Carrie Mae Weems: naturalmente inspiradora

Onaisys Fonticoba Gener
1/12/2017

Carrie Mae Weems es una artista totalmente comprometida. Tuve la certeza en el momento que la vi, sentada en una esquina de la larga mesa que preside el hemiciclo de Bellas Artes, al lado de su laptop, con las luces bajas y hablando de su obra. Sus sesiones fotográficas, video-arte, performances… y así, hasta contar más de 34 años de creación artística, ya lo venían anunciando. Pero no es hasta el momento que se le tiene delante, sin los atavíos del MOMA, del Guggenheim, la Barnsdall Art Gallery o del Smithsonian Institution, que llegan a cautivar, exactamente en la misma medida, la obra y su artista.

De visita en La Habana, esta autora estadounidense sostuvo un diálogo con estudiantes y profesores de escuelas de arte cubanas y artistas de la Isla. Por una hora aproximadamente comentó acerca de sus motivaciones, últimos trabajos, y de cómo son iguales los creadores sin importar las fronteras geográficas. Son nuestras inquietudes las que nos hacen iguales, dijo, las que nos mueven a nuevos universos.

Atraída fundamentalmente por los contextos sociales, según refirió, Carrie Mae ha abordado temas como la violencia, la raza, el género, la identidad cultural, las ciencias, y la justicia. Motivada por reflejar cómo se mueven los sistemas de poder en las sociedades y cómo impactan la vida individual y colectiva, la artista ha realizado series de notable impacto dentro y fuera de los Estados Unidos como Kitchen Table (1990), Framed by Modernism (1996), Roaming (2006) y African Jewels (2009), y por las cuales ha sido reconocida como una de las artistas más osadas dividida entre el arte y la política[1].

Pienso que mi responsabilidad como artista es delimitar las preguntas que tenemos respecto a los sistemas de poder, aunque no siempre halle las respuestas —dijo—. Esta puede ser una experiencia no siempre placentera, pero sí extraordinaria.

Carrie Mae, quien también posee una serie fotográfica sobre Cuba (Dreaming in Cuba, 2001), es autora de libros como Blues and Pinks, Then What? Photographs and folklore, In these islands, Ritual and Revolution, entre otros. Aunque se describe como una mujer sumamente trabajadora —de lo cual no existen dudas—, no resulta menos cierto que a pesar de la buena parte de sus 64 años que ha dedicado a las artes, le queda mucho terreno que reconocer y con el cual sorprendernos. Quedamos a la espera, entonces, de otras series tan honestas e inspiradoras como quien las imagina.

 


[1] Frase original: “One of the more interesting artists working in the gap between art and politics.” Roberta Smith, The New York Times. Recuperado de http://carriemaeweems.net/things-said.html