Once conciertos en cinco días: así de intenso fue el paso de la Orquesta Miguel Faílde por el festival Artes de Cuba en Estados Unidos, que tuvo hasta hoy a esa agrupación entre sus principales atractivos.

Presentación de la Orquesta de Miguel Failde en el Centro John F. Kennedy.
Foto: Diony Sanabia
 

'Para nosotros ha sido una experiencia enriquecedora, una manera de demostrarnos cuánto podemos llegar a hacer, casi todos los días tuvimos tres y cuatro presentaciones', expresó a Prensa Latina Ethiel Fernández Faílde, director del conjunto que regresa este domingo a la isla.

Veníamos a hacer cinco conciertos en igual cantidad de días, y nos vamos con 11, agregó sobre el paso exitoso de la orquesta por el festival iniciado el 8 de mayo y que se prolongará hasta el 3 de junio en el Centro John F. Kennedy para las Artes Escénicas de Washington DC.

El primer contacto de la capital estadounidense con el sonido muy cubano de la agrupación ocurrió el pasado martes en la ceremonia de apertura del evento cultural, cuando llenaron de energía el Teatro Eisenhower y levantaron al público de sus asientos con los temas Almendra y Ran Kan Kan.

Después de eso no dejaron de trabajar, con dos actuaciones que congregaron a cientos de personas en el Escenario Milenio del Centro Kennedy, y varias presencias en un espacio bautizado como Noches Cubanas.

También salieron fuera de la institución, y llevaron su arte a la Embajada cubana aquí, a un establecimiento de la popular cadena Busboys and poets, y a la secundaria Escuela Sin Muros.

'Para nosotros fueron jornadas titánicas, pero muy bonitas, nos vamos muy contentos de ver cómo el público recibe la música cubana y específicamente el danzón, que es nuestro baile nacional y está poco promocionado en el mundo', expresó Faílde.

De acuerdo con el joven director, le llamó la atención ver el modo en que el público disfrutó el son, el mambo, la guaracha, el cha cha chá, pero sobre todo ese género antes mencionado, que los capitalinos bailaron a su forma, 'y lo gozaban, lo aplaudían'.

Para nosotros ha sido una experiencia inolvidable. Este es, sin dudas, el escenario internacional más importante que hemos pisado, y creo que ha sido una vitrina para el danzón y para la Orquesta Faílde, agregó el músico.

Además, se refirió con especial emoción a la visita a la Escuela Sin Muros, donde conocieron a José André, un niño ciego de 13 años considerado un prodigio del piano, a quien invitaron a tocar con ellos el viernes en el Escenario Milenio.

Durante el concierto del grupo, ese espacio del Centro Kennedy pareció pequeño para los cientos de personas que se congregaron a disfrutar de algunas de las canciones más populares del territorio antillano como Bonito y sabroso, y Como traigo la yuca (también conocida como Dile a Catalina).

Preguntado sobre cuál es la fórmula para lograr la gran empatía con el público que se percibe en sus presentaciones, Faílde la atribuyó, ante todo, al poder de la música cubana: 'A la gente le encanta, es universal'.

En ese sentido, también indicó que los integrantes de su orquesta son resultado del sistema de enseñanza artística del país caribeño, pues egresaron de centros como el Conservatorio de Música de la occidental provincia de Matanzas o del Instituto Superior de Arte en La Habana. Asimismo, consideró que cuando la música de su nación es asumida por los jóvenes, con la contemporaneidad que los caracteriza y su interés en recontextualizar los géneros, se puede llegar a las personas 'con esa energía con la que la Orquesta Faílde se presenta en cada escenario'.

Llevamos la música cubana con honestidad, sinceridad y gozo, ese es el puente fundamental para conectar al público con lo que estamos haciendo, aseguró.