nueva normalidad”. En uno de mis cuadros se recrea la escena de La dama del parasol, que aparece en una vajilla de la cultura oriental que atesora el museo. La pieza data del siglo XVIII y fue diseñada por el pintor holandés Conerlis Pronk. La dama lleva un nasobuco, la otra también y, además, una sombrilla, que en aquel entonces se le llamaba parasol. La sombrilla que aparece en mi cuadro pertenece a la colección Arte en Casa de Artex, que lleva impreso un girasol emblemático. La vajilla fue hecha en China y esta sombrilla también. Los caminos del arte se unen para el disfrute de los que aman proyectos tan sensibles en días de sol, ciclones y pandemia.

Galería Nasobuqueña Tropical