Ningún adiós para Ana María de Agüero, un espíritu siempre vivo

Reinaldo Cedeño Pineda
5/1/2021

Ella derrochaba carisma, energía, elegancia. Ella se fue construyendo, navegando, creciendo. Ella vio actuar a María de los Ángeles Santana un día y decidió que su camino sería el teatro.

Actriz y dramaturga de larga data, Ana María de Agüero (1936-2021) comenzó su senda artística en los sesenta, dejó su huella en el grupo de José Vázquez, el Conjunto Dramático de Oriente, el Teatro Guiñol Santiago, el Cabildo Teatral Santiago… en obras como Los Fusiles de la madre Carrara, Magia roja, La reina de Bachiche y Papobo, por solo citar algunas.

Ana María de Agüero, elegante, prolífica, creativa, infatigable. Fotos: Marvin Rodríguez
 

Tuve el honor de que aceptara la invitación a nuestra peña Letras Compartidas. Estuvo más de una vez. La recuerdo subiendo-bajando la larga escalera de la Biblioteca Elvira Cape, envuelta en los poemas de Jesús Cos Cause, asida al bastón que requería el personaje; o, teléfono en mano, gestual, corporizando a la bibliotecaria de El caso de los libros que nadie solicita, donde un equívoco con un lector, una llamada telefónica, un presumible enredo… la devuelve al amor.

Dialogamos cuando volvió de la isla italiana de Capri, flamante inspirada, tras disfrutar la presentación de su obra Teresa, muerte sublime, ganadora del encuentro internacional “La escritura de la diferencia” (2008). Como dramaturga abordó el amor y el desamor, los conflictos existenciales, la convivencia, las carencias. Su mirada sobre las circunstancias de su tiempo solía ser muy aguda y muy chispeante.

Para el maestro Ramiro Herrero se trataba de “la escritora teatral más prolífica y creativa de Santiago de Cuba” y otras obras premiadas de su autoría como La Panetela y Ana en dos tiempos, merecedoras ambas del Premio Heredia en 1993 y 1994, respectivamente, así lo demuestran.

Fue además asesora, investigadora, escritora. Infatigable, parecía a veces no caber en sí misma, y no es exagerado decir que ella misma era su mejor personaje. Había que verla trenzando la atmósfera en el aire, de pie, con aquel poema de la argentina Mirta Bayter, que era su bandera. Se cansó de estar sentada, derechita y proclamaba: “Necesito volar…”

Una actuación inolvidable en la Peña Letras Compartidas de la Biblioteca Elvira Cape.
 

Su personalidad y su drama asoman en la serie documental Mujeres en dos tiempos, de Yasmani Castro Caballero, a la que ya tuvimos acceso y que las circunstancias no han permitido estrenar en público todavía. 

“Tú no sabes de amores tormentosos / ocultos, incondicionales y fieles / Por eso no cruzas las puertas y marcos de mi habitación”. Son versos inéditos que me leyó en una tertulia íntima. Entonces me confesó algo que ella sabía, que todos comprobamos ahora que acaba de partir: “¿Me preguntas que hasta cuándo?… Yo seguiré eternamente, porque mi espíritu va a estar siempre vivo, siempre, siempre amando”.