Norge Cedeño: No existen límites para comunicar

Ana María Domínguez Cruz
27/5/2019

Imaginarse lo que, al cabo de 10, 15 o 20 años, quisiera que se reconociera o valorara de su aporte en el panorama danzario del país, quizás resulte ahora una quimera. “Es una pregunta, tal vez, demasiado pretenciosa, futurista al fin… Pero siempre uno quiere que algo, al cabo del tiempo, se salve del olvido”.

El bailarín y coreógrafo Norge Cedeño, director de la compañía Otro lado, aceptó el reto y, en pocos minutos, abundó. “Es una pregunta interesante… En primer lugar quiero que se salve la humanidad… El arte desprendido de cada ser humano que lo defiende. También la sinceridad, porque si se defiende una obra de arte a partir de patrones predeterminados sin esa cualidad, no tiene mucha valía, en mi criterio. En tercer lugar, la versatilidad o la diversidad, que inicialmente parte del principio de ser capaces de minimizar las exigencias de una puesta. Me parecen importantes las conexiones sinceras con la audiencia, que lo lleven a reflexionar, que muevan su espiritualidad, su manera de afrontar la realidad. No he pensado en esto, así que respondo sin pensar mucho”.

Fotos: Carlos Rafael Días Borges
 

¿Por qué quisiste abrirte camino con Otro lado? ¿Cuál o cuáles fueron tus pretensiones primeras?

Danza Contemporánea de Cuba (DCC) es la compañía madre. Como dice una amiga, es la madre nutricia de la danza en el país. Es la semilla de donde vengo, y al igual que yo, otros creadores en el ámbito de la danza que han crecido, incluso a nivel internacional. Ahí me formé, desde ahí erigí mi camino y en su seno comenzaron a crecer mis necesidades. Mi agradecimiento es perenne por eso, y siempre voy a estar atado a DCC.

“Pero cada compañía, y sobre todo una tan importante como esa, tienen exigencias a escala global. Cuando estás en un elenco tan exigente, estás sujeto a las necesidades poéticas y estéticas de esa compañía. Eso te da la oportunidad de experimentar con destacados coreógrafos, cubanos y extranjeros, y también te genera inquietudes particulares que, en un momento determinado, detonan en ti el deseo de volar, de abrir tus alas y buscar tu camino.

“La compañía tuvo su debut en septiembre de 2018, con el nombre de proyecto Other Side. Tres bailarines de DCC, Thais Suárez, Niosbel González y yo decidimos unirnos. En ese momento no teníamos la idea pretenciosa de crear una compañía, más bien nos unimos por la amistad y, en el caso de Thais, que es mi pareja, teníamos mucha empatía y compartíamos el ansia por desplegar maneras propias de hacer.

“Comenzamos a crear, a trabajar cosas desde otro enfoque. Llenamos vacíos que teníamos, y así poco a poco aparecieron reconocimientos, apoyo de mucha gente, oportunidades que favorecieron colocar nuestro trabajo en diferentes escenarios, y pensamos entonces que no estábamos equivocados.

“Inicialmente empezó como Other Side, como un juego. Nunca pensamos generar una compañía, o una idea que trajera una poética propia. Lo que siempre quisimos fue un núcleo de colaboración cerrado, que estuviera soportado por nosotros tres en función de colaborar o compartir todas las maneras de hacer posible con artistas de todas las disciplinas.

“Desde mi humilde opinión, la danza por sí misma, sola ella, me resulta un poco limitada. La posibilidad de compartir con artistas visuales, diseñadores, cineastas, músicos… enriquece el intercambio y se puede generar con cada puesta un sabor diferenciado. Llegamos a la idea de Otro lado porque es nuestra premisa ir con cada puesta en dirección opuesta a lo que hemos hecho con anterioridad”.

Comenzaron con el pie derecho…

Otro lado empezó con la primera obra Isla, que aborda diferentes perspectivas de la realidad nacional, y también global, pero sobre todo la más hiriente o la más cercana a cada persona. Se subdivide en varios cuadros, entre ellos “Escena del crimen”, que ha sido multipremiada. Puedo mencionarte en el Concurso de Danza del Atlántico Norte Codanza y Grand Prix Vladimir Malakhov, el primer lugar en el Prix de Coreografía Codanza para mí y el Gran Prix de Interpretación para Thais Suárez. Esa pieza ahora está seleccionada para el Concurso Internacional de Coreografía de Hannover, que es uno de los más importantes en el mundo, donde se postulan centenares de coreógrafos, y solo se elige de 16 a 20.

