Silvio cantó a Longina

Carlos A. Rodríguez Martínez
7/1/2017

A las 8:00  de la noche de este viernes el Parque Vidal se colmó de público. Cientos de santaclareños, cientos de turistas latinoamericanos, invadieron la principal plaza de la ciudad para asistir a un memorable concierto de Silvio Rodríguez, justo en el vigésimo aniversario del festival Longina, de trova.

foto del concierto de Silvio Rodríguez en Santa Clara
Aquí  Durante el concierto, el Trío Trovarroco, la flautista Niurka González y el baterista Oliver Valdés Rey
acompañaron a Silvio. Foto: Ramón Barreras Valdés
 

El autor de Ojalá, en el concierto número 79 de su gira por los barrios cubanos, tributó sus canciones a la ciudad de Santa Clara y especialmente a los trovadores de El Mejunje. «Este es uno de los festivales más lindos que se hace en Cuba. Nunca había tenido la oportunidad de conocer a la Trovuntivitis, aunque el grupo había estado en La Habana», declaró públicamente Silvio a inicios del concierto. «Hoy me antecede», remató.

En efecto, antes que el propio Silvio entonara más de una decena de sus canciones, todos los miembros de la Trovuntivitis, reunidos en la XXI edición del Festival Longina, recorrieron su repertorio antológico.

Poco después, el escritor Yamil Díaz Gómez dedicó palabras de elogio al cantor de El Necio: «Quienes crecimos mientras Silvio nos daba una canción, tal vez hoy no sepamos qué tipo de adjetivo se debe usar al dar la bienvenida a un músico como este, a un poeta como este, a un soldado como este».

«Con su manera natural de respirar lo histórico —añadió el periodista—, el trovador mayor vuelve a pisar estos viejos adoquines cargados de memoria. Por aquí pasó Plácido, aquí ofrendó su sangre el coronel Leoncio Vidal, aquí tronó la voz del Generalísimo, y exhibió el burro Perico su cartel contra Batista. Aquí los hombres del Che Guevara nos dejaron escritos sus balazos en la fachada del Gran Hotel. Aquí ha llegado Silvio (…)»

Y dio más que una canción a Santa Clara la noche de este viernes. El público, entusiasta, alimentado por la poética de la nueva trova, vitoreó al cantautor cubano. Y el cantor fue entregando a la ciudad, como en un nacimiento, sus temas antológicos (La era está pariendo un corazón, La maza, El reparador de sueños…) y sus nuevas creaciones (Viene la cosa).

Yamil Díaz, tan lúcido, antes de dar paso a uno de los íconos hispanoamericanos de la canción política y la nueva trova, remataba: «Silvio regresa a la ciudad que posee la Isla en el centro, la misma a la que en 1971 dedicó un tema memorable, la misma donde halló a sus compinches de Trovarroco».

Regresó. Y todavía parece que los acordes, los tenues o los más agudos, se escuchan en el Parque Vidal. Y puede que alguien todavía, hoy, vuelva a entonar mentalmente las melodías, las finas canciones de Silvio.
 

Tomado del semanario Vanguardia