Fragua Martiana: vocación de iluminar y compartir

Karel Leyva Ferrer
18/5/2017

Este martes 16 de mayo, en la Fragua Martiana, se iniciaron las jornadas de conmemoración por el 122 aniversario de la caída en combate del apóstol de nuestra independencia. Cuatro momentos a lo largo de un día que parecía no alcanzar, fueron vividos intensamente en el recinto que Gonzalo de Quesada y Miranda, junto a jóvenes estudiantes de la Universidad de La Habana, convirtió en escenario fundamental para las luchas por la independencia plena.

El primer saludo estuvo a cargo de Yusuam Palacios Ortega, director del Museo y Presidente Nacional del Movimiento Juvenil Martiano, que nos movió a reflexionar sobre el discurso Por Cuba y para Cuba, pronunciado por El Delegado en noviembre de 1891, en Tampa. Ahora que tanto se blasona de nuevos tiempos y cambios necesarios para la Isla, desde el mismo norte que Martí desentrañó; viene muy bien recordar aquel discurso del cual sale, por cierto, la tan llevada y traída frase de “Con todos, y para el bien de todos”.


Foto: Cortesía del autor

Pero ese “Con todos” de Martí —afirmó Yusuam—, no es un saco en el que cabe cualquier cosa, mucho menos el neofascista, el neoanexionista, el buscador de protagonismo mediático —desde la práctica del mercenarismo del siglo XXI—, ni el  empleado imperial que teme al pueblo de verdad y, por tanto, se autoexcluye. Los de esa calaña son incapaces de hacer nada por la Patria, porque lo primero que albergan es el egoísmo, el individualismo y la mentira; lo más denigrante de la condición humana.

Partiendo de esa necesaria acotación, se abrió el intercambio hacia distintas disciplinas artísticas para honrar al maestro. Casi al filo del mediodía, las manos diestras de Vladimir Agramonte, estudiante de quinto año de piano en la escuela Paulita Concepción, hizo despertar el media cola del teatro con una contradanza cubana; pórtico inefable para las palabras inaugurales de Maikel José Rodríguez Calviño a la primera muestra personal de la fotógrafa Ivonne del Pilar Hernández Jiménez. Son apenas 20 imágenes, agrupadas bajo el título La ciudad de Martí, donde la bandera de la estrella solitaria y la esfinge de nuestro poeta mayor son los símbolos que sustentan el discurso artístico, operación de memoria que a su vez dialoga con nuestra existencia cotidiana.

La tarde tuvo como protagonista al autor de Documentos familiares y Destinatario Martí: el historiador Luis García Pascual; quien sostuvo un breve encuentro con estudiantes y moradores de Cayo Hueso y recibió la calurosa felicitación de Armando Hart Dávalos, presidente de la Oficina del Programa Martiano, por sus notables aportes a la historiografía cubana y, muy especialmente, a la divulgación del pensamiento y la palabra martiana.

Mientras caía la tarde del tercer martes de mayo, se preparaba el patio de la fragua para un cierre de lujo a esta primera jornada de homenaje. Artistas y promotores de la comunidad, combatientes y oficiales de la PNR y el MININT, y transeúntes que decidieron detener su paso, recordaron ideas martianas como aquella en que la Patria ha de ser ara y no pedestal donde saciar nuestra vanidad, y compartieron un momento de especial salutación a Martí y Fidel, ofrecido por el trovador Silvio Alejandro Rodríguez y varios niños actores de La Colmenita.

Pasadas las nueve de la noche, aquella cofradía que nos hizo levantar la voz en contra de la indiferencia y el oportunismo, marcó el punto de partida para repensar nuestro proceder cotidiano e invitó a medirnos siempre con la vara del honor y la vergüenza que nos legara Martí.

Gracias al equipo de la fragua por esta indetenible vocación suya de iluminar y compartir.