“Tuvimos también Nudos, que es otra obra conocida de nuestro repertorio, basada en hechos reales. Entonces, cuando aparecieron los premios y reconocimientos, nos dimos cuenta de que la idea crecía, y nos pensamos más cosas en serio.

“En septiembre del año pasado colaboramos con la Orquesta del Lyceum Mozartiano, con Teatro de La Luna, con una directora de orquesta cubana que radica en New York y en Holanda. Llevamos la obra Historia de un soldado, de Igor Stravinsky. Una colaboración magnífica en el Teatro Martí, una obra postulada a los Premios Villanueva de la Crítica, aunque solo tuvimos una sola presentación. Esperamos repetirla.

“Nos presentamos en Fábrica de Arte con fragmentos de Isla y con una pieza que le hicimos a Mario Sergio Elías, amigo nuestro, titulada M, en la que se aborda su tránsito por la vida.

 

“Como cierre de la Semana de la Cultura Polaca estrenamos 1050 años y más, una colaboración con DCC, donde su elenco más joven nos acompañó en la puesta. Invitamos a un grupo de muchachos que carecen de formación danzaría, pero que derrochan talento en la danza urbana.

“Este año empezamos una obra nueva, Sinfonía, como guía. Estudiamos para ver cómo desarrollarla. Es una colaboración con músicos, con animación en vivo, con videoarte. No solo bailamos, también cantamos. Porque la idea es potenciar en escena algo más que danza. Lo que realmente nos interesa es crear nexos con la obra de los impresionistas, tanto en la música como en las artes plásticas. Queremos crear una sinfonía a partir de las relaciones que se generan entre todos los artistas. La estrenaremos en septiembre”.

¿Cómo es el proceso creativo de estas obras?

Cada proceso creativo es diferente y tiene como premisa que no nos aferramos a una poética única, eso hace más rico el trabajo, pero al mismo tiempo, más complicado. Tenemos que ser cuidadosos y exquisitos para definir las pautas que nos interesa defender para presentar las ideas y la estética del movimiento.

“Tuvimos la oportunidad de trabajar en DCC con muchos coreógrafos, y eso nos llamó la atención porque cada creador busca una manera propia de hacer. Entonces pensamos: Si hemos trabajado con tantas personas y el denominador común es crear conexiones potentes con el lector/espectador, que además sean sensibles, no tangibles pero que impacten desde el punto de vista emocional, ¿para qué limitarnos si existen tantas formas maravillosas para el diálogo?

“Entonces Otro lado no se limita a una manera de componer o de expresarse en escena. Todo lo que sea necesario y válido para comunicar, lo traemos a la escena, sea danzario o no. Nos encantaría sumar más integrantes a la compañía, pero de momento necesitamos tiempo y experiencia, y preferimos tener un núcleo donde nos entendamos y podamos hablar el mismo lenguaje, porque si no, podríamos sacrificar este empeño y contradecirnos.

“A veces creo, por impulso, que lo válido es comunicar, y sobre todo, creo que es importante recordar el trabajo de Otro Lado a partir de ver la danza o la puesta en escena como una unidad global que trasciende las limitantes o fragmentaciones a las que está expuesto el arte hoy, para ser una obra de arte masiva, en una posibilidad potenciadora de intercambio de cada elemento de la obra, que le da un sabor específico, un ADN físico emocional y espiritual diferenciado”.

¿Cuáles son los proyectos venideros?

Cronograma…, no se lo pierdan. El próximo 18 de junio partimos a Hannover, al importante concurso internacional de coreografía. Crearemos una nueva pieza para Gauthier Dance Company, en el reconocido festival Colours Festival, que cada año selecciona a un coreógrafo de una parte del mundo. O sea, cinco de todo el mundo para participar y crear para la compañía.

“En octubre pensamos estrenar una nueva obra con el Lyceum Mozartiano de La Habana y con Carlos Díaz, que pensamos estrenar en el Kennedy Center, de Estados Unidos. Tenemos otras ideas que nos traerán cosas buenas… espero”.